ByOskarele
Si existe un pueblo maltratado y excluido sistemáticamente a lo largo de la historia, con permiso de los judíos, este es el pueblo gitano. Pero ¿Quiénes son los gitanos? Para empezar decir que son una etnia (entendida esta como un grupo en la cual los miembros se identifican entre ellos como descendientes de unos antepasados comunes o con otros lazos históricos de nexo común) con un más que probable origen Indio, como veremos mas tarde, y con numerosos rasgos culturales comunes, aunque también con enormes diferencias. Actualmente son la minoría étnica más numerosa de Europa.
El estudio de este pueblo se ha visto lastrado por dos impedimentos importantes: en primer lugar porque es un pueblo que apenas ha dejado constancia de su historia, siendo habitual, en cambio, la narración oral, que, a la fuerza, hace que se desvirtúe la realidad histórica.
Por otro lado, la mayoría de estudios han sido realizados por estudiosos no gitanos, y, generalmente, desde un punto de vista racista o etnocentrista, colaborando, en parte al enorme prejuicio que se tiene hacia esta comunidad.
En España suele emplearse el término “Gitano” para referirse a este pueblo, aunque conlleva un cierto matiz peyorativo. Otras acepciones son “Rom” (que significa “hombre” o “marido” en Romaní) o “Calé” (esta palabra parece proceder del indostaní «kâlâ», que significa “negro”)
Lo curioso es que la palabra “gitano” procede de “egiptano” y esto es debido a que en el siglo XV se pensaba que procedían de Egipto, en parte provocado porque muchos grupos se presentaban a si mismos como “nobles egipcianos” (en 1425, dos romaníes pidieron un salvoconducto al rey Juan II de Aragón, en el cual se hacían llamar «condes del Egipto Menor»)
Pero existen otros términos para referirse a esta histórica comunidad: por ejemplo “Zíngaros”, término derivado probablemente del griego “Atsinganoi” (literalmente intocable), nombre atribuido a una secta maniquea procedente de Frigia, aunque hay lingüistas que la consideran una falsa etimología. De este término provienen los derivados en alemán (Zigeuner), en húngaro (cigány), en italiano (zingaro) y en portugués y gallego (cigano). En francés se usa con doble ortografía (tzigane o tsigane).
En Francia también se les conoce como “bohemios” (bohemiens o boumians), por haber entrado los gitanos europeos en aquel país, en el siglo XV, gracias a un salvoconducto del rey de bohemia.
Lamentablemente, en la actualidad, la marginación, la exclusión y la persecución hacia este pueblo siguen estando a la orden del día. En España un porcentaje amplio de este colectivo vive en situaciones de extrema pobreza y marginalidad, asociados con la delincuencia, la venta de droga y la mendicidad. En países cercanos, como Francia o Italia, se están produciendo movimientos lamentables por parte de las autoridades de expulsión de poblaciones gitanas de origen rumano, a pesar de ser miembros de pleno derecho de la unión europea.
De su situación, condicionada como explicaremos más adelante, por la marginación y la exclusión por parte de las “mayorías” de los países donde habitan, también son, en parte, responsables ellos mismos. Os dejo con unas sabias palabras de un político y activista gitano, Juan de Dios Ramírez Heredia, abogado y licenciado en ciencias de la información y estudioso de la historia y la cultura de su pueblo y defensor a ultranza de sus derechos. Además fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Cádiz, siendo el primer gitano que recibe dicha distinción en el mundo, y es cofundador de la Unión Romaní Internacional y presidente de Unión Romaní Española desde 1986 hasta la actualidad. El siguiente texto esta extraído de una de sus obras, “Nosotros los gitanos”, de 1971, valiosísima e imprescindible referencia para nuestro análisis sobre este pueblo.
“Sabemos que la marginalidad gitana no nos viene impuesta solamente por el mundo payo. También los gitanos somos artífices de nuestro propio apartheid, porque nos resistimos a renunciar a nuestro feudo, que es el mundo entero, cuando, por contraste, en casi todas partes estorbamos y nos echan despreciativamente, no queriéndonos por vecinos. Finalmente es el propio derecho civil de la sociedad paya quien constituye un acicate para nuestros deseos de libertad.
Tanta inscripción en el registro civil, tanto carnet de identidad, tanto pasaporte, tanto servicio militar, tantos certificados, pólizas, timbres, permisos, patentes y papeleo de toda índoles es camisa que a todos los gitanos nos ha venido siempre demasiado ancha, aunque, últimamente, convencidos de sus posibles ventajas, se vaya ajustando un poco más al cuerpo”
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