MALDITOS LADRONES DE LIBROS
En el Medievo, era muy difícil obtener copias de manuscritos y libros, no es para extrañarse, el hecho de crear cada copia a mano hacía que la velocidad de edición, y consecuentemente su valor, se elevara lo suficiente como para hacer que la obtención de un ejemplar fuese realmente difícil.
Debido a esto un libro era, literalmente, un tesoro, y como todo tesoro era victima del robo. Desgraciadamente las bibliotecas y libreros de la época no poseían los modernos métodos anti-robo del presente. No obstante, contaban con un arma mucho mas efectiva: la superstición.
Es así que en los libros medievales habitan algunas de las mas creativas y singulares maldiciones; he aquí algunas de ellas:
Que la espada de anatema mate
A cualquiera que éste libro saque
Cualquiera que robe este libro
Será colgado en una horca en Paris,
Y si él no es colgado será ahogado.
Y si él no se ahoga, será quemado,
Y si él no es quemado, un fin peor le caerá.
Si alguien toma éste libro, déjenlo sufrir la muerte; déjenlo ser frito en una sartén; déjenlo enfermar y que la fiebre lo elimine; déjenlo ser quebrado en la rueda y colgado.
Cualquiera que tome éstas páginas
una piedra rondará sus testículos
y cuando la podredumbre lo acose
agusanada será su agonía
Si eres mi poseedor, disfrútame con tenor;
más si eres un vil ladrón
una peste más negra que la noche terminará con tus días.
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