EDITH PIAF (1915-1963 - FRANCIA) CANTANTE.



ByCineclásicajazz Pizcadelodemás

Su verdadero nombre era Edith Giovanna Gassion, y a pesar de su esplendoroso éxito, su vida no fue sino un verdadero rosario de penalidades. Ya el nacimiento fue escalofriante, su madre, una cantante callejera de origen ítalo-bereber, se vio sola para afrontar el parto e intentando llegar al hospital no lo logra y tiene que dar a luz en la calle, junto a una farola, con la sola comodidad del abrigo que un compasivo policía tendió en el suelo. Su padre la había abandonado previamente sin atenderla en tal difícil trance. Este era un artista callejero, borracho, que se ganaba la vida con sus acrobacias y juegos de manos. Los inicios todavía se complicarían más y Edith sería abandonada por su madre que no tenía medios para criarla y la deja con la abuela materna de Edith, quien no tiene mejor idea que en vez de criarla con biberones de leche, se los da de vino, alegando que así mataba los microbios. Más tarde y por una serie de avatares termina viviendo con su abuela paterna, quien regentaba un prostíbulo y es en ese ambiente en el que se cría. A decir verdad al menos las prostitutas le dieron algún cariño, el poco que había tenido hasta entonces. A los seis años tuvo una grave infección de cornea que la encamina a la ceguera y su curación coincide con una peregrinación de todas las prostitutas a una Santa para pedir su curación. Las cosas....

Luego sería recogida por su padre que la llevaría con él al circo y luego a deambular por las calles en actuaciones de su padre en las que pedía dinero. Su voz poco a poco le iría dando protagonismo en esas mismas calles en las que venía cantando desde los diez años. Había madurado rápidamente, a golpes y estos no dejaban de llegar. A los 19 años una hija que había tenido muere de meningitis, y este suceso es ya demoledor, resultando el momento en el que empieza a beber sin control y a vagabundear por Pigalle, terminando en esa vorágine liada con un proxeneta con todo lo que ello conlleva. Sólo la aparición de Louis Leplée que reconoce sus cualidades como cantante y que se porta decentemente con ella la saca de ese pozo. Él le puso el nombre de Piaf, que en la jerga parisina de los bajos fondos significa "gorrión". Al tiempo, Leplée fue asesinado y Piaf acusada de su muerte. La prensa la machacó brutalmente y su carrera podría haber terminado fácilmente aquí. Y aunque logró salvar las acusaciones, le faltaba Leplée, a quien llamaba "papá" por el cariño incondicional que le procuraba, y al sentirse perdida y sin protector se lanzó a todo tipo de excesos, a cantar por todo tipo de tugurios y a entregarse a cualquier hombre. Sólo la suerte de toparse con Raymond Asso, un amante ocasional que fue un poco más allá y que se esforzó en rescatarla, la llevo de nuevo al éxito. El mismo éxito al que ella conduciría después a su nuevo amante, Yves Montand.

Llego a triunfar en Estados Unidos para lo que tuvo que esforzarse en aprender inglés y allí se hizo muy amiga de Marlene Dietrich otra estrella de la canción además del cine. Su verdadero amor llegaría con el boxeador Marcel Cerdan, toda una figura de las doce cuerdas. Con él Edith Piaf era otra persona, estaba centrada, feliz, todo cuadraba y el sol al fin lucía en su propio cielo, pero... Marcel tendría pronto un accidente de aviación que le arrebataría la vida. Aquella noche, después de saberlo, tenia que actuar. Se atiborró de pastillas y alcohol, y aún destrozada salió a cantar a su público que era lo único que le podía dar algún calor. La muerte de Cerdan llevo a Edith a las simas más profundas de la depresión y cayó en los mismo errores de siempre, alcohol, hombres, tranquilizantes.... pero el éxito de sus canciones no la abandonó esta vez del todo y consiguió mantenerse en el corazón ya conquistado de todo el mundo. Igual que promociono a Yves Montand hizo lo mismo con Eddie Constantine, Charles Moustaki o Charles Aznavour con lo que gran parte de las estrellas de la canción francesa vinieron de su mano.

Por si faltaba poco, la Piaf tuvo varios accidentes de automóvil que hicieron que fuera intervenida quirúrgicamente en varias ocasiones y que la dejaron dolorida de por vida. Esos dolores intentaba calmarlos con morfina a la que terminó por hacerse adicta. Tenía miedo a dormir, decía que el sueño la hacía pensar en la muerte, y trabajaba frenéticamente por las noches. El desgate de toda esta vida era tremendo y desde los cuarenta años, su deterioro seria imparable, las operaciones vendrían una detrás de otras y por último el cáncer vendría también a visitarla. Un año antes de su muerte se casó con Theo Lamboukas al que Edith decía "Sarapo" -te amo- en griego. Y que a pesar de la diferencia de edad, de estatura, él era altísimo y Piaf solo media 1'47, y de los rumores de era el interés el que llevaba a Sarapo a acercarse a la Piaf, éste a la muerte de Piaf a la que acompañó hasta el último momento y la protegió de la prensa, se encargo de pagar religiosamente todas sus deudas a lo largo de su vida ya que fueron sólo deudas la única herencia que recibió.

Hace poco se hizo una magnífica película sobre su vida con la actuación soberbia de Marion Cotillard que fue merecedora del oscar. Durísima historia de una mujer que ha entregado un buen puñado de las canciones más luminosas, hermosas y energizantes de la historia de la música. Escuchar su música es pensar en la belleza, es un rayo de luz que se cuela por la ventana.

Es una delicia..... Yo soy fan suyo declarado. Os dejo un curioso video (mas abajo) en el que Edith Piaf canta su obra más conocida "La vie en rose" y nos da la sorpresa de cantar la segunda parte en español. Bon appétit mes amis!!!!

De postre algunas frases suyas:

Mi vida de niña puede parecer espantosa, pero era hermosa... Pasé hambre... Pasé frío... Pero era libre.... Libre de no levantarme... De no acostarme... De emborracharme... De soñar... De esperar.

Cantar es una forma de escapar. Es otro mundo.

Quiero hacer que la gente llore, incluso cuando no entiendan mis palabras.

En lo que a mí respecta, el amor significa lucha, grandes mentiras y un par de bofetadas en la cara.

La gente dice que yo podría cantar la guía telefónica y hacer que suene bien.

Siempre tuve ganas de cantar. Como también supe que algún día ocuparía mi lugar en la canción. Era como una premonición que me vino simplemente escuchando las ovaciones.

No quiero volver a la calle y nunca lograré salir sola de ésta: tengo demasiadas cosas malas dentro, y esas cosas malas nunca las siento cuando tú estás ahí.

Todo lo que he hecho durante mi vida ha sido desobedecer.

La muerte existe. La muerte es el comienzo de algo.

No me importa lo que diga la gente. Mucho menos me importan sus leyes.

Me gustaría oír a alguna persona al menos una, que sea capaz de admitir haber sido un cobarde.

La publicación original aquí, en la pagina de nuestro colaborador: http://www.facebook.com/group.php?gid=126815644036357

2 comentarios:

  1. Estupendo... (aunque hay algo de trampa en eso de poner a Edith Piaf a cantar para acompañar el post) :-)

    Una vida tortuosa y una voz deliciosa...

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  2. jajajaj, Gracias Eloy por la visita

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