SUYO AFECTISIMO, JACK EL DESTRIPADOR. PARTE 1/6. INTRODUCIENDO


Perpetrado por Oskarele

Sin duda, la figura de Jack the Ripper, Jack el destripador, es la primera que se corresponde con el moderno concepto de psychokiller o con el de asesino en serie. Este calificativo se trata de un seudónimo, ya que el autor de los crímenes jamás fue encontrado, provocado por alguien que se adjudicó los crímenes en una carta, pero que, parece ser, no fue escrita por el autentico psicópata. Es más parece ser que fue obra de un periodista, interesado en aumentar el interés de la historia.

Para entender bien la movida de este personaje es necesario conocer el contexto social en el que se produjeron los crímenes, la Inglaterra victoriana de finales del siglo XIX, una de las naciones, supuestamente, más civilizadas del momento, gracias a la exitosa Revolución Industrial, que por otro lado, estaba provocando graves desigualdades políticas y sociales. En aquella época Inglaterra experimentó la llegada de enormes cantidades de emigrantes irlandeses, así como judíos refugiados procedentes del este de Europa y de la Rusia zarista. Estos vinieron a sumarse a la ya de por si masiva capa social del proletariado industrial, que vivían en condiciones infrahumanas, en los barrios más pobres de las ciudades, en los que, debido a la pobreza y a la precariedad laboral, era más que habitual el robo, la violencia, la prostitución… acompañantes inseparables de la miseria en la que vivían aquellas gentes. No es de extrañar que en aquellos momentos surjan numerosas protestas sociales, como la famosa del 13 de noviembre de 1887, el Domingo Sangriento.

Por otro lado, en claro contraste, estaba el esplendor de las clases adineradas, con sus grandes mansiones, sus ricos vestidos y sus coches de caballos… y la más famosa característica de la Inglaterra victoriana: la hipocresía.

El contraste entre estos dos mundos quedaba ejemplificado divinamente en  Londres, la capital del imperio, que, por un lado, poseía la mejor fuerza policial del mundo (Scotland Yard), iluminación urbana (de la que fue pionera), organizaciones humanitarias (sociales y religiosas), parques y jardines maravillosos y una legión de escritores impresionante: Dickens, Collins, Conan Doyle, Kipling… pero, por otro lado, también tenía masas enormes de población que vivían en la absoluta miseria, con pésimas condiciones de trabajo, vivienda y salud, con robos, delincuencia, prostitución, alcohol, racismo… y el barrio que mejor mostraba este Londres oscuro y marginal era precisamente Whitechapel, considerado por los pijos de la clase alta, una “madriguera de la inmoralidad”…

Fue allí, precisamente, donde, entre la madrugada del viernes 31 de agosto de 1888 y la del viernes 9 de noviembre del mismo año, cinco prostitutas fueron brutalmente asesinadas, en un otoño que pasó a ser conocido popularmente como “El otoño del terror”.

El autor de los crímenes nunca será atrapado, a pesar de que, supuestamente, envió notas irónicas de su puño y letra a la policía, firmadas siempre con esto: “yours truly, Jack the Ripper” (Suyo afectísimo, Jack el destripador), aunque en la actualidad se pone en duda que fueran realmente suyas.

El estado de las prostitutas asesinadas no dejaba duda alguna de que se trataba de un sádico sexual, un enfermo que mata convulsivamente y que disfruta de su crimen y, sobre todo, con el trato especial que dedicaba post-mortem a sus víctimas, a las que solía extraer los órganos con una precisión de cirujano… de ahí que tradicionalmente se haya considerado que podía ser un medico o un carnicero.

Tradicionalmente se han asociado a los crímenes de Jack el Destripador cinco asesinatos (conocidos como “los cinco canónicos”), pero entre el 3 de abril de 1888 y el 13 de febrero de 1891 hubo un total de 11 crímenes, incluidos los cinco clásicos, asociados al mismo hombre por tener un modus operandi similar: la cortadura de garganta, la mutilación abdominal y en el área genital, la extracción de órganos internos y las amputaciones faciales.

Los primeros dos casos, Emma Elizabeth Smith y Martha Tabram, no coinciden con este patrón, por lo tanto la autoría es dudosa, aunque algunas fuentes si señalan la posibilidad de que fuesen los dos primeros crímenes de Jack.

Las cinco víctimas “canónicas” del Destripador fueron Mary Ann Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane Kelly. De ellas hablaremos en el siguiente artículo...

Mas info y fuentes aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Jack_el_Destripador, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Asesinatos_en_Whitechapel, aquí: http://cinefreaks.wordpress.com/2009/09/09/monografico-jack-el-destripador-prologo/, aquí: http://www.portalplanetasedna.com.ar/asesinos8.htm.

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