ARISTÓTELES. SOBRE SU VIDA


Perpetrado por Oskarele

“En los hombres la experiencia proviene de la memoria. En efecto, muchos recuerdos de una misma cosa constituyen una experiencia. Pero la experiencia, al parecer, se asimila casi a la ciencia y al arte. Por la experiencia progresan la ciencia y el arte en el hombre” (Metafísica, Libro I, cap. I.)

Aristóteles fue un filósofo griego de los más importantes, junto a Sócrates y Platón, su maestro, y sus ideas han ejercido una gran influencia en la historia intelectual, científica y del pensamiento de occidente. Su obra es vastísima, tocando todos los palos del conocimiento, desde la filosofía de la ciencia a la estética, pasando por la lógica, la metafísica, la ética, la retorica y la física.

A lo largo de una serie de artículos vamos a tratar la maravillosa aportación al mundo del pensamiento y de las ciencias por parte de Aristóteles, empezando, como siempre, con un ligero esbozo sobre su vida y obra, para luego continuar analizando las principales ideas y aportaciones de su filosofía.

Aristóteles nació en el 384 a. C. en la ciudad de Estagira (por esto le llamaban el Estagirita), en Tracia, según nuestro compañero de viaje Diógenes Laercio, quien nos dice además que era hijo de Nicómaco y Efestiada, y que su padre ejercía la medicina en la corte del rey Amintas III de Macedonia, "por causa de la medicina y por amistad", lo que se ha tratado de asociar con el posterior interés naturalista de Aristóteles.

Diógenes describe a Aristóteles como "el discípulo más legítimo de Platón, y de voz balbuciente... que tenía las piernas delgadas y los ojos pequeños, que usaba vestidos preciosos y anillos, y que se cortaba la barba y el pelo". (Vidas de filósofos ilustres, libro V, 1).

No sabemos mucho de su juventud, pero lo cierto es que cuando contaba 17 primaveras, en el 367 a. C.  Fallece su padre y fue enviado a Atenas por su tutor, Proxeno de Atarneo, por entonces el centro intelectual del mundo griego, para que estudiase en la Academia de Platón, donde permanecería los siguientes veinte años, hasta el 347 a. C., fecha de la muerte de Platón. Mucho se ha especulado sobre la supuesta mala relación entre ambos, pero, a tenor de los escritos de Aristóteles, en los que trata a su maestro con sumo respeto y admiración, no parece probable. Lo que sí se produjo es un distanciamiento en cuanto a las teorías filosóficas, a pesar de que en un principio Aristóteles atravesó por una fase profundamente platónica, antes de desarrollar sus propias concepciones filosóficas.

Tras palmar Platón, en el 347 a. C., la academia pasó a estar a cargo de su sobrino, Espeusipo, sobrino de Platón, que provocó un giro místico-religioso a las actividades de la misma, lo que no fue del agrado de nuestro protagonista, que se piró (hay quien dice que el motivo fue en realidad no haber sido elegido el sucesor de Platón). Sea como sea, se marchó en compañía de su colega Jenócrates, a Assos, en Asía Menor, donde reinaba el tirano Hermias, (antiguo amigo y compañero en la Academia), fundando allí una sección de la Academia que él mismo dirigió durante tres años. Aquí fue donde comenzó a desarrollar sus teorías y sus primeras opiniones contrarias a los planteamientos platónicos (en especial contra la teoría de las Ideas, como podemos comprobar en la obra de esta época “Sobre la filosofía”).

También allí contrajo matrimonio con Pythia, hija adoptiva o sobrina de Hermias, con la que llevó una vida feliz hasta la muerte de ésta, que no se sabe mu bien cuando fue. Lo que sí sabemos es que después se enrolló con Herpilis, con la que tuvo un hijo llamado Nicómaco, como su pare.

Tras el asesinato de Hermias, en el 345 a. C., se trasladó a Mitilene, en la isla de Lesbos, entrando allí probablemente en relación con Teofrasto, que sería posteriormente el más destacado discípulo y continuador de su obra de. Allí continuó con su actividad filosófica hasta que en el año 343 a. C.  fue llamado por Filipo de Macedonia para hacerse cargo de la educación de su hijo Alejandro, el futuro Alejandro Magno, que tenía entonces trece años, probablemente por la amistad y parentesco con Hermias, aliado de Filipo.

Allí permaneció siete u ocho años, hasta el 336-5, cuando Alejandro subió al trono, regresando entonces Aristóteles a Atenas, donde fundaría su propia escuela del saber, el famoso Liceo (llamado así por estar situado dentro de un recinto dedicado al dios Apolo Licio). Se trataba también de una comunidad filosófica, pero en esta las clases eran públicas y gratuitas. El edificio tenía un jardín y un paseo (perípatos) del que los aristotélicos recibirán el nombre de “peripatéticos”, ya sea porque Aristóteles impartiera sus enseñanzas paseando, como recoge Diógenes Laercio ("... tomó en el Liceo un sitio para pasear, y paseando allí hasta la hora de ungirse los atletas, filosofaba con sus discípulos, y de este paseo fue llamado peripatético"), o porque, simplemente, se impartieran dichas enseñanzas en el paseo.

Por aquella época, Alejandro Magno, realiza sus famosas campañas militares, que entre otras cosas producen la unificación de Grecia y la pérdida de independencia para las polis, entre las que se encontraba Atenas. Como Aristóteles fue su preceptor, comenzó a ser considerado un personaje no grato para muchos. La cosa se puso más chunga cuando Alejandro palmó, en el 323 a. C., sintiéndose fuertemente amenazado por los crecientes sentimientos antimacedónicos.

Así, “para que los atenienses no vuelvan a pecar contra la filosofía” (en referencia a la condena de Sócrates), Aristóteles dejó la ciudad y viajó a Calcis, en la isla de Eubea, donde murió al año siguiente, en 322 a. C., por causas naturales, supuestamente, una enfermedad del estómago.

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