LOS GITANOS, UN PUEBLO MARGINADO. PARTE 3: LA DIASPORA GITANA



ByOskarele

Los estudios lingüísticos nos ayudan a elaborar la evolución de las migraciones del pueblo gitano: se pueden documentar las adquisiciones lingüísticas de los diferentes territorios por los que fueron pasando.  Así tiene préstamos del persa de su paso por Persia, pero no del idioma árabe lo que demuestra que su paso por Persia fue anterior a su islamización hacia el 900 d. C. De los siglos XI-XII tiene préstamos de lenguas del Cáucaso. Luego se detecta la migración hacia Turquía, donde recibe préstamos del griego, pero no del turco, lo que indica que su paso fue anterior a la invasión turca.

Hacia el 1300 d. C. se produciría la entrada en los Balcanes, donde adquirió préstamos de las lenguas eslavas. En 1322 hay referencias de un pueblo con características similares a los “atsigani” viviendo en Creta, y en 1350 se menciona un pueblo similar, con un único lenguaje, al que llama "mandapolos", una palabra que según se piensa deriva del griego "mantes" (profeta o adivinador).

Hacia 1360, un feudo gitano independiente (llamado el Feudum Acinganorum) se estableció en Corfú y se convirtió en una «comunidad estable, y una importante y consolidada parte de la economía». Dado que la región ocupada por estas comunidades rom era llamada «el pequeño Egipto», los peregrinos que la atravesaban para ir a Tierra Santa extendieron por toda Europa el apelativo de «egipcianos», de donde procederían los nombres de egitanos, gitanos, gitans, egypsies y gypsies. Además de los asentamientos griegos está documentada una larga estancia en los Balcanes, en tierras de serbios, búlgaros y rumanos, en el siglo XIV.

En el siglo XV, a causa de las incesantes guerras entre bizantinos y pueblos tártaros y turcos, los gitanos iniciaron una nueva migración, esta ya suficientemente documentada gracias a las evidencias lingüísticas. Tomarían diferentes rutas: unos se irían hacia el oeste, al interior de Europa, y otra hacia el sur, hacia Siria, cruzando áfrica del norte y el estrecho de Gibraltar. En España se informa de su presencia por primera vez en 1415, y el 8 de mayo de 1425 se les localiza en Zaragoza. En 1435 fueron vistos en Santiago de Compostela, y en 1462 se les recibió con honores en Jaén. En 1493 estaban en Madrid. En esta última ciudad, en el Concejo «…acordaron de dar limosna a los de Egibto porque a ruego de la Villa pasaron delante, diez reales, para evitar los daños que pudieran hazer trezientas personas que venían…».

El primer documento conservado que trasluce una presencia gitana en la península es de 1415. En él Alfonso el Magnánimo concede salvoconducto a un tal Tomás Sabba, peregrino a Santiago de Compostela. Ese mismo monarca concede otra carta de paso en 1425 a otro jefe gitano con su gente, ordenando que sea bien tratado:
«…Como nuestro amado y devoto don Juan de Egipto Menor… entiende que debe pasar por algunas partes de nuestros reinos y tierras, y queremos que sea bien tratado y acogido… bajo pena de nuestra ira e indignación… el mencionado don Juan de Egipto y los que con él irán y lo acompañarán, con todas sus cabalgaduras, ropas, bienes, oro, plata, alforjas y cualesquiera otras cosas que lleven consigo, sean dejado ir, estar y pasar por cualquier ciudad, villa, lugar y otras partes de nuestro señorío a salvo y con seguridad… y dando a aquellos pasaje seguro y siendo conducidos cuando el mencionado don Juan lo requiera a través del presente salvoconducto nuestro… Entregada en Zaragoza con nuestro sello el día doce de enero del año del nacimiento de nuestro Señor 1425. Rey Alfonso.»  

La estrategia de supervivencia más común era la de presentarse como peregrinos cristianos para buscar la protección de un noble. La forma de vida era nómada y se dedicaban a la adivinación y el espectáculo.

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