LOST (2004-2010)


Todo empezó con un accidente.

Un hombre que abre sus ojos en mitad de una selva.

Aun recuerdo el día. Fue hace unos 5 años. Decidí ponerme el capitulo piloto de una serie que estaba triunfando en los USA, sin esperar mucho la verdad, porque no entendía que podía tener de atractiva la historia de unos náufragos perdidos en una isla, argumento, hasta este punto, nada original. No sabía cuánto me estaba equivocando.

Compulsivamente me chupe la primera temporada completa y los 5 o 6 capítulos que habían emitido de la segunda… y me quede destrozado esperando a que llegara la siguiente entrega. Y así, esperando capítulos, he estado durante estos 4 años siguientes.

¡Que tiempos aquellos! Recuerdo que tras aquella primera temporada solo imaginábamos un final posible: todos nuestros “losties”, desembarcando sanos y salvos en el aeropuerto de Los Ángeles, con la musiquilla de Giachino de fondo y caras felices. Un final feliz en toda regla. Claro que aun no conocíamos a Jacob, ni al humo negro, ni sabíamos que la isla viaja en el tiempo y en el espacio… ni sabíamos que existe un lugar al cual van las almas de los muertos hasta poder pasar al lugar de descanso definitivo. Ni lo sabíamos, ni lo podíamos imaginar.

Conforme avanzaba la serie, todo se iba complicando exponencialmente, y, sobre todo, se iba creando una mitología. Cualquier aficionado de Lost puede decir sin problemas los nombres de los treintaytantos personajes principales, sus relaciones entre sí, su historia, e incluso frases textuales del guion. Aparecieron figuras que han pasado a la memoria colectiva friki (o geek) de los lostianos: Dharma, la compañía científica que estudio la isla en los setenta, se convirtió en un leit motiv para camisetas, posters, juegos…, El oso polar, The Black Rock, Jacob, Wildmore…

Vimos una primera temporada soberbia, una segunda sin rumbo, una tercera solamente calificable como obra maestra, una cuarta regulera, pero con capítulos trascendentales, una quinta perturbadora y una sexta magistral, autentico recopilatorio de guiños y autorreferencias para lostianos. Y un último capítulo que no ha dejado indiferente a nadie, del que han opinado hasta los que no han visto ni un capitulo mas, y que ha creado una enorme polémica.
 

Lost cambio mi forma de entender la vida: no solamente por la serie en sí, si no por todo lo que la rodeo desde el principio. Cada semana, el día después de la emisión en América, me levantaba antes del curro desesperado, buscando el torrent pa descargarme lo antes posible el capitulo, que veía en cuanto llegaba de currar, si es que estaban ya los subtítulos, que solían estar, porque existían (y existen) unos individuos entregados que se traducían de oídas el capitulo y nos lo ofrecían a todos los analfabetos de la lengua de Shakespeare.
Palabras como .avi, .srt, P2P, lostzilla, torrent, previously, flashback, flashforward… nombres como Jack, Hurley, Sawyer, Kate, Sayid, Desmond, Charlie, Walt, sensaciones de temor, de alegría, de tensión, de intriga, de paz... Todo esto nos lo aporto esta serie tan genial, que, por desgracia ha terminado (bueno, aun quedan unos minuticos que ver en la edición en DVD de la sexta temporada)

Comencé viendo Lost como un crío ingenuo. Sigo siendo ingenuo, menos crío, pero es imposible evitar admitir, admirar, el legado que ha dejado. Por eso mismo, aunque el final les haya parecido a tantos una basura espacio-temporal-metafísica ridícula, decepcionados y diciendo que han perdido mogollón de horas de su vida (algunos siguen creyendo que todo fue un sueño, caramba) Lost es una de las series más influyentes desde que la televisión es.

Yo pertenezco al denostado club de los que fliparon con el final, a pesar de mi escepticismo religioso, a pesar de mi frustración por no llegar a conocer la historia antigua de aquel lugar mágico, visitado por civilizaciones desde la antigüedad, a pesar de que no explican prácticamente nada… a pesar de todo flipe con el final.

Lost is Found

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