LOS ALINEAMIENTOS DE CARNAC (FRANCIA)

ByOskarele

En la Bretaña francesa, uno de las regiones más bellas del país galo, junto al golfo de Morbihan, se encuentra un impresionante conjunto megalítico (es el monumento prehistórico más extenso del mundo), cerca de una pequeña población llamada Carnac, que, además, cuenta con una bella playa.

A lo largo de varios kilometros (unas cuarenta hectáreas) se extienden alineamientos con más de 4.000 piedras sin labrar (menhires), algunos de los cuales conducen directamente al mar. Fueron levantados durante el neolítico, a lo largo de varios siglos, entre el 4.500 y el 2.500 a.c., aunque se sabe que el asentamiento de Carnac tiene una antigüedad de 8.000 años, aproximadamente, siendo el enclave arqueológico más viejo de Europa.

Se dividen en cuatro grandes áreas: Le Ménec, Kermario, Kerlescan y Le Petit Ménec.

El conjunto más importante es el de Le Ménec, formado por 1099 menhires dispuestos en 11 hileras de 100 m de ancho por 1,2 km de largo. El alineamiento está flanqueado en sus dos extremos (este y oeste) por crónlechs (círculos de piedras). Las piedras situadas al oeste son las más grandes, llegando en algunos casos a los 4 m. Su tamaño va reduciéndose a lo largo del alineamiento hasta alcanzar sólo 90 cm en el extremo oriental. Las hileras no son rectas, sino que describen una suave curva hacia el noreste.
Le Ménec 

El alineamiento de Kermario, al este de Le Ménec, es el más conocido y también el más frecuentado. Posee 982 menhires en 10 hileras que se extienden a través de 1,2 km. Aquí encontramos las piedras más grandes del conjunto: la mayor tiene más de 7 m de altura. También van disminuyendo de tamaño a medida que se aproximan al límite oriental.
Kermario

Dolmen de Kermario

No lejos de Kermario está el cuadrilátero de Manio, un recinto o túmulo funerario delimitado por una serie de piedras de 1 m de alto que forman un cuadrado. También se halla próximo el Gigante de Manio, un menhir solitario con una altura de 6 m.
Gigante de Manio

 El alineamiento de Kerlescan, al este de Kermario, consta de 540 piedras, organizadas en 13 hileras de 139 m de ancho y 880 m de largo. En su extremo occidental hay un crómlech de 39 menhires. Es el alineamiento mejor conservado. Más al este aún, en un bosque, se encuentra el alineamiento de Le Petit Ménec, recientemente restaurado, con 100 piedras. Se sospecha que Le Petit Ménec es en realidad una prolongación de Kerlescan.
Kerlescan

Se han propuesto diferentes teorías para intentar explicar la construcción de estos alineamientos de menhires: vestigios del Diluvio Universal, restos de un campamento romano, balizas para la navegación, etc.

Jerome Penhouet sugirió en 1826 que los alineamientos podían ser el fósil de una enorme serpiente que se habría desplazado sobre Bretaña en eras prehistóricas. Otros creían que eran enormes avenidas que habían conducido a antiguos templos hoy inexistentes. Hans Hirmenech propuso a principios de este siglo que las filas de menhires eran las tumbas de soldados de la Atlántida que habían muerto durante la guerra de Troya. Asimismo, James Fergusson decía que la erección de estos monumentos debe conmemorar alguna gran batalla que tuvo lugar en esta llanura en tiempos remotos.

Un francés, llamado Jacques Cambry, aventuró, en 1794, la idea de una relación con los cuerpos celestes y el zodiaco. En 1970, el ingeniero inglés Alexander Thom retomó la idea y aplicó a Carnac los estudios que el astrónomo Gerald Hawkins había realizado sobre Stonehenge. Afirmó que Carnac es un observatorio astronómico, donde las hileras de menhires y sus perpendiculares están orientadas hacia los puntos solsticiales y equinocciales de salida del Sol, creando así un calendario que permitía predecir las etapas importantes de la vida agrícola. El gran menhir caído de Locmariaquer sería el centro del inmenso observatorio astronómico.

Básicamente,  los menhires son tumbas y el conjunto una gran necrópolis, como muchos otros monumentos megalíticos. Tal vez pudieran haber tenido otro fin además del funerario, pero se desconoce. Lo cierto es que el esfuerzo económico y físico que se ha emprender para realizar una obra como esta es brutal. Y no es demasiado probable que los que hicieron esto hace 6.000 años lograsen mover las piedras gracias a la fuerza telecinetica de sus mentes. Seguramente, en cambio, sería un esfuerzo bestial, con la necesaria coordinación de miles de personas, y todo el tiempo del mundo.

Existen varias leyendas locales sobre esta construcción. Una de ellas tiene que ver con San Cornelio, de quien se que dice que murió mártir en el año 253. Por lo visto quisieron obligarle a hacer una ofrenda a una deidad romana, pero huyo de la capital romana para alojarse en Carnac. Un ejército romano lo perseguía, sigue contando la leyenda, y el devoto cristiano, logro, gracias a sus oraciones, convertir en piedra a los soldados romanos. San Cornelio es hoy en día patrón de la zona de Carnac y del ganado
Hay también quien asegura que son seres encantados y que, en las noches, las piedras se desentierran y avanzan hacia el mar para bañarse o beber, y que muchas veces se ponen a bailar. Se les han atribuido poderes curativos, y se creía que podían brindar fertilidad y ayudar a los jóvenes que deseaban encontrar pareja.
San Cornelio, Patron de Carnac

Como siempre, la llegada de turistas a la zona ha tenido consecuencias desagradables: se ha erosionado el suelo en el que se hunden los menhires, con el peligro de que se caigan. Pero además se han producido agresiones directas y robos masivos de piedras. Incluso algunas se han empleado para los jardines locales, como estas:

En la actualidad las zonas más jodidas están protegidas y restringidas al público.

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