LA VIDA SIGUE SU CAMINO, PARTE 3. LA EXPLOSION CAMBRICA QUE NUNCA EXISTIO


ByOskarele

El antepasado más primitivo que tenemos, una criatura gusaniforme llamada “Pikai gracilens”, consiguió salir adelante. Tenía una espina dorsal primitiva, convirtiéndose en el ancestro común de todos los vertebrados posteriores. No era demasiado abundante, así que cualquiera sabe lo cerca que pudo estar de extinguirse.

Hoy sabemos, en realidad, que existieron organismos complejos cien millones de años antes del cámbrico, por lo menos. Y esto es, sobre todo, gracias a los descubrimientos de Reginald Sprigg en Australia, joven geólogo especializado en minas, que un día, por casualidad, encontró un pedrusco de arenisca con la superficie cubierta de delicados fósiles, muy parecidos a las impresiones que dejan las hojas en el barro. Fue en los años cuarenta y no tuvo la aceptación esperada con sus hallazgos.

En 1957 un escolar llamado John Masón iba andando por la Midland inglesa cuando se encontró una piedra que tenía un extraño fósil, parecido a un pólipo, y que era exactamente igual a aquellos que encontró Sprigg unos años antes. Lo llevo a la universidad de Leicester donde fue rápidamente identificado como pre-cámbrico. El joven Masón fue retratado en los periódicos y se le trato como un héroe. Al espécimen se le llamaría Charnia Masoni. También le vino bien esto a Sprigg, que aun intentaba vender sus hallazgos.

Aun hoy en día no está muy claro que eran aquellas pequeñas cosicas ni como Vivian. No tenían, por lo que podemos saber, ni boca ni ano por los que introducir y expulsar materiales digestivos, ni órganos internos para procesarlos. Los más dinámicos no eran más complejos que una medusa. Algunos creen que ni siquiera eran animales, sino que se parecían más a las plantas o los hongos, claro que en aquella época igual las diferencias entre estos eran menores. Muchos creen que se trata de un experimento fallido, un intento de complejidad que no cuajo, tal vez porque fueron devorados por otros organismos animales más agiles y refinados del periodo cámbrico, ya que no hay nada vivo hoy que muestra una similitud con aquellos seres de Sprigg.

Muchas autoridades creen que hubo un exterminio masivo en el paso del precámbrico al cámbrico y que ninguna de las criaturas ediacaranas (como se les conoce hoy en día), excepto, quizá, la medusa, consiguió pasar a la fase siguiente.

Sea como sea, lo cierto es que en el periodo cámbrico se crearon todos los filums (planos corporales) que existen hoy, y muchos más que desaparecieron. Actualmente la evolución se limita a retocar esos viejos planos, a crear nuevas especies. Aquellos primeros fósiles del cámbrico fueron sometidos a un proceso de revaloración crítica: se clasificaron basándose en los rasgos que comparten, y el resultado fue que no había en realidad tanta diversidad de filum en los fósiles de Burgess como parecían indicar los primeros estudios, ya que, además, había numerosos errores de clasificación e interpretación.

Además, por desgracia, parece ser que aquella famosa explosión cámbrica no fue tan explosiva. Ni mucho menos. Hoy se cree que los animales cámbricos probablemente estuviesen allí todo el tiempo, solo que eran demasiado pequeños para ser vistos. Fueron una vez más los trilobites los que aportaron la clave… en concreto esa aparición desconcertante de diferentes tipos de ellos en emplazamientos dispersos del planeta. Me explico.

Una cosa es tener una criatura bien formada, como un trilobite, que brote de forma aislada o otra obtener muchas, todas distintas, pero claramente relacionadas, y en distintos sitios alejados del registro fósil. No hay una prueba más clara de que tuvieron que tener un ancestro que inicio la línea en un pasado anterior. Y la razón de que no lo hayamos encontrado es que, probablemente, era tan pequeño que no pudo conservarse. Los mares están llenos hoy de pequeños artrópodos que no dejaran ningún registro fósil. Así que la explosión fue más bien una expansión, aunque bastante rápida.

La idea es que, igual que los mamíferos tuvieron que esperar varios millones de años a que desaparecieran los dinosaurios para que les llegara su momento de irrumpir profusamente por todo el planeta, quizá lo artrópodos y otros tripoblastos esperaron en un anonimato microscópico a que los organismos ediacaranos dominantes palmasen.

Sin duda la vida es sumamente extraña, como veremos en los siguientes capitulos.

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