EL INFIERNO EN LA TIERRA, PARTE 2. EARTHQUAKE

Por esa misma época, dos geólogos que trabajaban en California, Charles Richter y Beno Guttenberg, están buscando métodos para poder comparar los terremotos, creando lo que posterior e injustamente se llamaría Escala Richter (obviando a su socio). Esta escala siempre ha sido malinterpretada por los no iniciados: la escala aumenta exponencialmente, de manera que 7.3 es 50 veces más potente que 6.3, y 2.500 veces más que uno de 5.3.

En teoría no hay un límite superior para un terremoto, ya que la escala es una simple medición de fuerza, pero no dice nada sobre los daños, que dependen mucho de la naturaleza del subsuelo, de la duración del terremoto, de la frecuencia y la gravedad de las replicas y de las características de la zona afectada.

El terremoto más grande desde que se invento la escala se centro en Alaska, en 1964 y alcanzo una magnitud de 9.2, aunque en 1960, frente a las costas de Chile se registro uno de 8.6, que posteriormente se verifico y fue de 9.5. De esto se deduce que medir terremotos no es una ciencia exacta, ya que hay que interpretar lecturas de sitios muy distantes.

En cuanto a devastación, el terremoto más intenso registrado fue el que afecto a la ciudad de Lisboa en 1755, el 1 de noviembre, con una magnitud de 9 y que se prolongo durante 7 interminables minutos. La fuerza fue tan grande que el agua del puerto de la ciudad se retiro para regresar en una ola de más de 15 metros que aumento la destrucción. Tres minutos después hubo una réplica similar al primer temblor. Al final habían muerto 60.000 personas.

Los terremotos son bastante frecuentes: todos los días hay dos de magnitud 2, o mayores, en alguna parte del planeta, aunque tienden a concentrarse en ciertas zonas (sobre todo en las orillas del mal llamado Pacifico). Los tipos más comunes son los que se producen donde se juntan dos placas, como en la falla de San Andrés de California. Al chocar entre sí, se intensifican las presiones hasta que cede una de las dos. Cuantos mayores son los intervalos entre sacudidas, mas aumenta la presión acumulada.

Esto resulta especialmente preocupante para Tokio, que se encuentra en la unión de tres placas tectónicas, y que ha padecido ya alguno de los terremotos mas devastadores de la historia (en 1923 hubo uno en el que murieron 200.000 personas), pero lleva desde entonces bastante tranquilo, lo que significa que la presión se lleva acumulando ochenta años, y que algún día estallara.

Más chungos son los terremotos endoplacales, que se producen fuera de las fronteras entre placas, lo que los hace absolutamente imprevisibles, y como llegan a una profundidad mucho mayor, el área de propagación es más amplia.

Por todo esto los científicos llevan años intentando descubrir que produce todo esto y que hay en el centro de la tierra. Han intentado penetrar con aparatos de alta tecnología, pero los resultados siguen siendo escasos.
Así que, como no podemos ver dentro de la tierra, tenemos que emplear otras técnicas, que entraña principalmente la lectura de ondas cuando viajan a través del interior, para descubrir lo que hay allí...

CONTINUARA MAÑANA...