LOS JEROGLIFICOS DE IRUÑA-VELEIA (PARTE 3)

Quizá lo mas sorprendente de estos hallazgos arqueologicos sea el "descubrimiento" de una serie de palabras que pertenecen, supuestamente, al antiguo Euskera.

Esto supone adelantar en unos seis siglos la fecha de los primeros vocablos comunes del euskera. Actualmente se piensa que los términos vascuences más antiguos se correspondían con las escuetas anotaciones de las Glosas del monasterio de San Millán de La Cogolla (La Rioja), que unos autores fechan en el siglo X y otros, en principios del XI.

Establecer el origen del euskera no es fácil. De hecho, los expertos no han logrado hasta ahora ponerse de acuerdo. La teoría más extendida en los últimos tiempos fija los primeros testimonios escritos entre los siglos I y III d. C. La particularidad de este euskera arcaico, que es como se denomina, es que aparece exclusivamente en nombres propios de personas o de dioses citados en inscripciones latinas sobre piedras, por lo general lápidas de enterramientos. La mayor colección de estas estelas funerarias se encuentra en Aquitania. De esta misma época podrían ser también una pequeña serie de nombres propios en vascuence encontrados en lápidas de Álava, Guipúzcoa y Navarra.

Los investigadores sostienen que, hacia los siglos IV y V, gentes de Aquitania emigraron hacia tierras del Sur, extendiendo así su lengua. La secuencia temporal no continúa al no encontrarse testimonio alguno hasta el siglo X, en el monasterio riojano que atesora también las primeras palabras del castellano.

Expertos en epigafría y filología, que han analizado los restos, han dicho que sí, que en la arcilla sigillata están grabadas dos palabras: 'Urdin izar' ('Estrella azul'). Además, la cerámica enterrada durante muchos siglos tiene grabadas palabras como 'edan', 'jan' y 'jainkoa' ('beber', 'comer' y 'señor'). A todos estos vocablos se añaden algunas pequeñas frases no dadas a conocer hasta que no se pongan en relación unas con otras.

Sin embargo, una comisión de expertos formada por la Diputación de Álava concluyó que no hay base científica para corroborar que los hallazgos realizados en esta excavación databan de los siglos III y V ni contiene las inscripciones en euskera más viejas que se conocen. El comité formado por lingüistas, arqueólogos, epigrafistas, físicos y químicos aseguró que había habido "falta de rigor" en las excavaciones.

La primera medida adoptada por la Diputación Foral de Álava ha sido la revocación de la licencia de excavación a la empresa Lurmen S.L. que se encargaba de las excavaciones arqueológicas del yacimiento bajo la dirección del arqueólogo Eliseo Gil, anunciando además la solicitud al Ministerio Fiscal para que analice los hechos por si fueran constitutivos de delito. Por su parte, ante las acusaciones de falsificación, la empresa "Lurmen S.L." no descarta presentar una querella criminal por injurias y calumnias.

Con fecha 25 de marzo de 2009, la Diputación Foral materializó en el juzgado de guardia de Vitoria una querella formal contra tres personas. Aunque la Diputada López de Lacalle declinó precisar los nombres concretos, las informaciones de prensa señalan que se trata "del arqueólogo y ex director del yacimiento Eliseo Gil, del geólogo de su equipo, Óscar Escribano, y del coordinador de las analíticas, el supuesto físico nuclear Rubén Cerdán". Los dos primeros estarían acusados de un delito contra el patrimonio alavés, mientras Gil y Cerdán lo serían además de estafa ; según otro medio, una de las tres personas sería más bien la co-directora de Veleia, Idoia Filloy

En 2009 se crea una plataforma llamada SOS-IruñaVeleia para defender la autenticidad de los hallazgos. Esta plataforma critica entre otras cuestiones que no se hayan investigado las adherencias sobre los surcos de muchos grabados, que consideran "una evidencia primaria de autenticidad en arqueología". Asimismo denuncian que no se hayan realizado excavaciones de contraste.

La plataforma ha dado a conocer una docena de informes que tratan de responder a las principales acusaciones de falsedad. Entre los autores de los escritos se encuentran filólogos (Héctor Iglesias o Juan Martín Elexpuru) e historiadores (Luis Silgo)

¿VERDAD O TRUCO?

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