ByOskarele
En 1944, tras quince añazos de duro trabajo, un equipo del Instituto Rockefeller de Manhattan, dirigido por un canadiense tímido, pero inteligente, Oswald Avery, consiguió demostrar, con un delicadísimo experimento, en el que se convirtió en permanentemente infecciosa una cepa inocua de bacterias, cruzándola con un ADN diferente, que el ADN era mucho más que la molécula pasiva y que se trataba, ya sin duda alguna, del agente activo de la herencia.
Más tarde, un austriaco llamado Erwin Chargaff, bioquímico, afirmó con toda seriedad que el hallazgo de Avery merecía dos premios nobel. Cosas de la vida: su principal enemigo fue Alfred Mirsky, un compañero del Instituto Rockefeller, que hizo todo lo que estuvo en su mano para joderle la vida a Avery, llegando incluso a presionar a las autoridades del Instituto Karolinska de Estocolmo para que no le concediesen el novel. Avery, con 66 años ya, pasó de polémicas y de rollos, dimitió de su cargo y nunca más volvió a pisar un laboratorio.
Pero sus descubrimientos abrieron el camino para lograr desentrañar cómo funcionaba aquella extraña molécula.
Si había alguien a principio de los años 50 por el que apostar como descubridor de la estructura del ADN, este era sin duda Linus Pauling, del Instituto Tecnológico de California: no tenía rival en la tarea de determinar la arquitectura de las moléculas y había sido un adelantado en el campo de la cristalografía de rayos X, una técnica que resultaría crucial para entender el ADN. Tuvo una trayectoria profesional impresionante, con dos premios nobel en su vitrina, uno de química en 1954, por su trabajo sobre los enlaces químicos y otro de la paz en 1962, por su campaña contra las pruebas nucleares terrestres.
En la foto adjunta lo podéis ver en una manifestación:
Pauling hizo contribuciones importantes a la definición de la estructura de los cristales y proteínas, y fue uno de los fundadores de la biología molecular. Es reconocido como un científico muy versátil, debido a sus contribuciones en diversos campos, incluyendo la química cuántica, química inorgánica y orgánica, metalurgia, inmunología, anestesiología, psicología, decaimiento radiactivo y otros campos.
Pero la cagó con la estructura del ADN: se convenció a sí mismo de que era una hélice triple, no doble como realmente es, y nunca consiguió llegar a dar del todo con el procedimiento adecuado para desentrañarla.
La victoria no le correspondería a él, sino a un inusual cuarteto de científicos hijos de la Gran Bretaña que no trabajaban en conjunto, se enfadaban muy a menudo, apenas se hablaban y eran novatos, exagerando un poco, en ese campo.
Aquí tenéis mas info de este genial señor: http://es.wikipedia.org/wiki/Linus_Pauling
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