EL MANUSCRITO VOYNICH. Capitulo III John Dee y Edward Kelly


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Entonces, y atendiendo a lo q dice la Carta Marci, el manuscrito Voynich debía de encontrarse en la Kunstkammer (biblioteca personal de Rodolfo II en su castillo de Praga) a finales del SXVI

La siguiente incógnita es como y sobre todo, por medio de quien, llega hasta allí. Apuntábamos en el capitulo anterior la fanática afición de Rodolfo por lo esotérico y alquímico; no tenia inconveniente en abonar generosamente por cualquier tratado o iniciación; lo cual, sin duda, atrajo a todo tipo de mercaderes de sueños; entre ellos charlatanes y falsificadores, vendedores de panaceas inexistentes.
Y a dos más: John Dee y Edward Kelly

Rodolfo había quedado impresionado por las habilidades de estos tras su primer encuentro y no dudo en invitarles a pasar una temporada en su corte; Edward le aseguro al monarca que podría enseñarle, no solo a convertir cualquier metal en oro, sino otros tantos misterios alquímicos. Se labro así una enorme cercanía al monarca que le lustro de riquezas además de nombrarle Caballero de Bohemia. Por su parte Dee prefirió mantenerse en un segundo plano y dejarse de promesas.


Dos compañeros muy diferentes - ¿fueron ellos los que llevaron el manuscrito a la corte de Rodolfo? - Hablemos primero de Edward Kelley

Pues le faltaban las dos orejas por delitos de falsificación mientras desempeñaba labores de notario; un tipo dudoso, unas veces rico, con frecuencia pobre; buen bebedor que se gana unos peniques enseñando un viejo manuscrito de “antigua y poderosa magia y sobrenatural sabiduría” que nadie puede leer; hipnotizador y médium de ferias.

Cuentan los relatos de Kelley que ciertamente poseía un libro al que él atribuía sus avezados conocimientos de lo desconocido; según él, arrebatado de la tumba de un obispo católico ingles en los tiempos de la protestante Isabel; un manuscrito, que el ladrón decepcionado, cambio a un tabernero por una mísera botella de vino. El propio Kelley lo compraría más tarde, disimulando su valor, por una libra al ignorante.

Bueno, podría ser o podría ser que no.
Podría ser que las historias que hablan del libro de Kelley que nadie entiende fueran verdad y que aun así, no fuera el Voynich.
Podría ser original o una falsificación.
Podría haberlo hecho solo o con la colaboración de su amigo Dee

John Dee era ya toda una figura académica de prestigio cuando conoce al joven Kelley huyendo de la Gran Bretaña rumbo a la Europa continental; si bien es cierto que tras una convulsa vida siempre cerca y siempre bajo sospecha de una cambiante realeza inglesa le han dejado en una posición económicamente precaria y socialmente incomoda; sea como fuere este alumno y profesor de Cambridge, uno de los matemáticos mas destacados de su tiempo, primero en medir la distancia de una supernova, ¡experto en  criptografía!, también docto en la Kaballah, en numerología y encargado por la misma Reina Isabel de maldecir con absoluto éxito a la Armada Invencible, decide, cosas de la vida, acompañar y servir de pareja artística a Kelley por Europa.

Se sabe que en su periplo en ocasiones y para salir de algún apuro económico se valieron de la venta de libros que ellos mismos envejecían para aumentar su valor; y en este aspecto un apunte del Voynich q ya analizaremos como tal en profundidad mas adelante, los estudios recientes demuestran que hay 2 grafologías diferentes; esto es ha sido escrito en colaboración de dos.

Nada confirmado
Arrebatado del sepulcro de un obispo
Dueto Dee-Kelley
Queda otra historia

Y es que se tiene constancia de que en tiempos de Enrique VIII padre de Isabel I de Inglaterra, el Duque de Northcumberland recibió la encomienda de viajar por las instituciones religiosas con la misión de destruir todo libro considerado herético; este duque tan cierto como su misión, era amigo del padre de Dee, por entonces solo un muchacho pero ya estudioso lingüista que habría recibido tan exclusivo y extravagante  obsequio con gran entusiasmo. En la Abadía de Essex dicen q lo encontró

Nada confirmado

Al contrario q el final de Kelley; perfectamente documentado y es que Rodolfo no se debía tener del todo por estúpido y cansado de las promesas siempre postergadas de obtener de Kelley verdadero conocimiento alquímico termino por recluirlo en prisión; de nada sirvió la intercesión de su viejo amigo Dee y por el de la Reina Isabel; Kelley lo intento primero con la pluma; escribiendo un tratado alquímico q no convenció al monarca y más tarde con una cuerda q resultó corta y desde la q se precipitó al suelo desde la torre donde estaba custodiado; solo consiguió romperse una pierna; unos días mas tarde después moría ya sin piernas, amputadas por culpa de la cangrena.



    Capitulo IV. Sobre la mesa

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