EL GIGANTE DE HIERRO, Brad Bird, 1999


Hace poco os hablaba de la genial “Wall e”, una obra maestra de la animación cinematográfica (y del cine en general). Hoy me propongo a hablaros de esta película, posiblemente igual de buena, siempre desde mi humilde punto de vista, sino mejor que la obra maestra de Pixar. Se trata de “El gigante de hierro”, magnifica película de animación tradicional, dirigida por Brad Bird.

A Brad Bird, el responsable directo de El Gigante de Hierro, no sólo le avala la solvencia de su último film estrenado (Ratatouille), sino que, a favor suyo, también tiene el haberse convertido en el creador de la serie televisiva de animación Family Dog (basada en uno de los capitulos de Cuentos asombrosos, la magnifica serie creado en los 80 por Spielberg, dirigido por el propio Brad Bird, y con diseños realizados por Tim Burton), además de haber dirigido otra obra maestra del cine de animacion como es Los Increibles.



En esta cinta, Bird, apostó por una imagen muy distinta a las utilizadas en sus series televisivas. Siluetas estilizadas y un mágico sentido del relieve resaltaban, a través de sus personajes y ambientaciones, el look y decorados de la Norteamérica de finales de los años 50, época en la que se desarrollaba la novela del británico Ted Hugues en la que se basa, y que se publicó en 1968.

Eran los años de la guerra fría. Cualquier objeto volador en el cielo significaba, para los moradores de ese país, o bien un satélite ruso cargado de malas intenciones o un ovni procedente de otro planeta dispuesto a invadir La Tierra. Aprovechando esta psicosis colectiva de peligro continuo ante lo desconocido, un extraño y gigantesco robot metálico (llegado de quién sabe dónde) cae en el mar, en las costas de Maine, muy cerca de un tranquilo pueblo marino. Nadie cree en los pocos testigos del suceso, a pesar de que Hogarth Hughes (claro guiño al magnate Howard Hugues), un niño de la población, picado por la curiosidad, acabará dando con él durante una noche un tanto electrizante

Se trata de una especie de revisión del universo spielbergiano de E.T. , en la que, al igual que ésta, se centra, principalmente, en la sincera amistad que nace entre los dos atípicos personajes: el pequeño intrépido y un inmenso androide con ganas de emular a Superman. Las referencias al mundo del cómic son continuas, empezando por la propia estética otorgada al film.

Y no sólo al cómic, pues la serie B de los años 50, esa en la que la sci-fi cobró un significado especial para el espectador de aquellos años, se pone totalmente de manifiesto a lo largo de su metraje. Un claro ejemplo de ello se encuentra en su mismo inicio, en el que un solitario pescador, a bordo de su barco y en plena noche, se convierte en el único testimonio de la brutal aparición del autómata alienígena. ¿Quién no recuerda haber visto, en más de una ocasión, viejas películas en blanco y negro con principios similares? La Humanidad en Peligro, King Kong o El Monstruo de Tiempos Remotos tienen sus merecidos guiños. El aparatoso despliegue militar organizado para dar caza al extraterrestre era otro punto clásico en esas añejas películas.

Un guión perfecto y bien narrado que, capaz de enganchar a públicos de todas las edades, entra a saco en el género de la comedia para, poco a poco, tocarnos la fibra emotiva y lanzar al aire un mensaje altamente pacifista. El no a las armas se convierte en el lema principal. Aquellos que en el film usan la violencia –tanto física como psicológica- quedan descalificados a través de una caricatura punzante. El payaso y sus estrategias bélicas. O sea, el agente gubernamental y los mandos militares. Una fachada impenetrable, maliciosa, sin sentimientos ni cerebro alguno. Y eso, en un film de animación, tiene su mérito.

Sin duda alguna, el mejor film, hasta el momento, en el que ha intervenido Vin Diesel (la voz, en original, del robot alienígena).

Y sin duda una de las mejores películas de animación de la historia del cine (por no decir la mejor)

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