LA ATLÁNTIDA. PARTE 16. LOS TEOSOFISTAS: MADAME BLAVATSKY. UNA NECESARIA BIOGRAFÍA


Perpetrado por Oskarele

La tremenda acogida popular de la obra de Donnelly, generó tal fascinación entre las masas, así como entre determinado grupos de intelectuales heterodoxos, que propició que el enigma de la Atlántida, aderezado cada vez con más elementos fantásticos, entrara de forma total en el terreno de lo esotérico y que a partir de un determinado momento el fenómeno empezara a ser leído en clave sobrenatural. Al frente de esta novedosa circunstancia se alza sobre todos los otros el nombre de Madame Blavatsky. Vamos a ver quién era:

En 1888, una señora rusa, avanzada en edad, obesa, fumadora de puros y algo excéntrica, publicó una extensísima obra llamada “La doctrina secreta”.

Se trataba, según ella, de una obra basada en un antiguo documento titulado “El libro de Dzian”, redactado en la Atlántida y custodiado en su época en algún rincón secreto del Tíbet. La señora decía que la información la recibió telepáticamente de la Hermandad de los Mahatmas, unos maestros que gobiernan el mundo desde el Tíbet…

En aquella obra, aparte de ofrecer una descripción detallada de la Atlántida, habla también de otro continente perdido. Lemuria.

Esta señora fue Helena Petrovna Blavatskaya, aunque su nombre de soltera era Helena Von Hahn, y nació en 1831 en el sur de Rusia (en Dnipropetrovsk, actual Ucrania), palmando sesenta años después en Londres.

Cogió el apellido Blavatsky, tras casarse cuando contaba 17 primaveras con Nikifor Vasílievich Blavatsky,  y el de “Petrovna” identifica al padre (que se llamaba Peter von Hahn).

Su madre, Helena de Fadéyev pertenecía a una aristócrata familia rusa. Así, tras fallecer esta prematuramente en 1842, nuestra protagonista se quedó bajo la tutela de sus abuelas en Sarátov, donde su abuelo materno era gobernador.


Se dice que ya en esta época, cuando contaba poco más de doce años, comenzó a manifestar ciertos poderes psíquicos, así como un acentuado interés por el esoterismo, a lo que, parece ser, ayudó la genial biblioteca heredada de su bisabuelo masón.

Con diecisiete años, en 1848, se casó con el señor Nicéforo Blavatsky, vicegobernador de la provincia de Ereván, en Armenia, que tenía cuarenta años. Según ella misma diría, no consumó la relación y se casó solo para obtener la independencia. Por eso, tres meses después, se escapó (su marido decía que fue porque no soportaba su hábito de fumar grandes cigarros). Ella diría que su marido murió poco después, pero es una de tantas mentiras que soltó la señora, pues falleció quince años después.

A partir de entonces, y según sus propios testimonios, comenzó a viajar, yendo a países como Egipto, Turquía y Grecia.  A veces le acompañaba Albert Rawson, naturalista y explorador yanqui, aficionado también al esoterismo y masón.  También le acompañaba su amiga la Condesa Kisselev. En 1851, con veinte años, estaba en Londres y, como no contaba con muchos posibles, tuvo que sobrevivir dando clases de piano. Ese año tuvo el primer encuentro con su futuro maestro (al que había visto a lo largo de los años en sus sueños…), un iniciado oriental de Rajput, Mahatma Morya que, siempre según ella, le desveló su misión.


Ese mismo año se marchó a Canadá y Estados Unidos. Y desde allí a Sudamérica y a la India, con la intención de llegar al Tíbet. Pero parece ser que no pudo llegar, y regresó a Inglaterra. Pero cinco años después, en 1855, regresó a la India y si pudo, por fin, llegar al Tíbet, a través de de Cachemira y Ladakh. En el Tíbet pasaría por un período de entrenamiento bajo la dirección de su maestro (al que había conocido en Londres). Algunos autores, como Rene Guenon, plantean que ese supuesto viaje al Tíbet es falso (este autor menciona que no estuvo en la India antes de 1878)

A su regreso  se muda de nuevo a Rusia, donde vivió entre 1858 y 1863, pasando, siempre según su testimonio, por una serie de experiencias sobrenaturales que le posibilitaron adquirir un completo dominio de las energías psíquicas. Allí se reconcilia temporalmente con su padre, hasta que este le acusó de estafarle y sustraerle una importante cantidad de dinero, y de nuevo se marcha, esta vez al Cáucaso, donde se encontró con su marido (aquel que decía que había muerto…)

En 1865 cogió la maleta y continuó con su afán viajero:  viajó extensamente por los Balcanes, Grecia, Egipto, Siria e Italia (se dice que aquí conoció a Garibaldi, con el que incluso luchó en el campo de batalla), entre otros lugares. En 1868 volvió a la India, vía Tíbet, encontrándose con el maestro K.H. (o maestro Koot Hoomi), que le alojó en su casa.  En 1870 volvió a Chipre y Grecia y desde allí de nuevo a Egipto.


Curiosamente, el barco que la llevaba al país de las pirámides naufragó cerca de la isla de Spetsai el 4 de julio de 1871, pero nuestra protagonista se salvó y se dirigió a El Cairo, donde fundó la “Sociedad Espírita”, junto a unos hosteleros franceses, el matrimonio Coulomb (que luego tendrán importancia en la historia), con la intención de fomentar y estudiar el espiritismo y los médiums. Parece ser que quedó decepcionada con los participantes de aquel grupo, pues algunos simulaban sus capacidades psíquicas, pero por otro lado, parece que tuvo algún problema con la justicia...

Fue un fracaso, en definitiva.


Después de varios viajes a través de Oriente Medio, volvió por un corto período a Odesa, en Ucrania, en julio de 1872. Según Helena, en la primavera de 1873, su maestro le dio instrucciones de proseguir hacia París y más adelante a Nueva York, donde, en 1874 conoció al coronel Henry Steele Olcott,  masón y coronel estadounidense, miembro fundador de la Comunidad Mundial de Budistas, así como investigador de temas de parapsicología, espiritismo y ocultismo, y a William Quan Judge, un joven abogado irlandés.

Ambos serán, junto a la Blavatsky, los fundadores de la Sociedad Teosófica , en 1875, formada por 13 teósofos mas. La declaración de principios de la primera Sociedad Teosófica comenzaba así: “El título de la Sociedad Teosófica explica los objetivos y deseos de sus fundadores: buscan obtener el conocimiento de la naturaleza y de los atributos del Poder supremo y de los espíritus más elevados, por medio de procedimientos físicos



Ese mismo año publicó su primera gran obra, “Isis sin velo”, sobre el desarrollo de las ciencias ocultas, la naturaleza y el origen de la magia, los orígenes reales del cristianismo y los errores de la teología cristiana. Y ese mismo año adquiere la nacionalidad estadounidense.



En 1878, Blavatsky y Olcott se llevaron la sede de la Sociedad Teosófica a la ciudad de Adyar, en la India.

Por aquella época conocen a Alfred Percy Sinnett, editor del periódico oficial del Gobierno Indio, "The Pioneer", contacto este que será muy importante posteriormente para la publicación, a partir de 1879, de la revista de teosofía  "The Theosophist", órgano oficial de la Sociedad Teosófica, que  creció muy rápidamente.

En 1880 Blavatsky y Olcott habían pasado algún tiempo en Ceilán, donde aumentó su interés por el sistema ético del budismo esotérico del mahāyāna.

Sinnett, cada vez mas influido por las ideas teosóficas, escribió en 1881 “El Mundo Oculto"  y "El budismo esotérico" de 1883, libros que ejercieron una notable influencia y que lograron aumentar el interés por la movida. Supuestamente Sinnet también comenzó a comunicarse telepáticamente con los Mahatmas, llegando a publicar una obra, en 1923, llamada “Cartas de los Mahatmas para A.P. Sinnett". 

Por esa misma época compraron una gran propiedad en Madrás, en la India, estableciendo allí la sede internacional de la sociedad. Pero pronto llegaron los problemas: dos miembros del grupo de Madrás, Alexis y Emma Coulomb, acusaron a la Blavatsky de fraude.

Parece ser que estaban relacionados con una publicación cristiana de la ciudad (el Christian College Magazine) y que las pruebas que aportaron (unas cartas) eran falsas. Enormemente decepcionada, dimitió de su cargo y se marchó a Europa en 1885 para no regresar nunca más a la India.

La “London Society for Psychical Research” (Sociedad para la Investigación Psíquica en Londres) creó un comité especial para investigar a Madame Blavatsky. En un informe de 1885, dicho comité "acusa a Madame Blavatsky como una de las impostoras más grandes de la historia", aunque también se le acusa de ser una espía rusa. Posteriormente la misma entidad refutaría esta acusación, así como varios autores interesados en el tema.

Este ataque afectó gravemente a la salud de Blavatsky, que partió de la India para Europa en agosto de 1885. En Wurzburg (Alemania), comenzó a escribir “La Doctrina Secreta”, su obra maestra. Según su propio testimonio, Helena recibió un día la visita de uno de sus instructores tibetanos que le dieron, según ella, la opción siguiente: "o morir liberándose (del cuerpo enfermo) o continuar viva acabando la Doctrina Secreta".


Se recuperó y continuó escribiendo su obra, la cual finalizó y publicó en 1888. Al año siguiente publica “La llave de la teosofía”, una exposición de las razones por las cuales se fundó la Sociedad y sobre  cuáles eran sus enseñanzas básicas. También publicó “La voz del silencio”, un libro poético.

Madame Blavatsky explicó que escribió tanto “Isis sin velo” como “La Doctrina Secreta” con la ayuda de los Mahatmas que se ponían en contacto con ella mediante diferentes modos: “poseyendo” su cuerpo, mediante comunicación telepática o, incluso, con su propia letra, pues las cartas de los maestros según ella, a veces, se materializaban en el papel.

No es de extrañar, a tenor de sus propias declaraciones del origen de su información, que fuese tachada de impostora. Por otro lado no solo fue acusada de eso: muchos la acusan también de racismo al tratar a algunos grupos humanos (por ejemplo, los aborígenes australianos) como razas inferiores (precisamente a estos los califica como “un cruce atlanto-lemuriano”…), atacando en numerosas ocasiones a los judíos y los árabes.

Helena Blavatsky palmó en Londres en 1891. Parece ser que su cuerpo fue incinerado y sus cenizas repartidas por Europa, USA y una parte que se quedo en la sede de la Sociedad, en la India.

No hay comentarios:

Publicar un comentario