EL CINE MUDO ALEMÁN. PARTE 2. EL EXPRESIONISMO: ANTECEDENTES. EL GOLEM y EL ESTUDIANTE DE PRAGA

ByOskarele

El expresionismo fue un movimiento cultural surgido en Alemania a principios del siglo XX que se manifestó en los más diversos campos del mundo del arte: artes plásticas, literatura, música, cine, teatro, danza, fotografía, etc. , aunque comenzó en el mundo de la pintura. Mas que un estilo en sí, podríamos decir que se trata de un movimiento heterogéneo, una actitud ante el arte que surge como reacción al impresionismo. Los expresionistas defendían un arte más personal e intuitivo, donde predomina la visión interna del artista, la expresión, frente a la plasmación pura de la realidad, la impresión.

Suele ser entendido como una deformación de la realidad para expresar la naturaleza y el ser humano de la forma más subjetiva posible, dando mucha importancia a la expresión de los sentimientos, por encima de la recreación realista. Apliquen esta idea al cine, y tendremos el conocido como “Cine expresionista alemán”.

La primera película expresionista es también la más grande y conocida: “Das Kabinett des Dr. Caligari” (El gabinete del Doctor Caligari), de 1920, dirigida por Robert Wiene. De ella hablaremos más adelante, porque antes vamos a hablar de dos geniales precedentes del cine expresionista alemán: “Der Student von Prag”, de Stellan Rye, 1913, y “Der Golem”, de Paul Wegener, que también codirigió la anterior, y Henrik Galeen.

“Der student von Prag” (El estudiante de Praga), de 1913, es una obra maestra que anticipa las posteriores obras expresionistas, tanto en la temática como en las formas, y que fue dirigida por Stellan Rye y codirigida por Paul Wegener, basándose en la leyenda de “Fausto” y en un cuento de Allan Poe llamado “William Wilson”.

Cuenta la historia de un pobre estudiante que se enamora de una noble, la cual está prometida con un hombre rico. No tiene forma de acercarse a ella por su pobreza económica, pero entonces, un extraño viejo le propone un trato: le dará mucho oro a cambio de "algo de la habitación en la que se encuentran". El estudiante acepta, pues es una pobre habitación sin nada de valor, y firma el contrato. Consigue el oro, pero el viejo se lleva a cambio el reflejo del espejo del estudiante, el cual cobra vida propia como un doble. A partir de ese momento, el doble del estudiante le persigue a todos lados destrozando su vida hasta la locura...


Un par de años después, en 1915, Paul Wegener dirige la primera versión de “Der Golem” (El Golem), que recrea una historia medieval de origen judío en la cual un rabino de Praga crea una estatua de arcilla y le da vida, poniendo un signo mágico en su corazón. Wegener haría varias versiones, en 1917 y 1920, siendo esta última, codirigida por Henrik Galeen, la que ha llegado hasta nosotros.


“El Golem” es una película bellísima e hipnótica, claro y honorable antecedente del expresionismo alemán, con una genial fotografía de Kart Freund (quien colaboraría algo más adelante en dos obras claves del cine alemán, “Metrópolis” de Lang y “La ultima risa” de Murnau). La película es fascinante, entre otros motivos, porque nos muestra la Praga medieval con un realismo exagerado, que anticipa el expresionismo, pero que aun pretende ser fiel. Pero también por la historia que cuenta: se trata de la legendaria creación del Golem por el rabino judío Judah Loew ben Bezalel, que, para luchar contra la persecución que sufría su gente, crea un ser gigante de arcilla a modo de protector. Pero la criaturica se rebela y la lía parda. Será, finalmente, una niña quien lo detenga, removiendo la estrella mágica de su pecho que le da la vida.

Destacan enormemente en “El Golem” los decorados, claustrofóbicos y complejísimos, llenos de picos y de sombras, de calles estrechas y claroscuros, muy cercanos a los que emplearían más adelante los expresionistas.

Los paralelos entre esta historia y las posteriores versiones de Frankenstein son obvios. Es difícil decir cuanta influencia directa tuvo la película, pero ciertamente en los años subsiguientes muchas de las figuras más representativas del cine alemán terminaron trabajando en los Estados Unidos.

Por último, mencionar una extraña película, que también anticipa el fenómeno expresionista, llamada “Homunculus”, dirigida por un tal Otto Rippert en 1916. Se trata de un melodrama con temática fantástica, dividido en seis partes y que, desgraciadamente, está perdida. Contaba la historia de un hombre que odia a la humanidad y llega a ser dictador de un gran país. Lang y Murnau la tenían entre sus obras favoritas… pero desgraciadamente nunca podremos verla.




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