LAS PIRAMIDES CHINAS 1/2



James Gaussman, piloto del ejército yanqui, a finales de la 2ª Guerra Mundial, en un vuelo rutinario, comenzó a tener problemas mecanicos, por lo que le recomendaron que volviese a la base a baja altitud. Y así lo hizo. Pero, tras pasar sobre la ciudad de Xi’an, aparición ante su vista una gigantesca estructura con forma piramidal, que logro fotografiar y sobre lo que realizaría un detallado informe. Pero este permanecería en el olvido durante décadas.

No fue el único caso: en 1947, el New York Times hacía referencia a un avistamiento similar efectuado por el coronel Maurice Sheehan, que también desde un avión vio una gigantesca pirámide. Pero es que décadas antes, a comienzos del siglo XX, varios exploradores y comerciantes dieron testimonio de la presencia de numerosas pirámides alrededor de la ciudad de Xi’an, haciendo especial hincapié en una de ellas que, al igual que el testimonio anterior, tenia proporciones gigantescas (300 metros de altitud). Por esta época un explorador alemán alcanzo la que al parecer fue la pirámide del emperador Shi Huang-ti, el mítico emperador amarillo, constatando además la presencia de otras pirámides.

A principios de los 80 una expedición inglesa se adentro furtivamente a la zona de Xiang restringida por el gobierno con el fin de realizar análisis a las pirámides...se tomaron muestras del suelo y se descubrió una entrada tapada por una enorme losa cubierta de tierra y pasto...pero el hallazgo más sorprendente lo hallaron en una excavación realizada en uno de los costados de la pirámide; de la fosa extrajeron una daga cubierta de herrumbre. Días más tarde en el Museo de Londres la daga fue cuidadosamente analizada...los análisis arrojaron una fecha de ¡8.000 años de antigüedad sobre el objeto!

En 1990 otra expedición buscaba fósiles de dinosaurios en una zona cercana a una pirámide. De pronto dieron con un antiguo cofre deteriorado por los siglos...en el interior hallaron una vieja tela, esta envolvía un objeto de metal...era una especie de cetro finamente labrado, y aunque parecía muy antiguo la herrumbre que lo cubría era muy poca, la analizarlo junto con la tela y el cofre y todos dieron una antigüedad entre 10.000 y 8.000 años de antigüedad. Además no se pudo identificar el metal del que estaba forjado el cetro...habían dado con un material desconocido por la ciencia moderna...

En 1.994 un investigador alemán logró fotografiar y filmar varias de estas construcciones en las proximidades de Xi'an, en una auténtica operación de audacia, pues todo el área que recorrió estaba restringida no sólo a extranjeros como él, sino incluso a los propios habitantes de los alrededores. Gracias a su valentía y coraje hoy podemos disponer del documento gráfico más importante de todos los tiempos sobre la existencia de construcciones piramidales en China.

A pesar de toda negativa del gobierno chino a que se investigue la presencia de estas pirámides, existe suficiente documentación histórica que conduce a la posibilidad de que algunas de estas construcciones fuesen realizadas durante el siglo III a.C. y más concretamente durante el periodo de reinado de Shi Huang-Ti de la Dinastía Qin (259-210 a.C.).

De este personaje de leyenda, apodado el Emperador Amarillo, se ha escrito todo tipo de historias y fantasías. Pero lo que sí es cierto es que durante su gobierno, iniciado a la temprana edad de 13 años, fueron realizadas las mayores y más importantes construcciones de la historia de China. A él le debemos la edificación de la Gran Muralla China o el Ejército de Terracota desenterrado en su mausoleo, compuesto por 8.000 estatuas humanas, cada una con sus rasgos propios y docenas de caballos y carros descubiertos en 1.974.

Pero tal vez una de sus más espectaculares obras fue la que describe el historiador chino Sseuma Ts'ien (135-85 a.C.). En ella empleó a 700.000 trabajadores en la construcción bajo una gran pirámide en el Monte Lishan de su tumba, cerca del mausoleo donde fue descubierto el Ejército de Terracota. Bajo la pirámide, cientos de metros de galerías y pasillos repletos de los más increíbles tesoros rodeaban la cámara funeraria del emperador. Ordenó posteriormente recubrir toda la construcción de tierra y colocar plantas sobre ella para poder camuflarla como una elevación natural del terreno. Según Sseuma Ts'ien la pirámide alcanzaba los 48 metros (los mismos que Segalen dejó anotados en su diario en 1.913).

Una vez finalizada la construcción todos los artesanos y trabajadores que participaron en la edificación de esta grandiosa obra, fueron asesinados a pie de obra para que se borrase la memoria de la última morada del Emperador Amarillo.

Hoy en día, de los más de 56 kilómetros cuadrados de los que se supone que contaba todo el complejo funerario del emperador, sólo una pequeña parte ha sido descubierta. Corresponde a las tres cámaras donde fue encontrado el Ejército de Terracota que el emperador mandó enterrar junto con el resto de edificaciones anexas. Un descubrimiento realizado por casualidad cuando un grupo de agricultores efectuaba un pozo para extraer agua durante un periodo de sequía.

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