THE TWILIGHT ZONE (La Dimensión Desconocida)

ByOskarele

“Abramos esta puerta con la llave de la imaginación. Tras ella encontraremos otra dimensión, una dimensión de sonido, una dimensión de visión, la dimensión de la mente. Estamos entrando en un mundo distinto de sueños e ideas. Estamos entrando en la dimensión desconocida”

Así, con estas bellas palabras y una musiquilla conocidísima,  empezaba cada uno de los 156 episodios de esta genial serie televisiva, “The Twilight Zone”, conocida como “La Dimensión Desconocida” o “En los límites de la realidad”, serie de ciencia ficción y fantasía estadounidense, creada por el simpar Rod Serling, que a la vez era el narrador y el anfitrión.

Uno de los primeros recuerdos que tengo de esta serie es de un capitulo absolutamente perturbador: narra la historia de un señor obsesionado con la lectura. Se pasa el día leyendo todo lo que pilla, hecho que a su esposa no le acaba de gustar y por el que tiene numerosas discusiones. De pronto un día ocurre una catástrofe global, de la que se libra porque se queda encerrado en la caja fuerte de un banco. Cuando sale no hay nadie vivo. Pero nuestro protagonista, en vez de desesperar, se muestra increíblemente contento. Ahora está solo y tiene todo el tiempo del mundo para leer. Y todos los libros que quiera. Pero la desgracia se ceba con él: cuando se dirige al edificio destruido de una biblioteca, tropieza, se cae y se le rompen las gafas… de leer.


Esto es “La Dimensión Desconocida”.

Pequeñas historias con moralejas y finales inesperados, pequeñas películas geniales e increíbles que marcaron a varias generaciones de amantes de la ciencia ficción.

Y todo gracias a un tal Rod.

Rodman Edward Serling nació en Syracuse, NY, un día de navidad de 1924, siendo en su juventud un muchacho extrovertido e imaginativo. Acostumbraba a leer de pequeño las geniales historias de “Weird Tales” o “Amazing Stories”, pulp fictions maravillosas, que influirían sobre manera en sus trabajos televisivos. Justo el día en que se graduó en la escuela secundaria se alistó en el ejército, siendo reclutado como paracaidista en la 2GM. Además fue boxeador, llegando a ser semiprofesional.

La 2GM influyó enormemente en su vida: ensanchó su experiencia y lo marcó profundamente, ya que recibió numerosas heridas. El mismo diría en sus memorias, ante los traumas del conflicto bélico, que “quedé muy lleno de resentimiento contra todos y todo cuando quedé fuera del servicio. Pienso que me convertí en escritor para desahogarme”. Así comenzó a trabajar en la radio, al principio en la de un instituto en el que trabajaba.

En 1946 conoció a la que sería su esposa, Caroline Kramer, con quien se casaría dos años después.  Al principio pasaron ciertas penurias económicas, pero la suerte cambió cuando ganó un concurso de guiones para seriales radiofónicos, con un premio de 500 pavos y un viaje a Nueva York. Esto marcaria profundamente su vida: estaba totalmente decidido a dedicarse a eso, a escribir.

En 1952 ya podía dedicarse exclusivamente a eso, a escribir guiones por encargo, muchos ya para series televisivas. Fue un piloto, “Patterns”, de 1955, la que le proporcionó la atención general del público: se convirtió en el primer episodio de una serie que se volvió a emitir a petición del público. Rod ganó el primero de sus seis premios Emmy, por mejor guión dramático. A partir de entonces su carrera se lanzó hacia el infinito.
Pero no era todo lo feliz que hubiese querido: la televisión cada vez dejó más al margen al personal creativo. Además la censura cada vez se hizo más fuerte: muchos de sus guiones fueron cambiados hasta quedar totalmente desdibujados. Fue su frustración contra la censura que lo lanzó a La Dimensión Desconocida. El mismo diría en su biografía “las cosas que no pueden ser dichas por un republicano o un demócrata, pueden ser dichas por un marciano.' Y Rod sintió que haciendo una serie ambientada en el espacio exterior o en algún lugar totalmente imaginario podía tener libertad creativa. Así surgió The Twilight Zone…  en 1959

Como creador de la serie, y por la naturaleza de la propia obra, Rod tuvo la suerte de tener bastante control artístico, algo nada normal en la época. Escribió la mayoría de los 156 episodios, fue el anfitrión de todos los capítulos, dejando unas geniales introducciones, además se encargo también de producirla y de venderla. Claro, que el éxito le acompañó.


La serie fue cancelada en 1964. Pasaría a la historia de la televisión y a la memoria colectiva de los que la siguieron en su época y de los que, como es mi caso, tuvimos oportunidad de volver a verla en las innumerables reposiciones. Posteriormente, a principios de los setenta, el propio Serling intentó realizar un producto similar, “Night Gallery”, con menos éxito del esperado.

Rod Serling falleció en 1975, dejando tras sí un legado único: una genial colección de brillantes dramas televisivos, además de una voz y un estilo que se convirtieron en parte del folklore freak (ahora lo llaman geek, creo…), y, sobretodo, una imagen: la de un señor de mediana edad, educado, apuesto y gallardo, que nos presentaba cada capítulo de La dimensión desconocida.

Si no habéis visto esta genial serie, y amáis los relatos de ciencia ficción o de fantasía, hacedme caso, ¡estáis tardando! Cada uno de los capítulos que la componen es una pequeña obra maestra. Lógicamente unos son mejores que otros, pero todos, todos, son buenos.


EN ESTE LINK PODEIS DESCARGAR UNOS SALVAPANTALLAS Y EL TEMA MUSICAL DE LA INTRO
AQUI OS DEJO LA INTRO



Y AQUI UNO DE MIS CAPITULOS FAVORITOS, "THE INVADERS"

1 comentario:

  1. POEMA DE LOS DONES

    Nadie rebaje a lágrima o reproche
    esta declaración de la maestría
    de Dios, que con magnífica ironía
    me dio a la vez los libros y la noche.

    De esta ciudad de libros hizo dueños
    a unos ojos sin luz, que sólo pueden
    leer en las bibliotecas de los sueños
    los insensatos párrafos que ceden

    las albas a su afán. En vano el día
    les prodiga sus libros infinitos,
    arduos como los arduos manuscritos
    que perecieron en Alejandría.

    De hambre y de sed (narra una historia griega)
    muere un rey entre fuentes y jardines;
    yo fatigo sin rumbo los confines
    de esta alta y honda biblioteca ciega.

    Enciclopedias, atlas, el Oriente
    y el Occidente, siglos, dinastías,
    símbolos, cosmos y cosmogonías
    brindan los muros, pero inútilmente.

    Lento en mi sombra, la penumbra hueca
    exploro con el báculo indeciso,
    yo, que me figuraba el Paraíso
    bajo la especie de una biblioteca.

    Algo, que ciertamente no se nombra
    con la palabra azar, rige estas cosas;
    otro ya recibió en otras borrosas
    tardes los muchos libros y la sombra.

    Al errar por las lentas galerías
    suelo sentir con vago horror sagrado
    que soy el otro, el muerto, que habrá dado
    los mismos pasos en los mismos días.

    ¿Cuál de los dos escribe este poema
    de un yo plural y de una sola sombra?
    ¿Qué importa la palabra que me nombra
    si es indiviso y uno el anatema?

    Groussac o Borges, miro este querido
    mundo que se deforma y que se apaga
    en una pálida ceniza vaga
    que se parece al sueño y al olvido.

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