LA PLATAFORMA DE BAALBEK (PARTE II)



Es de hacer notar que las especulaciones que atribuyen la Terraza de Baalbek a la acción de los "antiguos astronautas" parten de dos supuestos básicos: que la plataforma fue construida en un pasado muy remoto, mucho antes de los templos que la coronan, que el peso de los grandes bloques supera la capacidad de transporte de la tecnología humana de la época en que se levantó la plataforma (¡y aún en el día de hoy!). Pero ¿son ciertas estas suposiciones? Si seguimos al pie de la letra la leyenda, tal y como se repite una y otra vez, sólo podemos concluir que las ruinas de Baalbek son simplemente imposibles e inexplicables, un misterio sin solución humana. Pero existen algunos hechos que se han quedado fuera de la leyenda; y es en estas curiosas omisiones donde se haya la clave del "misterio". Veamos cuáles son esos hechos.
Los orígenes de Baalbek son oscuros. Se han hecho intentos tan conjeturales como inconcluyentes de identificarla con Baal Gad (Josué 11-17; 13-5) o Biqueat-Aven (Amos, 1-5). Por su parte, Velikovski intentó identificarla con la Dan bíblica. Se ha supuesto también que en su origen fue una ciudad fenicia, centro del culto al dios babilónico Baal-Hadad, y su nombre significaría "Ciudad de Baal"; posteriormente, los griegos asimilarían esta deidad a Helios, de ahí que pasara a llamarse Heliópolis. Sin embargo, no existe ninguna evidencia arqueológica de ese supuesto asentamiento fenicio inicial, y dada la ausencia de referencias en las fuentes históricas de un asentamiento semejante, lo más probable es que éste haya sido o de muy escasa importancia o, mucho más probablemente, inexistente. El nombre "Baalbek", contra lo que pudiera parecer, no denota una inconmensurable antigüedad. Ni se usó durante la época romana, ni existe evidencia de que se haya utilizado alguna vez con anterioridad a ésta. No parece muy probable que el sitio comenzara a llamarse "Baalbek" en honor a un Baal cualquiera en tiempos posteriores, pues para entonces la región ya se había cristianizado, para ser más tarde sometida por el Islam. Es casi seguro que Baal no tuvo nada que ver con el nombre de la ciudad; con posterioridad a la época romana el nombre del lugar fue "Bal Bekaa", que significa simplemente "valle de Bekaa" (o valle de Beqa'a), nombre que conservó hasta el siglo XIX.

La región cayó en poder de los griegos con las conquistas de Alejandro, en el año 332 a.C. Después de la muerte de éste, en el 323, quedó bajo el control de los Lágidas de Egipto, y se ha supuesto que es en esta época cuando la ciudad pasaría a llamarse Heliópolis, posiblemente en honor a su homónima egipcia. Sin embargo, es de hacer notar que de esta Heliópolis helenística en el valle de Beqa'a tampoco existen restos seguros. Más tarde, en el año 200 a.C., el lugar fue conquistado por los Seleucidas, en cuyas manos permaneció hasta la caída de la dinastía en el 64 a.C., cuando paso al control romano.
Los partidarios de la hipótesis de los "antiguos astronautas" suelen insinuar que las ruinas romanas de Baalbek resultan insignificantes en comparación con la masiva plataforma que las soporta. No es verdad. La acrópolis de Baalbek es el mayor y mejor conservado ejemplo de la arquitectura romana que ha llegado hasta nosotros, y su Templo de Júpiter el mayor de todos los conocidos. En otras palabras, una obra auténticamente monumental.
En los años 1904 - 1905 una expedición alemana realizó la primera excavación sistemática en las ruinas de Baalbek. Esta investigación es medio siglo posterior a Louis Felicien de Saulcy, y posterior también a la fuente original de Matest Agrest, pero muy anterior a la aparición de la hipótesis de los "antiguos astronautas". Y sin embargo, los proponentes de ésta suelen ignorarla.
La conclusión, por extraño que parezca, es que, de acuerdo a los datos disponibles, el emplazamiento es de origen romano. Ni fenicio, ni extraterrestre. Y en cualquier caso, como pista de aterrizaje hubiera resultado francamente deficiente, pues cualquier nave espacial de regular peso hubiera hundido el pavimento.

¿Y los bloques del famoso Trilithon? ¿Cómo es posible que hayan sido desplazados desde la cantera hasta su posición final en la plataforma, por los romanos o por quien fuera?

Aquí son necesarias algunas precisiones. La primera: los bloques no son tan pesados como suelen afirmar los divulgadores de la hipótesis de los "antiguos astronautas". Ya vimos que von Daeniken les atribuye "casi 2.000 toneladas" y "20 metros de lado"; esto último hace pensar de inmediato en un monstruoso cubo, pero en realidad se trata de "aproximadamente 20 metros de largo", ya que cada megalito tiene forma de paralelogramo. Berlitz sigue a von Daeniken en el dislate, y habla también de "2.000 toneladas". Puestos a fantasear, no falta quien les atribuya "millones de toneladas" (!!!!!!!). Todo esto hace sospechar que existe mucha gente que habla del tema sin molestarse en hacer algunas comprobaciones elementales, para las cuales no es necesario viajar a Baalbek ni excavar en la plataforma. Todo lo que se requiere es conocer la densidad del granito, las dimensiones de los bloques y una modesta calculadora de mano.
Sin la menor duda, la construcción de Baalbek fue una verdadera hazaña. Pero una hazaña humana, no el producto de alguna privilegiada mente extraterrestre. Si bien no ha alcanzado aún, ni quizás alcance nunca, la fama de la Gran Pirámide, Baalbek sigue siendo una referencia ineludible a la hora de especular sobre viajeros procedentes del espacio exterior. En rigor, su misterio ni siquiera debiera haber nacido, pues ya en 1905 no era misterio. Y sin embargo, la misma historia sigue repitiéndose una y otra vez...

1 comentario:

  1. Ale espabilao cogetela bajo el brazo, si la verdad es que no pesa tanto.......
    http://1.bp.blogspot.com/-mLBYw1fIY6E/Ty93GMgbnHI/AAAAAAAAAgY/kBCYX1QYjVk/s320/Piedra+de+Baalbek+tama%C3%B1o+descomunal.jpg

    ...DESINFORMADOR ESPABILAO....JETAAAAA NO TE FALTA.

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