ONGEIM’L TKETAU, EL LAGO DE LAS MEDUSAS


Palau es un archipiélago del Océano Pacífico localizado a 500 km al este de las Filipinas. Independiente de los Estados Unidos desde 1994, es uno de los países más jóvenes y menos poblados del mundo. Sin embargo atrae anualmente a un buen número de turistas, gran parte de los cuales se acerca a ver una maravilla única, el lago de las medusas.

El lago de las medusas o, en palauano, Ongeim'l Tketau tiene 30 metros de profundiad en su punto más profundo, pero más abajo de los 14 metros no existe la vida ya que el agua carece de oxígeno y contiene altas concentraciones de sulfuro de hidrógeno.

Las medusas llegaron hace miles de años a este lago a través de un paso natural que lo enlazaba con el mar. Ahora este paso está cerrado, y los gelatinosos animales viven a sus anchas sin ningún predador que amenace sus vidas. Tanto es así que se han multiplicado hasta contarse por millones y prácticamente han perdido la capacidad de picar. Sus células urticantes producen un veneno tan suave que no daña la piel humana, excepto en zonas donde es muy fina como es el caso de los labios.

Los 5 millones de Mastigias o Medusas Doradas deben realizar el mismo viaje cada día. En cuanto sale el sol las medusas comienzan una migración desde la cuenca occidental, donde pasan la noche, para llegar a la más iluminada cuenca oriental a media mañana. La luz del sol es un elemento esencial en la vida de las mastigias que, al igual que los arrecifes de corales, obtienen su color y gran parte de su energía a partir de las algas que viven en sus tejidos. Estas algas usan la luz solar para producir azúcares, que comparten con sus animales huéspedes. A cambio las medusas las protegen de sus predadores. Las mastigias además complementan su dieta mediante el uso de células urticantes con las que capturan animales que viven en las aguas abiertas del lago.

El buceo de profundidad (con equipos de oxígeno) está prohibido en Ongeim'l Tketau tanto por los daños que se le pueden causar a las medusas como por el sulfuro de hidrógeno de la capa inferior del lago, que plantea un grave riesgo para la vida humana.

Sí se puede, en cambio, nadar y bucear a poca profundidad por lo que gran cantidad de personas se sumergen todos los años en este reino de las medusas para disfrutar de un espectáculo submarino único.


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