HISTORIA DE LA HERMANDAD MASÓNICA (PARTE 5) EL DUQUE DE WHARTON Y LA 1ª BULA PAPAL


Con las Constituciones de Anderson se hace constar, de modo simbólico, que ya no será la catedral el templo a construir, si no que el edificio sera la humanidad, en honor y gloria del Gran Arquitecto del Universo (G.A.D.U.). Ahora la piebra a pulir sera el ser humano.

La masonería se convierte en un lugar de encuentro para hombres de cierta cultura, con inquietudes intelecturales, interesados en el humanismo como fraternidad y con una visión tolerante de la religión.

En estos primeros años destaca sobremanera Philip Wharton, Duque de Wharton, noble ingles nacido en 1698,que, siin haber sido maestro de su Logia -la Logia "King's Arms" cerca de la catedral de San Pablo, en Londres- se las arregló para ser elegido sexto Gran Maestro de la Gran Logia el 24 de junio de 1722. Estuvo en el cargo dos años, firmando las Constituciones de 1723.

A partir de esa fecha, ya que dimitió a finales de año, no hizo mucho más en Inglaterra aunque constituyó la primera logia en suelo extranjero que figura en los archivos de la Gran Logia de Inglaterra: la primera Gran Logia de Francia, dando inicio a la conflictiva historia de la orden en el pais galo.

El mismo año fundó la primera logia española, la Número 50, "French Arms" (Armas francesas), en la calle de San Bernardo, Madrid, de la cual llega una solicitud de reconocimiento que fue recibida el 17 de abril de 1728 y concedida el 27 de marzo de 1729, casi seis años después de que el duque de Wharton hubiese dimitido como oficial. (posteriormente sería la logia No. 1 del Gran Oriente de España). La logia de investigación de la Gran Logia de España lleva hoy su nombre.

El 28 de Abril de 1738 se publica la bula In Eminenti, del papa Clemente XII: solo quince años despues de las constituciones, y solo diez despues del desembarco de la masoneria en el continente. El papa impone la pena de excomunión latae sententiae, sin que sea necesario declararla en cada caso particular, simplemente por el hecho de participiar en cualquier modo en una de estas sociedades, afectando esta imposición a "todos los fieles de Jesucristo, sea cual sea su estado, grado, condición, rango, dignidad o preeminencia, seglares o clérigos, seculares o regulares".

A partir de entonces los tribunales de la Santa Inquisición juzgará casos de Masonería. Comienza aqui la persecución cruel y despiadada contra los hijos de la viuda, que se verán obligados a mantener sus actividades en secreto y a trabajar con discreción.

CONTINUARÁ

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