Tras todo lo que hemos dicho anteriormente, queda claro que a principios del siglo XX, los paleontologos tenian, literalmente, toneladas de huesos viejunos de animales extintos por revisar.
El principal problema es que no tenian ni p. idea de lo viejos que eran aquellos huesos. Peor todavia: las eras atribuidas a la tierra no podian incluir los numerosos eones, eras y epocas que era evidente contenia el pasado. Si la tierra solo tenia 20 millones de años, con insistia el gran Lord Kelvin, órdenes completos de antiguas criaturas debian haber aparecido y desaparecido en un volao. Simplemente, carecia de sentido.
Otros cientificos se interesaron por el problem y obtuvieron resultados que no hicieron mas que aumentar la inseguridad. SAMUEL HAUGHTON, dublinés y geologo, proclamó una edad aproximada de 2300 millones de años, mucho mas de lo que nadie habia propuesto. Cuando se le llamó la atención ante semejante barbaridad, rectificó y propuso 153 millones de años. JOHN JOLY propuso que tenia 89 millones de años.
La confusión era tal que, a finales del XIX, segun el texto que consultases, podias informarte de que el numero de años entre entre nosotros y el inicio de la vida compleja en el Cámbrico era de 3, 18, 600, 794 o 2400 millones de años. Todavia en 1910, uno de los calculos mas respetados, el del yanqui GEORGE BECKER, establecía la edad en solo 55 millones de años.
Justo cuando las cosas parecian mas obstinadamente confusas, surge otro personaje extraordinario con un nuevo enfoque. Era un campesino Neozelandes, de brillante inteligencia, llamado ERNEST RUTHERFORD. Aportó pruebas irrefutables de que la tierra tenia como minimo varios cientos de millones de años, probablemente muchos mas.
Sus pruebas se basaban, curiosamente, en la alquimia, una alquimia espontanea, cientificamente creible y aceptable y despojada de todo ocultismo, pero alquimia de todos modos. Resultaba que el bueno de Newton no estaba equivocado.
Como se hizo esto evidente es otra historia... CONTINUARÁ
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