VENUS


El gemelo caliente de la Tierra

Una sonda europea demuestra que Venus tiene volcanes activos y está azotado por tormentas del tamaño de Europa


El gemelo de la Tierra es mucho más activo y caliente de lo que se creía. Así lo demuestran los últimos datos sobre Venus que ha enviado la sonda Venus Express (VEX), de la Agencia Espacial Europea (ESA). Desde que llegó al planeta hace cuatro años, la nave ha encontrado pruebas de que Venus está plagado de volcanes gigantes y activos. También ha sido la primera en fotografiar los rayos que azotan el planeta y obtener detalles sobre las tormentas con tres y cuatro ojos que se acumulan en su polo sur y que tienen el tamaño de Europa.

"La VEX nos convierte a los europeos en los únicos que estamos observando el planeta en la actualidad", explica a Público Octavio Camino, jefe de operaciones de la VEX, durante la celebración de los cuatro primeros años del artefacto que tuvo lugar ayer en el Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC), en Villanueva de la Cañada (Madrid). "Ninguna otra ha aportado tanta información", añade.

Mucho antes de que la nave soviética Venera 1 abriese el camino hacia Venus en 1961, algunos astrónomos imaginaban que el planeta estaba cubierto de junglas repletas de flores y habitadas por gente que vivía de forma parecida a los terrícolas, recordó ayer Dimitri Titov, coordinador de uno de los instrumentos de la sonda. Ahora, las observaciones de la atmósfera de Venus por la VEX han demostrado que la temperatura ronda los 500 grados centígrados, aguando las fantasías pero aclarando muchos misterios sobre el planeta gemelo.

El gran bombazo científico de la VEX ha sido observar tres "puntos calientes" que delatan volcanes activos en el planeta. Para conseguirlo, los instrumentos de la sonda atravesaron la espesa atmósfera de CO2 que gira en torno al planeta a 350 kilómetros por hora. Sus detectores térmicos mostraron que el volcán Idunn Mons estaba al rojo vivo. Se demostraba así que los cráteres están activos, probablemente escupiendo agua, azufre y lava, lo que significa que su interior es similar al de la Tierra. "Hemos encontrado un material de alta densidad que prueba que estos volcanes son similares a los de Hawai", señaló ayer Hakan Svedhem, jefe científico de la VEX. El próximo objetivo es acercarse más a Venus, arriesgándose a un recalentamiento que podría acabar con la sonda, y fotografiar un volcán en erupción.

Como en el fondo del mar

Venus tiene un tamaño y composición rocosa muy similar a los de la Tierra, pero la temperatura es decenas de veces más alta y caminar por su superficie sería como andar a 900 metros de profundidad en el mar debido a su presión. "Se trata de dos planetas comparables químicamente, a una distancia del Sol muy similar y con una atmósfera original con una cantidad de agua parecida", explicó Miguel Pérez, coordinador de operaciones científicas de la VEX en el ESAC. Aunque no se sabe muy bien por qué, durante los últimos 4.500 millones de años Venus perdió la mayoría de su agua y se convirtió en el planeta con el mayor efecto invernadero del Sistema Solar. Mientras, la Tierra evolucionó hasta ser "un paraíso de vida rodeado por el calor de Venus y el frío de Marte", detalló Pérez.

Con la VEX, los expertos esperan averiguar qué sucedió en la evolución de ambos planetas para que, a pesar de ser parientes tan cercanos, sean tan diferentes. La atmósfera de Venus podría además explicar hasta dónde puede llegar el calentamiento en un escenario similar al de la Tierra. "Cuando se rompe el equilibrio se desencadena un proceso sin vuelta atrás que nos llevaría a donde hoy está Venus, donde la vida es imposible", explicó Camino.

Desde fuera, la VEX es una caja de aluminio de unos dos metros de largo por uno y medio de alto con dos paneles solares. Alberga siete instrumentos que, hasta ahora, también han demostrado que los rayos que sacuden Venus son muy similares a los de la Tierra. También han permitido realizar el modelo más preciso hasta el momento de su ritmo alocado. Mientras su atmósfera gira a una velocidad mucho más rápida que en la Tierra, el planeta tarda en dar una vuelta sobre sí mismo 243 días.

España es clave para estos descubrimientos. En el ESAC se coordinan todas las peticiones de los científicos europeos, que quieren que la sonda se incline o se mueva para ver determinadas cosas. Todas esas peticiones se coordinan en España y, tras ser supervisadas por la ESA, se transmiten a la VEX con la antena de 35 metros que la ESA tiene en Cebreros (Ávila). Seguirá funcionando hasta 2012 tras las dos últimas ampliaciones de su vida útil. Los expertos creen que tiene capacidad para aguantar hasta 2015. Tras descubrir los volcanes, quieren realizar una maniobra nunca hecha por la ESA para cambiar el rumbo de la sonda y conseguir la ansiada instantánea de un volcán en plena acción (ver apoyo).

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