SIDNEY GOTTLIEB. EL DOCTOR MUERTE*, 2/2


BY MOSER

En otros proyectos se utilizaron pisos francos donde se experimentaba con anónimos ignorantes; se disponían como burdeles y por medio de prostitutas se ponían a prueba todas las sustancias que pasaban por los registros del MKULTRA.

Con anterioridad ya se había puesto en funcionamiento la Amazon Natural Company encargada de recolectar todo tipo de extractos vegetales y setas con potencial psicoactivo y que enviaban al Allan Memorial Institute dirigido por Cameron.
En sus sótanos se llevo a cabo el “Proyecto 68” en el que se investigaron métodos de interrogación y tortura; en la conocida como “sala aislante” se comprobaban los efectos de desestabilización mental producidos por el aislamiento de la persona respecto al entorno y los ciclos naturales; recluidos, privados de sueño y de cualquier vista exterior, bajo luz artificial ininterrumpida y relojes que median el tiempo de manera singular, durante todo el tiempo el tiempo necesario.

Tanto Gottlieb como su equipo contaron con una enorme libertad presupuestaria y fueron respaldados con medios e incluso pacientes de la sanidad pública.
Su interés siempre estuvo por encima de la práctica y sus experimentos parecen más producto de la curiosidad, o incluso ociosidad cruel, de la observación de la plasticidad y quebrantamientos de la voluntad humana.
Su figura representa la del gran inquisidor del siglo XX; es la cabeza más visible en el desarrollo pero sobre todo la práctica de los modernos métodos de lavado de cerebro.

Incluso llego a participar de grandes metas geopolíticas, trazando planes de acción concretos como cuando sugirió el derrocamiento de Castro provocando el levantamiento del propio pueblo cubano; se difundiría el rumor de que Jesús había elegido a Cuba como lugar para la segunda venida pero que requería que primero Fidel fuese desterrado; el plan tampoco era mucho mas complejo que eso y aunque la situación tras lo de Bahía Cochinos era desesperada tampoco le hicieron demasiado caso; “ya hemos hecho bastante el ridículo” debieron pensar.

Y es que parece claro que su obra no siempre estuvo a la altura de sus pretensiones; si por algo destaca fue por un derroche de estupidez, mayor aun, que de sadismo; en un informe remitido a Dulles respecto a una investigación para programar animales como escuchas vivientes comenta: “uno de los problemas que plantea la introducción de un aparato de audio en la pared es igual que las cámaras no captan lo que un humano captarían. Los seres humanos tenemos en el oído una cóclea que oculta algunos sonidos y nos permite mantener una conversación en una fiesta. Hemos estado utilizando la cóclea de un gato; abrimos el gato, le pusimos pilas y un cable, utilizamos la cola como antena…nos encontramos con que cuando tenia hambre se iba del lugar de la escucha así que le pusimos otro cable para evitar que tuviese hambre. Un día lo enviamos a cubrir una conversación y cuando se disponía a cruzar la calle, un camión lo atropelló. Así terminó el experimento”.


*lo de Dr.Muerte era el apodo cariñoso con el que se le conocía en la CIA

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