LOS PIONEROS, PARTE 5: SEGUNDO DE CHOMÓN, EL DESCONOCIDO MÉLIÈS ESPAÑOL 1/2


ByOskarele

El diecisiete de octubre de 1871 nació en Teruel, España, Segundo Víctor Aurelio Chomón y Ruiz, que con los años se convertiría en director de cine, además de ser fotógrafo, experto en efectos especiales y creador de decorados.  Es uno de los personajes menos conocidos de la historia del cine español, y, sin duda, uno de los que más merece la pena conocer. Vamos a ello.

Se sabe bastante poco sobre su infancia y adolescencia, aunque sabemos, como mínimo, que fue una persona ilustrada, ya que comenzó a hacer la carrera de ingeniero, para lo que tenía que tener el bachiller. No está muy claro si acabo o no dicha carrera universitaria, ya que hay quien dice que la tuvo que interrumpir para hacer el servicio militar en Cuba, en aquella época un foco de tensión importante por las revueltas independentistas, en las que se vio inmerso nuestro protagonista.

Se sabe también que nada más regresar de cuba en 1897, viaja a París, donde conoce, maravillado, el invento de los Lumière, hecho que catapulta su decisión de dedicarse plenamente al cine, comenzando por la impresión de títulos en castellano para las películas extranjeras y con el coloreado a mano de las copias de filmes fantásticos. Más tarde decidiría también ser realizador y cámara. Allí también conocerá a la vedette Julienne Mathieu, que trabajaba coloreando películas para Méliès, con quien se casaría.

Chomón será responsable de la creación de un género único en el mundo: la  zarzuela cinematográfica que se inicia en los primeros tiempos del cine como sucedáneo teatral y que anticipa, rudimentariamente, al cine sonoro. Aquel cine parlante es una tabla de salvación ante la competencia que supone el teatro y se hacía mediante la sincronización de la imagen cinematográfica y un disco fonográfico. Chomón anticipo a su manera el cine sonoro.

Comienza a realizar películas a saco, cuyos temas van de la comedia ingenua a las más fascinantes fantasías. Dos de ellas, “Adiós de un artista” y “Amor gitano” le darán un enorme prestigio. Dedica también cierto tiempo al reportaje, y “Boda de Alfonso XIII” es uno de los más afortunados de los que realiza en 1906, ya trabajando para la Pathé. Pero, aparte de estos filmes de consumo, también se va desarrollando como cineasta con títulos mas arriesgados como  “El biombo de Cagliostro”, “La casa de los duendes”, “El castillo encantado” o, “Choque de trenes” de1902, la primera película española donde se utilizan maquetas.

En 1905 “Los guapos del parque”  causó verdadera sensación y proporcionó a Chomón un amplio crédito entre profesionales y empresarios. “Gulliver en el país de los enanos”, del mismo año,  es un notable ensayo de trucos y fantasías, logrados con la utilización de la doble impresión y constituye una gran innovación dentro del cine español.

Pero si en algo destaco Segundo de Chomón es por ser un pionero, a la altura de Méliès, si no mas, en el género de la ciencia ficción, especialmente el tema de los viajes espaciales. No es casual que uno de sus primeros films sea “Eclipse de Sol”; aquí, la cámara del aragonés fijó su objetivo en el cielo para captar un fenómeno real, que habría de convertirse en maravilloso cuando utilizara su prodigiosa inventiva en los temas de fantasía.

Después de esta el realizador entra ya en una decidida vocación por lo extraño y lo fantástico.  Es fichado por la productora francesa “Pathé Frères”, de París, de la que hablaremos más adelante, para ser la competencia de Méliès (también fichan al genial Ferdinand Zecca, del que hablaremos mas adelante), dando lugar a joyas como “Voyage dans le planète Júpiter”, de 1907, “Voyage dans la Lune”, del mismo año o  “Mars” de 1908. Todas estas tienen un aroma 100% Méliès, aunque realizadas con desparpajo e imaginación.



Pero aborda otros campos del género fantástico, como en la obra de 1905 “L´etang enchanté” (El lago encantado), rodada totalmente en exteriores y en la que aparecen hadas y gnomos; “Gulliver en el país de los gigantes”, film rodado en España ese mismo año, con geniales trucos;  “La lègende du fantôme” de 1907,  rica y sugestiva, con unos decorados fantásticos y complejos, propios de un cine posterior. Ese mismo año dirige “Boîte à cigares” (La caja de cigarros) del que merece la pena hacer un esbozo de su argumento: Una caja con aspecto de bombonera aparece en el centro de una habitación. Un hombre de largas barbas manipula a su alrededor con una varita mágica. Se abren las puertas y se ofrece, en posición vertical, un puñado de puros. Nuevas manipulaciones del barbudo convierten los puros en ramo de flores; las flores en esplendorosas bailarinas que, abandonando su podio, ejecutan una vistosa danza. Segundo de Chomón no utilizó trucos, pues se limitó a escamotear un motivo para sustituirlo por otro, con sólo detener la cámara cinematográfica.





Comienza, además a abordar labores técnicas para otros directores, como los efectos especiales de “La gallina de los huevos de oro” del italiano Albert Capellani  (1905) o en tres películas de Zecca,  “Excursión a la luna”, “El pescador de perlas” y “Vida y pasión de Nuestro Señor Jesucristo”. En esta última película aparece por primera vez la utilización consciente del travelling en interiores sobre una plataforma con ruedas (antes se había empleado sobre un medio de transporte -tren, coche…- siempre en exteriores)

No hay comentarios:

Publicar un comentario