LE FAUX MYSTÈRE (PARTE 36) LOS EMBAUCADORES: GERARD DE SEDE, EL PRIMER PARDILLO DE NUESTRA HISTORIA




ByOskarele

Pero vayamos por partes: el primero que saca a la luz pública los “falsos manuscritos” del abad Saunière, así como su historia, fue Gérard de Sède, en un libro de 1967 titulado “El oro de Rennes”. ¿Quién es este señor? ¿Cómo recibe noticias de ello?

Vamos a verlo:

Gérard de Sède nació en 1921 y falleció en el 2004. Procedía de una familia gascona emparentada con el papa Clemente V, el mismo que abolió la Orden del Temple en 1312, y de gran tradición monárquica. Se licenció en Filosofía y letras, estudiando en París y en la bella ciudad de Toulouse. Parece ser que en la época de estudiante en París se relacionó con grupos surrealistas.

Durante la segunda guerra mundial parece ser que fue un miembro bastante activo de la Resistencia frente a la invasión nazi de Francia, siendo posteriormente oficial de las fuerzas francesas y condecorado con honores un par de veces por su participación en la liberación de París.

Desde que termina la guerra comienza a dedicarse al periodismo, participando incluso en varias conferencias internacionales como corresponsal diplomático para una importante agencia de noticias.

Desde 1946 se dedico al periodismo, participando en varias conferencias internacionales como corresponsal diplomático de una gran agencia de prensa.

Pero en 1956 decide dejarlo todo y montarse una granja. Así es como conoció a Roger Lhomoy, un ganadero especializado en la cría de cerdos, que, previamente, había trabajado como guía turístico en el Castillo de Gisors, en la Normandía Francesa.

Este peculiar granjero aseguraba, y así se lo hizo saber a De Sède, que había descubierto una entrada secreta a un largo sótano de treinta metros de largo, nueve metros de ancho, y aproximadamente cuatro metros y medio altos, situado bajo la torre “Donjon” del citado castillo. Pues bien, en este sótano afirmaba Lhomoy que había descubierto un sarcófago de piedra de dos metros de largo por sesenta centímetros de alto. Según él era un tesoro templario.

Esto hizo que De Sède se interesase por el tema y escribiese un artículo para una revista sobre el tesoro oculto en el castillo de Gisors. Y es aquí donde entra en escena el gran fabulador, Pierre Plantard, que, parece ser, conoció a De Sède por este articulo, y que, como consecuencia de su posterior encuentro, iniciaron una colaboración que se vería plasmada en primer lugar en la primera obra de envergadura de De Sède, “Les Templiers sont parmi nous, o, L'Enigme de Gisors” (Los templarios están entre nosotros o el Enigma de Gisors), que sale a la luz en 1962.

Se inicia así una colaboración entre De Sède y Plantard, que tendrá su cenit en 1967, con la publicación de una obra esencial en este misterio, aquella que encontró por azar unos años después el bueno de Lincoln en un humilde quiosco francés: “L’Or de Rennes” (El oro de Rennes). Curiosamente fue el esplendor y el final de su colaboración, pues se pelearon, parece ser, porque el autor se negó a pagar los derechos prometidos a su colaborador Plantard, ya que, como mas tarde explicaremos, “L’Or de Rennes” es una obra original de Plantard, que no pudo encontrar un editor que se la publicara, que fue reescrita por De Sède, aunque este último no reconoció nunca la autoría original del primero.

En este libro aparecen por primera vez dos elementos claves en nuestra investigación: los famosos (y falsos) pergaminos, aunque aún no están desencriptados, y los no menos famosos “Dossiers Secrets”, una serie de papelajos depositados a lo largo de los años en la Biblioteca nacional francesa, que relacionaban el hallazgo de Saunière (los supuestos manuscritos) con una extraña sociedad secreta denominada “El priorato de Sión”, de la que se hace una clara apología y promoción en el libro que estamos tratando.

Ambas cosas, manuscritos y “Dossiers Secrets” son falsos.

O mejor dicho, son obra de Pierre Plantard y su colega, el cachondo marques Philippe de Cherisey, que se la metieron doblá a De Sède, posiblemente sin valorar las consecuencias que tendría su broma: la faena la rematarían Lincoln y sus colegas en “El enigma sagrado” y desde entonces los cientos de libros que han reproducido una y otra vez esta falsa leyenda.

El mismo De Sède mantendría durante años la historia, publicando un par de libros más en los que sigue defendiendo estas tesis: “Le tresor Maudit” de 1968 o “Le vrai historie de RLC” de 1975. Posteriormente, en 1988, retomaría el tema desde un punto de vista crítico en su obra “Rennes-le-Château: le dossier, les impostures, les phantasmes, les hypotheses” , aunque seguía manteniendo la idea de la genealogía merovingia y la relación con los templarios.

En el año 2005 su hijo Arnaud, un año después de la muerte de su padre, reconoció en un programa de televisión que El Priorato de Sión había sido una invención de su padre y de Pierre Plantard

Una y otra vez se repite este nombre en nuestra historia. Ya va siendo hora de que entremos a analizar la controvertida figura de Pierre Plantard y su Priorato de Sión…

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