ByOskarele
Va a ser bastante difícil que te conviertas en un fósil. El destino de casi todos los humanos y todos los demás organismos vivientes (alrededor del 99.9%) es descomponerse en la nada. Cuando te quedes sin pilas, todas las moléculas que forman tu precioso cuerpo, se olvidaran de ti y se dispersaran, para rehacer su vida rápidamente junto a otros seres.
Así son las cosas.
Aunque consigas figurar en el pequeño y selecto grupo de organismos con acceso VIP, ese menos del 0.1% de los mortales, las posibilidades de que acabes convertido en un fósil son bastante escasas, ya que, para que esto ocurra, tienen que suceder varias cosas.
Primero, tienes que palmar en el lugar adecuado: solo el 15% de las piedras, aproximadamente, puede preservar fósiles, así que de nada te sirve caer fulminado sobre un lugar donde dentro de dos millones de años habrá granito.
En términos prácticos, tienes que acabar enterrado en un sedimento en el que puedas dejar una impresión, como la de una pisada en el barro, o descomponerte sin exposición al oxigeno, permitiendo que las moléculas de tus huesos y partes duras sean sustituidas por minerales disueltos, creándose una copia petrificada de tu original.
Más tarde, cuando los sedimentos en los que yace tu fósil sean prensados, plegados y zarandeados de un lado a otro por los procesos de la Pachamama, tu fósil debe mantener, de algún modo, una forma que permita identificar que eras.
Finalmente, pero sobre todo, cuando hayas pasado decenas de millones o tal vez, centenares de millones de años, oculto bajo toneladas de piedra, alguien debe encontrarte e identificarte como algo digno de ser conservado y estudiado, porque si no es así, permanecerás hasta que el sol estalle solito, aburrido y aplastado.
Se cree que solo un hueso de cada mil millones llega a fosilizarse. Esto significa que el legado de todos los andaluces (pa no ir más lejos) que viven hoy (unos 8.300.000, con 206 huesos cada uno) será de unos miserables 1.7 huesos... Pero, no seáis optimistas, esto no quiere decir que vaya a encontrarse alguna vez este hueso y medio: ten en cuenta que puedes ser enterrado (si falleces en el planeta Tierra, claro) en un área aproximada de 9.3 millones de kilometros cuadrados, y que pocos de estos kilometros van a ser excavados alguna vez, sería una especie de milagro que te encontrasen.
La mayor parte de lo que ha vivido alguna vez en la Tierra no ha dejado atrás el menor recuerdo a largo plazo. Solo una especie de cada mil ha accedido al registro fósil. Por eso no es raro que sepamos tan poco de las especies animales del pasado. Además, lo que sabemos está bastante sesgado a favor de las criaturas marinas (el 95% de los fósiles encontrados vivieron en sus tiempos bajo el agua, casi todos en mares poco profundos)
Todo esto lo menciono con un propósito para que entendáis lo preciado y dificilísimo que es convertirse en un fósil de museo. Seguro que la próxima vez que veáis un trilobite fosilizado os paráis a pensar por lo que ha pasado el pobrecillo.
Por cierto ¿Sabéis lo que es un trilobite?...
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