EL CINE MUDO ALEMÁN. PARTE 3. EL EXPRESIONISMO. EL DOCTOR CALIGARI

ByOskarele

Sin duda la obra más célebre de esta corriente expresionista es también de las primeras, cronológicamente hablando. “Das kabinett des Dr. Caligari” (El gabinete del Doctor Caligari), dirigida por Robert Wiene en 1920, rompió brutalmente con lo que estaba habituado el publico a encontrar en una sala de cine. Comenzando por el argumento, de Carl Mayer sobre una idea de Hans Janowitz.

Resumiendo: dos jóvenes pasean por un jardín. Uno comienza a hacerle confidencias al otro. Con este relato se abre un nuevo mundo para el espectador: los dos jóvenes están en una feria, entran en la barraca del sonámbulo Cesare, a quien el Doctor Caligari presenta como una atracción de feria, afirmando que puede contestar cualquier pregunta que se le haga, y este le predice a uno de ellos que a la mañana siguiente estará muerto… Y, en efecto, a la mañana siguiente aparece muerto en su cama. El joven superviviente, junto con su novia, deciden investigar a Caligari, que ordena a Cesare que secuestre a la joven y la mate. A esto último se niego Cesare, deslumbrado por la belleza de la chica.

El joven superviviente, en el momento en que va a hacer arrestar al doctor Caligari, reconoce en él al director del manicomio y descubre que está obsesionado con la historia de un monje llamado Caligari que en 1738 en el norte de Italia usó a un sonámbulo para asesinar personas. Tras esto el doctor es encerrado en su propio asilo.

Pero no todo es lo que parece: el argumento da un giro bestial y descubrimos que tanto el chico, como su novia y Cesare son pacientes del psiquiátrico y el supuesto Caligari es su médico. Todo había sido fruto de su imaginación…


Hay que dejar claro que el guion original fue modificado, y que el director introdujo la escena final y el epilogo, convirtiendo la historia en la ida de olla de un loco. Pero en un principio la historia de Caligari y el sonámbulo Cesare, inducido por el primero a asesinar, era la historia autentica, entendida como una metáfora crítica hacia el estado alemán y su ejército durante la Primera Guerra Mundial. Esta idea fue ofrecida a Fritz Lang, pero la rechazó por ser demasiado truculenta.

El director de esta joya fue Robert Wiene (1873-1938), un señor que hizo poco más aparte de esto… pero es suficiente para estar en los anales de la historia del cine. Entre él y el productor de la cinta, Erich Pommer, decidieron darle un enfoque vanguardista y moderno a aquel guion que tenían entre manos, para lo que contrataron los servicios de los pintores Walter Reinman y Walter Röhrig y del diseñado Hermann Warm, todos relacionados con las corrientes expresionistas que estaban tan de moda en aquella época. Juntos crearon una escenografía impresionante, basada en una realidad distorsionada: ventanas en formas de flechas, puertas oblicuas, sombras alargadísimas… pero todo está pintado, incluso las sombras y las luces. Y por supuesto los maquillajes de los actores. Se puede decir que es una película pictórica…

Se trata de una película innovadora tanto por la forma como por el contenido. Y como todas aquellas obras que irrumpen en su tiempo como un huracán, tuvo muchos detractores, sobre todo en los Estados Unidos, donde la agrupación de productores movilizó a los estudiantes de Los Ángeles para que impidieran la entrada del público en las salas donde se proyectaba.

Vista hoy en día, noventa años después, fascina como mediante esos complicados y artificiosos decorados y mediante esa historia truculenta sobre la locura y el crimen, se muestra el lado más oscuro del ser humano, en una época en la que no había ni ordenadores, ni efectos especiales apabullantes, ni presupuestos más grandes que el de muchos países. Esta película representa como pocas al cine en estado puro, en su esencia más clara y absoluta, mostrando orgullosamente que el cine es pura mentira, pura truco, puro artificio… pero que es capaz de contar historias y de sobrecoger como nada lo había sido hasta entonces.

Se puede decir, sin duda alguna, y con perdón de Griffith, que el cine nació “de verdad” el día que se estrenó “El gabinete del Dr. Caligari”… hace ya noventa años.