Hay que tener en cuenta que la fuerza del impacto de un asteroide o meteorito al chocar contra la tierra, depende de mogollón de variables: ángulo de entrada, velocidad, trayectoria, si la colisión es de frente o de lado, la masa y la densidad del objeto… y todo esto es muy difícil de averiguar después del impacto. Lo único que podemos saber a posteriori es la composición y la cantidad de energía liberada.
Un asteroide o cometa como el que se cargo a los dinosaurios, que viajase a velocidades cósmicas, entraría en la atmosfera a tal velocidad que el aire no podría quitarse de en medio, y resultaría comprimido como en un bombín de bicicleta. Además, este aire comprimido se calienta rapidísimo, y la temperatura debajo del objeto que cae llegaría a los 60.000 grados Kelvin (diez veces la temperatura de la superficie del sol).
Así, antes de que cayese el objeto, todo lo que estuviese en su trayectoria se iría desintegrando como papel de cebolla en el fuego.
Un segundo después de entrar en la atmosfera chocaría en la superficie (pongamos que choca en Madrid, por ejemplo)… y rápidamente se evaporaría, pero la explosión haría estallar mil kilómetros cúbicos de roca, tierra y gases supercalentados.
Todos los seres vivos en 250 kilómetros (hasta Jaén o Zaragoza, más o menos) a la redonda palmarian instantáneamente. Para los que estén algo mas allá, el primer anuncio seria un fogonazo de luz cegadora, seguido de un instante majestuoso y apocalíptico: una pared rodante de oscuridad que llegaría hasta el cielo y que llenaría todo el campo de visión, desplazándose a miles de kilómetros por hora.
Se aproximara en un silencio hechizante, al viajar más deprisa que la velocidad del sonido. Al cabo de unos minutos, toda la península ibérica, parte del sur de Francia y del Norte Marruecos, casi todo lo que se alzase del suelo habría quedado aplanado o estaría ardiendo, y casi todos los seres vivos estarían muertos.
A los que se hallasen a una distancia de unos 1.500 kilómetros (en Paris, Londres, Roma…) los derribaría y aplastaría o cortaría en rodajas una ventisca de proyectiles voladores. A partir de ahí iría disminuyendo la devastación.
Pero eso no seria mas que la onda de choque inicial. Los daños relacionados serian contundentes y globales: se desencadenaría una serie de terremotos devastadores, muchos volcanes comenzarían a vomitar, los mares se verían alborotados por multiples maremotos… una hora después del impacto, una nube de oscuridad cubriría toda la Tierra, y caerían por todas partes rocas ardientes y otros desechos, haciendo arder en llamas gran parte del globo.
Se ha calculado que tras el primer día de devastación habrían muerto al menos mil quinientos millones de personas. Pero eso seria el principio. Los sistemas de comunicación quedarían destruidos, con lo que los supervivientes no sabrían que esta pasando, que hacer ni adonde ir. Tampoco importaría mucho: si te encuentras entre este grupo de elegidos, huir significa elegir una muerte lenta en vez de rápida. La cantidad de ceniza y hollin flotante taparía el sol durante varios meses o, incluso, varios años, lo que afectaría enormemente a toda la masa vegetal del planeta, que sucumbiría rápidamente. El clima, como sucedió con el impacto que destruyo a los dinosaurios, se veria afectado durante los próximos diez mil años.
Pero ¿Supon que ves venir el objeto? ¿Qué harias? Igual piensas que enviaríamos una ojiva nuclear y lo haríamos petar en pedazos como en la peli de Armaggedon. Pero esta idea es problemática: nuestros misiles nucleares (de quien los tenga) no están preparados para operar en el espacio. No poseen el empuje necesario para vencer la gravedad. Y aun pudiendo seria dificilísimo guiarlos por el espacio hasta el objeto. Aun mas chungo seria mandar una nave tripulada, como en la peli antes citada.
Incluso en el caso de que pudiésemos mandarle una bomba nuclear de nuestra parte y hacer pedazos el asteroide, lo mas probable es que lo convirtiésemos en un grupo de rocas que irian cayendo sobre nosotros, provocando una devastación similar… teniendo en cuenta que, además, las rocas se habrían hecho radiactivas.
Pero lo triste es que no tendríamos tiempo de hacer nada. Cuando viésemos el objeto ya seria tarde. Ya seria inevitable. Incluso aunque supiésemos que se dirige hacia nosotros, no sabríamos casi hasta el final si la colision seria segura. Serian unos meses de tensión increíble. Probablemente los meses mas tensos de la historia de la humanidad. E imaginate la fiesta si al final pasa de nosotros y no choca.
La buena noticia es, al parecer, que hace falta un impacto enormemente grande para que se extinga una especie. La mala es que nunca se puede contar con la buena, por que ha pasado varias veces. Peor aun: no es necesario en realidad mirar hacia el cielo con temor en busca de peligro petrificadores.
Como estamos a punto de ver, la Tierra puede proporcionar un enorme peligro ella solita...
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