ByOskarele
Pero antes de seguir con la siguiente fase de evolución hacia entidades más grandes y complejas, dejemos claras algunas cosas pertenecientes al mundo de lo “muy pequeño”.
En primer lugar ten en cuenta una cosa: estas rodeado de millones de millones de seres vivos microscópicos de los que no te puedes esconder, más que nada, porque los tienes además dentro de ti. Si tienes buena salud y eres medianamente aplicado en lo que respecta a la higiene, tendrás una manada de 1.000 billones de bacterias pastando en tu carne. Unas 100.000 por cada centímetro cuadrado de tu piel.
Están aquí para zamparse los millones de escamas de piel de la que te desprendes cada día, mas todos los sabrosos aceites, minerales y sales que afloran los volcanes sudoríparos de tu piel. Para ellas, nuestras queridas bacterias, somos un buffet libre gigantesco y gratuito, además, con las ventajas añadidas de que proporcionamos calor y movilidad constante. Ellas para agradecerlo te dan tu adorable olor corporal…
Pero no solo tenemos okupas en la piel. Hay miles de billones en el intestino y en los conductos nasales, en los cabellos y pestañas, nadando por el medio acuoso que protege tus ojos, comiéndose tus muelas con paciencia y apetito… solo en tus tripas tienes 100.000 billones de microbios, de 400 tipos como mínimo. Unas se dedican al azúcar, otras a los almidones, otras no hacen nada (como las espiroquetas intestinales, sin función apreciable). Total, que tu cuerpo tiene unos 10.000 trillones de células, pero alberga unos 100.000 trillones de células bacterianas invitadas. Son, sin duda parte de nosotros.
Claro que, desde el punto de vista bacteriano, nosotros somos una parte diminuta de ellas.
Puede que las bacterias no sean capaces de construir ciudades o coches, que no tengan telebasura ni MacDonalds, ni que tengan una vida social interesante, pero estarán aquí para comerte cuando mueras… y seguirán estando aquí cuando estalle el sol (o se convierta en un agujero negro). Este es su planeta, y nosotros estamos en él para que no les falte de na. Bienvenidos al Planeta Bacteria.
Es su planeta porque durante miles de millones de años se las apañaron sin nosotros. Además, sin ellas no podríamos vivir ni un solo día. Procesan tus desechos y hacen que vuelvan a ser útiles. Purifican nuestra agua y mantienen nuestros suelos ricos y productivos. Sintetizan vitaminas en tus tripas, convierten las cosas que comes en azucares y polisacáridos útiles y batallan contras los microbios invasores que atacan nuestro cuerpo. Dependes totalmente de ellas para obtener nitrógeno del aire y convertirlo en nucleótidos y aminoácidos útiles para construirte día a día. Y, por encima de todo esto, siguen suministrando la mayor parte del oxigeno respirable de su planeta.
Si estas preocupado por la superpoblación del planeta, mejor no cuento como está la cosa con las bacterias. Si hay algo que hacen jodidamente bien es multiplicarse.
Las más frenéticas pueden producir una nueva generación en diez minutos. Se trata de un pequeño organismo llamado Clostridium perfringens, el molesto causante de la gangrena. A ese ritmo, una sola bacteria (porque, además, no necesitan sexo para procrear, se dividen…) podría tener en dos días mas vástagos que protones hay en el universo. La suerte es que se mueren rápido.
En el mismo tiempo una célula humana no consigue hacer ni una división.
Cada millón de divisiones bacterianas se produce una Bacteria Mutante (parece el titulo de una peli de serie B). Eso suele significar mala suerte para el mutante, aunque, de vez en cuando, triunfa porque está dotado de alguna ventaja casual, como, por ejemplo, la habilidad de eludir o rechazar el ataque de un antibiótico. Como se multiplican a saco, la probabibilidad de que salgan mutantes es alta, por lo que la capacidad de evolución y adaptación es también elevada.
Pero que además, tienen otra ventaja terrible: comparten información. Cada una de ellas puede tomar piezas del código genético de cualquier otra, por lo que cualquier cambio adaptativo que se produzca en un sector del universo bacteriano, puede transmitirse a cualquier otro sector. Es como si tú pudieses acudir a una mosca para obtener el material genético necesario para fabricarte unas alas o andar por el techo.
Esto hace que deduzcamos lo siguiente: las bacterias son en realidad un solo súper-organismo… disperso, pero invencible... como veremos en el siguiente articulo.
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