PITAGORAS Y SU ESCUELA ESOTERICA, PARTE 1. INTRODUCCION

ByOskarele

"Para todo triángulo rectángulo, el área del cuadrado construido sobre la hipotenusa es equivalente a la suma de las áreas de aquellos construidos sobre los catetos"
Pitágoras de Samos (582-507 a.c.) se llama así porque nació en la isla del mismo nombre, que se encuentra en el mar Egeo.

De mocico  viajó a Mesopotamia y a Egipto, conociendo de primera mano parte de su ciencia y de sus misterios. Poco se sabe de su infancia, excepto que tenía dos hermanos y fue un joven muy instruido. De nuevo en Samos, terminaría sus estudios y fundaría su primera escuela, en época de la tiranía de Policrates, del que tendría que salir huyendo, para establecerse en la Magna Grecia (el sur de la Italia actual) hacia el 525 a.c., fundando una segunda escuela en la ciudad de Crotona, la más importante de todas.

Estas escuelas, aunque rigurosamente esotéricas y estrictas, eran a la vez increíblemente abiertas para la época: se admitían mujeres, se prohibían las conductas discriminatorias, existiendo estudiantes de todas las razas, religiones y clases sociales.

En términos estrictos se trataría más bien de una sociedad filosófica a la vez que política y religiosa. Además, en ella, aparte de la doctrina publica general existía una doctrina esotérica, a la que solo tenían acceso los iniciados, tras pasar por varias pruebas y purificaciones, y que formaba un autentico grupo cuasi-religioso, casi una secta: tenían una serie de normas y reglamentos, como la comunidad de bienes, llevar ropa de lino, abstenerse de todo sacrificio sangriento (no comían carne) o no comer habas, llegando incluso al celibato.

Se sabe que en la escuela existía una variedad de grados y clasificaciones para los discípulos, desde los meramente iniciados hasta los maestros.

La escuela de Crotona tomó parte activa en cuestiones políticas, lo que tuvo como consecuencia que fuese perseguida y que se diese muerte a Pitágoras. Se dice que los habitantes de Crotona, impulsados por los pitagóricos, liderados por uno de ellos, llamado Milón, lucharon contra los sibaritas (el partido democrático de Sibaris) a favor del partido aristocrático. Consiguieron vencerles, pero rápidamente surgieron conflictos entre los vencedores, sobre todo en lo que respecta al reparto del botín.

Uno de los grupos, acaudillado por un tal Cilón, enemigo de Pitágoras, los atacó, asesinando a muchos de ellos, obligando a los demás a huir, entre ellos el propio maestro, que se refugió en Metaponte. Aquí fallecería el filósofo, no se sabe si de muerte natural o violenta, pues la persecución contra ellos aun continuaba. Su memoria, obras e ideas seguirán siendo reverenciadas por sus seguidores y discípulos.

Como Pitágoras no dejó ninguna obra escrita (y son bastante dudosas las que supuestamente son de sus discípulos), todo lo que conocemos de él y de su pensamiento es lo que nos han legado sus seguidores y sus detractores.

Por esto mismo es difícil diferenciar entre lo que es obra suya y lo que surgió del conjunto de su escuela, por lo que considero que es más legítimo referirse a los “pitagóricos” en vez de al filósofo en sí. Al hablar de Pitágoras se sigue más bien la tradición filosófica, más que testimonios auténticos y textos claros.

Esta tradición filosófica, casi mítica, sobre Pitágoras comienza con sus seguidores inmediatos, continua con Platón y Aristóteles, sigue durante toda la época romana para regresar en el renacimiento con más fuerza que nunca, influyendo en Giordano Bruno, Da Vinci, Leibnitz…  la Masonería especulativa del siglo XVIII lo pondrá entre sus más grandes referencias y los matemáticos de la revolución industrial lo adorarán.

La idea esencial de los pitagóricos es que la estructura del universo era matemática y geométrica.

Esto, que puede parecer fútil o absurdo hoy en día, es de una enorme trascendencia.

Los filósofos anteriores, como los miembros de la escuela de Mileto anteriormente citados, explicaban el mundo en el terreno material y sensible (el agua o el aire eran el sustrato de la realidad), sin que el hombre o dios llamaran mucho su atención. En cambio, la escuela pitagórica eleva el problema desde el terreno puramente material al terreno matemático, más racional, abstracto y profundo, y por supuesto, más universal.

Para algunos estas ideas se explican por la influencia de las culturas religiosas y esotéricas que habría recibido Pitágoras en Egipto, Babilonia y Persia (se dice que conoció al mismo Zoroastro), siendo una combinación de elementos griegos y elementos orientales.

Mañana nos adentraremos algo más en su filosofía y cosmología.

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