EL PLOMO, LOS CFC Y LA EDAD DE LA TIERRA, 1/2
A finales de la década de los cuarenta del siglo pasado, un joven graduado de la Universidad de Chicago, de nombre CLAIR PATTERSON estaba empleando un nuevo método de medición con un isotopo de plomo para intentar determinar la edad de la tierra.
Por desgracia, todas sus muestras quedaron contaminadas: contenían 200 veces más plomo del que esperaba encontrar. Patterson tardaría muchos años en entender que la culpa era de un tipo de Ohio, llamado THOMAS MIDDLEY, Hijo.
Middley era ingeniero e inventor, y el mundo sería un lugar mejor si hubiese sido jardinero o sacerdote. Pero empezó a interesarse por las aplicaciones industriales de la química. En 1921, cuando trabajaba para General Motors, investigo un compuesto llamado plomo tetra etílico (cagate) y descubrió que reducía de forma significativa el fenómeno de trepidación conocido como golpeteo del motor.
El plomo es neurotóxico. Si ingieres mucho, puede dañarte el cerebro y el sistema nervioso central de forma irreversible. En sus manifestaciones más chungas produce alucinaciones bruscas y aterradoras, cáncer y parálisis. No tenemos ninguna necesidad de incorporar demasiado plomo a nuestro cuerpo. Ninguna necesidad. Pero durante los primeros años del siglo XX podía encontrarse plomo en muchos artículos de consumo: latas de alimento, depósitos de agua, tubos de dentífricos y, sobretodo, el combustible de los motores, gracias al Middley este que os comentaba antes.
El plomo era fácil de extraer y trabajar, y era vergonzosamente rentable producirlo industrialmente. Así que en 1923 se funda la Ethyl Gasolines Corporation con el fin de producir plomo tetra etílico a saco. Llamaron “etilo” a su aditivo, porque les pareció más amistoso y comercial que “plomo”.
Los trabajadores de producción empezaron casi inmediatamente a manifestar síntomas de intoxicación por plomo. Y casi inmediatamente la compañía se lanzo a una campaña serena e inflexible de negación del perjuicio (campaña que duro décadas, hasta se demostró que llevaban décadas engañando)
Middley, no contento con esto, se intereso en otro tema: en su época los refrigeradores solían ser terriblemente peligrosos por que empleaban gases tóxicos e insidiosos. Una filtración de un refrigerador en un hospital de Cleveland, provoco la muerte de más de cien personas en 1929. Así que Middley se propuso crear un gas que fuese estable, no inflamable ni corrosivo, y, con un instinto para lo deplorable asombroso, invento los clorofluorocarbonatos, o los CFC.
Rara vez se ha adoptado un producto industrial más rápida y lamentablemente. Los CFC se empiezan a fabricar a principios de los 30 y se les encontraron miles de aplicaciones, antes de medio siglo después se comprobase que estaban destruyendo el ozono de la estratosfera.
El ozono es una forma de oxigeno extraña, una rareza química, en la que cada molécula tiene tres átomos de oxigeno, en vez de los dos normales. A nivel de la superficie terrestre es un contaminante, mientras que arriba resulta beneficioso, porque absorbe radiación ultravioleta peligrosa. Pero es bastante escaso. Como los CFC, pero estos poseen una capacidad destructiva desmesurada. Un solo kilo de CFC puede capturar 70.000 kilos de ozono. Pero además duran mogollón de tiempo (un siglo más o menos) y no cesan de hacer estragos.
Por otro lado, los CFC son esponjas de calor. Una sola molécula es aproximadamente diez mil veces más eficaz intensificando el efecto invernadero que una molécula de dióxido de carbono… y el dióxido de carbono no es manco, digamos, en lo del efecto invernadero. En fin, los CFC pueden acabar siendo el peor invento del siglo XX, con perdón del Windows vista.
Middley nunca llego a enterarse de todo esto porque murió mucho antes de que nadie se diese cuenta de lo destructivos que eran los CFC. Su muerte, fue memorable por insólita. Tras quedar paralitico con polio, invento un artilugio que incluía una serie de poleas monitorizadas que le levantaban y le giraban de forma automática en la cama. En 1944, se quedo enredado cuando la maquina se puso en marcha y murió estrangulado.
Al final, el tiempo pone a cada uno en su sitio.
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