BARRIO (Fernando León de Aranoa, 1998)


ByOskarele

... Y lo que respecta a la actualidad nacional, el comienzo de las vacaciones de verano
constituye la principal noticia de la semana. Al menos dos millones de madrileños se han desplazado en lo que va del mes hacia la costa, dispuestos a disfrutar unas merecidas vacaciones...
¿Habéis visto esta película? Imagino que si eres español, es posible que la hayas visto. Si no, seguramente no, ya que esta obra no es demasiado conocida. Si no la has podido ver, estas tardando en descargarla o alquilarla, porque es de lo más grande que se ha hecho en el cine social en los últimos años.

“Barrio” es una película dirigida por el director y guionista madrileño Fernando León de Aranoa, nacido en mayo de 1968, licenciado en ciencias de la imagen por la Complutense de Madrid. Tras una breve, pero interesante, experiencia en el mundo del cortometraje (“Sirenas”, de 1994) se lanza al largo con la genial película “Familia”, de 1996, genial obra en la que se analiza la soledad y el desarraigo de la sociedad actual (temas frecuentes en su obra), a través de la historia de un señor que el día de su cumpleaños contrata a un grupo de actores para que aparenten ser su familia. Con esta obra se llevó pa casa el Goya al mejor director novel. En 1998 dirigió la peli que nos ocupa, “Barrio”, tragicomedia critica sobre la adolescencia en un barrio humilde, por la que ganó el Goya al mejor director y al mejor guion original. Además se llevo la concha de plata del festival de San Sebastián al mejor director.

Cuatro años después, en 2002 dirige “Los lunes al sol”, otra obra maestra, protagonizada por Javier Bardem y Luis Tosar, sobre el drama del desempleo en nuestro país. Se llevaría cinco Goyas, entre ellos mejor película, director y guion, además de lograr la concha de oro a la mejor película en San Sebastián.

A esta le seguiría “Princesas”, del 2005, drama sobre la prostitución y la inmigración, protagonizada por unas geniales Micaela Nevarez y Candela Peña (ambas se llevaron Goyas para casa). Es probablemente su obra menos conseguida, ya que es bastante irregular y tediosa, aunque no abandona en ningún momento la crítica social que caracteriza su cine. Quizá lo más destacable, aparte de las interpretaciones femeninas sea la canción principal, “Me llaman calle” escrita e interpretada por el músico Manu Chao. Una maravilla de canción.

Aparte, Fernando León mantiene en paralelo una interesante carrera como documentalista, con títulos como “Caminantes” (2001), sobre el movimiento zapatista, o “Invisibles”(2007), trabajo coral en el que también colaboraron Win Wenders o Isabel Coixet. En la actualidad prepara un documental sobre el cantautor Joaquín Sabina.

La peli que nos ocupa, “Barrio”, es, desde mi humilde perspectiva, su obra maestra, la más completa y emotiva, con un guion que debería ser estudiado en las escuelas de cine.

Trata sobre unos chicos de barrio, de uno de esos barrios humildes de currantes situados en la periferia de nuestras grandes ciudades. Barrios a los que no van los ricos del centro, a no ser para pillar cocaína o buscar alguna prostituta. Barrios donde los chavales no tienen otra escapatoria que la imaginación para escapar de unas vidas destruidas antes de empezar.

Es la historia de tres zagales, Javi, Manu y Rai.

Es la historia de tres amigos con esa tonta edad en la que ni se es hombre ni se es niño, sino todo lo contrario.

Es la edad en la que las hormonas fluyen descontroladas, en la que empezamos a tomar conciencia de la vida, de la miserable vida. Es la edad del porvenir que no tendrán (tendremos). Es la época del instituto, las chicas, los primeros porros, las primeras borracheras, las primeras frustraciones, los primeros puñetazos. Es la edad en la que creíamos ser hombres, cuando solo éramos niños disfrazados con armaduras de machitos. 

Pero también es la edad de la inocencia, la edad en la que empezamos a pagar el tributo de una vida que no elegimos, que nos vino dada y que no tenemos más remedio que aceptar.

Nuestros tres protagonistas son una representación simbólica de todos los chicos y chicas de clases medio bajas (de los que me siento, orgulloso, parte integrante), de todos aquellos que parten con desventaja en la carrera de la vida, de todos aquellos que no pueden ver mas allá del fin de semana. De todos aquellos que ven que el horizonte se estrecha, que no hay nada mas allá, que no pueden hacer nada para escapar de un laberinto asfixiante. Que no hay más que desengaño e ilusiones que se muerden la cola. De aquellos que si quieren algo solo lo van a conseguir con su esfuerzo.

Es la vida de los Nadie.

Y todo este drama adolescente se contextualiza en un humilde barrio madrileño en pleno verano, uno de esos barrios de casas de protección oficial, de ladrillo visto y líneas rectas. Un barrio donde poco hay que hacer, y menos en agosto, cuando los que pueden, que no son muchos, se van de vacaciones. Nuestros protagonistas se pasan el verano tirados por las calles, hablando y meditando sobre su triste existencia y sobre su efímero porvenir.

Además, la película, al mismo tiempo que nos pinta a estos tres jóvenes personajes sin dinero, sin amor y sin familia, dentro de un cumulo de desgracias dolorosas, como cuando los  padres de Javi se separan o cuando Manu descubre que su hermano en realidad no es un hombre de negocios sino un drogadicto o cuando Raí es capturado por la policía, a la vez, muestra situaciones cómicas repletas de ironía, como cuando Manu logra un curro de repartidos de pizzas, pero tiene que repartir en bus por que no tiene moto, o cuando les toca una moto acuática, que no pueden emplear porque no pueden ir al mar, y la dejan aparcada y amarrada junto a una farola.

Chungo es sacar humor de la adversidad, pero Fernando León lo consigue, aunque cueste reír.

La película es una autentica obra maestra, tanto por las geniales interpretaciones como por el brutal guion, pasando por una banda sonora genial, sobre todo por los aportes del grupo madrileño Hechos Contra el Decoro (del que abajo os dejo una canción), Quizá la única crítica negativa que se me ocurre (y que, además, es común a toda la obra de Fernando León) es que los diálogos son demasiado currados para que sean reales. Pero eso no importa. Son efectivos y contundentes. Para muestra, un botón:

-    ¿Y las pizzas?
-    Están frías
-    ¿No las tienes que llevar?
-    Paso, que vengan aquí a por ellas
-    Muy bien dicho!
-    ¿Te imaginas adelantar diez años seguidos, o treinta y tener ya cuarenta de
Golpe?
-    ¡Estaría de puta madre!
-    Ya casado, con curro, viendo la tele en tu casa
-    o tirado en un alberge -no te jode- hecho mierda con el hígado reventado
-    O en un chalet con piscina rodeado de tías en pelotas
-    O en la cárcel con sida
-    ¡una mierda! En una isla que me he comprado porque me ha tocado la bono loto
-    O con un tiro en la cabeza en una cuneta
-    O un yate en Marbella tirándome a Claudia Schiffer
-    ¡No jodas! Que ya será una vieja



No hay comentarios:

Publicar un comentario