EL UNIVERSO DEL REVERENDO EVANS, PARTE 2



Cuando levantamos la cabeza hacia el firmamento, la parte del universo que nos resulta visible es sorprendetemente pequeña. Desde aqui solo son visibles unas 6.000 estrellas, y solo 2.000 lo son desde cualquier punto. Con unos prismáticos, el número de estrellas que podemos ver desde un solo emplazamiento aumenta hasta la cifra aproximada de 50.000. Con un telescopio de dos pulgadas la cifra salta hasta las 300.000. Con un telescopio de 16 pulgadas, como el del Reverendo Evans, cazador de supernovas, empiezas a contar ya no estrellas si no galaxias...

Evans plantea que desde su casa en Australia se pueden ver entre 50.000 y 100.000 galaxias, con unos 10.000 millones de estrellas cada una. Son números respetables, sin duda, pero aun así las supernovas son sumamente raras: una estrella puede arder durante millones de años, pero solo muere una vez, y lo hace deprisa. Además no todas estallan, la mayoria expiran tranquilamente, como una fogata de campamento al amanecer.

En una galaxia tipica, de unos 10.000 millones de estrellas, aparecerá una supernova cada doscientos o trescientos años. Asi que buscar supernovas es como subirse a lo alto de la Torre Eiffel de Paris con un telescopio y buscar en las ventanas de la ciudad alguien que este encendiendo 23 velas en una tarte de cumpleaños...

Por todo esto es aun mas grande la proeza del genial Evans. Antes de que este hombre se obsesionase con el tema, en 1980, se habian descubierto menos de sesenta supernovas. El reverendo ha encontrado, solito, 36 (hasta 2003).

Las supernovas son de varios tipos, y hay uno en concreto, llamado Ia, que es muy importante, por que las supernovas que pertenecen a él estallan siempre de la misma manera, con la misma masa critica, por lo que se pueden emplear como puntos de referencia para determinar la intensidad luminosa de otras estrellas, y calcular la distancia.

¿Que pasaría si petase una supernova cerca de la tierra? En primer lugar no nos enterariamos: cuando llegase a nosotros la luz de su explosión, nos llegaria tambien su fuerza destructiva. Eso si tendriamos que estar bastante cerca, a unos 10 años luz. Las radiaciones producirían preciosas auroras, destruirían la magnetosfera, nuestro seguro de vida respecto a las radiaciones del sol.

Lo bueno es que las estrellas candidatas a convertirse en supernovas son un tipo especial, y las cercana a nosotros de ese tipo es la estrella Betelheuse, a 50.000 años luz de distancia.

Pero las supernovas son necesarias para nosotros, o, por lo menos, lo han sido. Para poder crear los elementos pesados se necesita algo que produzca un calor enorme. Un cientifico inglés llamado Fred Hoyle, que, como curiosidad, creía que la tierra habia sido sembrada desde el espacio, y que empezó a difundir el termino "Big bang" con intención burlona, fue el que descubrió que en las supernovas se formaban los elementos pesados en un proceso llamado nucleosíntesis, y ademas, la explosión hacia que se difundiesen por el universo en forma de nubes de gas, que se vuelven a reagrupar formando planetas.... y asi se formó un bello planeta, el mas bello que conozco, LA TIERRA.

CONTINUARÁ

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