EL BIPEDO MISTERIOSO. INTRODUCIENDO


Perpetrado por Oskarele

En 1879 una niña de ocho años, que acompañaba a su padre por una recién descubierta cueva de Santillana del Mar, Cantabria (España), se quedó pasmada al presenciar un techo repleto de figuras pintadas en tiempos inmemoriales por dios sabe quién.

Sería uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de la historia y pondría de relieve la grandeza de aquellos seres que nos precedieron en milenios. Se trataba de la “Capilla Sixtina” de Altamira…

Unos años antes, en 1856 unos canteros encontraron en el valle de Neander, cerca de Düsserdorlf, unos restos humanos antiguos, que, sin embargo, fueron interpretados como los de un antiguo cosaco ruso que perseguía a las huestes de Napoleón.

Tres años después, en 1859, un tal Charles Darwin publicaba su controvertida obra “El origen de las especies”, en las que insinuaba que, al igual que el resto de animales, el hombre era fruto de la evolución de especies anteriores, señalando que posiblemente teníamos relación con los simios.

Poco después del hallazgo de Altamira, en 1891, un holandés descubrió en Sumatra (a la que llegó tentado por Haeckel que consideraba que era uno de los bastiones que quedaron de la antigua Lemuria) unos restos aun más antiguos que aquellos alemanes. Se trataba del famoso hombre de Java (hoy clasificado como Homo erectus)

A partir de entonces se fueron encontrando restos de aquellas “humanidades” anteriores por casi todo el mundo, sobre todo en África, pero también en Asia, Europa, Australia y América.

Poco a poco el ser humano fue entendiendo que en verdad era fruto y consecuencia de una larga evolución, de por lo menos 6 o 7 millones de años, que nos llevó desde un pequeño primate que comía nueces y ratas hasta los prepotentes y altaneros seres humanos en que nos hemos convertido, fabricantes de armas de destrucción masiva y de Gran Hermano.

Visto así se podría decir que poco hemos evolucionado.

Pero en realidad los cambios han sido impresionantes, tanto a un nivel físico, como a un nivel tecnológico, cultural y mental. Aquel pequeño primate se acabó convirtiendo en la especie más impresionante, más inteligente y, sobre todo, más hábil con sus manos y con su mente. Aunque también, y no es por ser pesao, en el depredador más peligroso y destructivo que ha pisao la Tierra.

Recuerdo de mi época universitaria cuando nos enseñaban que nuestra cadena evolutiva se componía de solo cuatro grandes grupos: Australopithecus, Homo Habilis, Homo erectus y Homo sapiens, hasta llegar hasta nosotros, los Homo sapiens sapiens.

Cuando me puse a redactar estos artículos lo primero que me sorprendió es ver como aquellas antiguas categorías que yo tenía en mi mente desde aquella época alocada de la universidad (de la que tampoco hace tanto) o no existían o no eran como me habían contado. Además había un montón de subcategorías, ramas paralelas, evoluciones sincronizadas… todo era muchísimo más complejo de lo que recordaba.

O no.

En realidad creo que básicamente viene a ser lo mismo. Los estudiosos e inteligentes académicos se han empeñado en ponerles nombres distintos a cada uno de los restos que se han ido encontrando. Es difícil encontrar a dos que estén de acuerdo en la línea evolutiva. Y esto es por la extraña manía del ser humano de clasificarlo todo.

En realidad es mucho más sencillo.

En realidad ha sido un proceso lento, lentísimo, donde las especies no se daban el relevo unas a otras, sino que se superponían, cohabitando hasta que al final una salía victoriosa gracias al mejor aprovechamiento de los recursos y a la selección natural, que ayudadaba a los mejor adaptados a las condiciones cambiantes. Y en el camino se fueron quedando muchos primos, tíos y parientes lejanos nuestros.

Este fue el largo camino hacia nosotros, camino que vamos a seguir en esta nueva sección y a lo largo de un puñao de entregas que esperemos sean de vuestro agrado…

Así que, sin nada más que decir, empecemos: erase una vez un pequeño primate que andaba erguido, un bípedo misterioso que…

No hay comentarios:

Publicar un comentario