Perpetrado por Oskarele
“Vamos ahora a entrar de lleno en el asunto. Los hechos que nos proponemos exponer no son fruto de presunciones o conjeturas, sino que han sido sacados de anales contemporáneos, formados y transmitidos a través de las edades de que vamos a tratar (…) Entre los documentos a que hemos aludido hay mapas del mundo en diversos períodos de su historia, de los cuales se ha permitido sacar cuatro copias más o menos completas, por gran privilegio, al autor de esta obra. Representan los cuatro a la Atlántida y tierras circunvecinas en diferentes épocas de su historia. Estas épocas corresponden aproximadamente a los períodos comprendidos entre las catástrofes dichas, y dentro de estos períodos, representados por los cuatro mapas, se agrupan los acontecimientos de la raza atlante”
Una de las cosas más interesantes de la movida del Elliot este son estos cuatro mapas que adjuntó y que, según dice, les fueron entregados por los sabios ascendidos de la India.
El primer mapa representa la superficie de la tierra tal como era hace un millón de años, cuando la raza atlante estaba en to lo suyo, antes de la primera catástrofe, acaecida hace 800.000 años. El continente ocupaba prácticamente todo el atlántico desde Islandia hasta Brasil. Se ven también en este mapa fragmentos diseminados de los que un día habían de ser continentes: Europa, África y América, así como los restos de un continente todavía más antiguo, Lemuria, así como los restos del continente hiperbóreo, anterior aún.
Según se verá por el segundo mapa, la catástrofe de hace 800.000 años operó grandes cambios: la Atlántida pierde sus regiones septentrionales y el resto queda roto. América ya está separada del antiguo gran continente.
Además se producen hundimientos y elevaciones en otras partes: las islas británicas, por ejemplo, forman ya parte de una inmensa isla que abraza también la península escandinava, el Norte de Francia, todos los mares comprendidos entre estos territorios, y alguna parte de los mares exteriores. Las dimensiones de los restos de Lemuria han disminuido, mientras que Europa, África y América han aumentado en extensión.
El tercer mapa muestra los resultados de la catástrofe de hace cerca de 200.000 años. Con excepción de los rompimientos en los continentes atlántico y americano, y de la inmersión del Egipto, se observará de cuán menor importancia, relativamente, fueron los hundimientos y elevaciones de terrenos en esta época; la isla escandinava aparece ya unida al continente. La Atlántida se ha partido en dos islas, las cuales llevaron los nombres de Ruta y Daitya.
Los efectos brutales de la convulsión acaecida hace 80.000 años quedan claros en el cuarto mapa: Daitya, la más pequeña y meridional de las dos islas susodichas ha desaparecido casi del todo, y de Ruta queda solamente la isla relativamente pequeña de Poseidón. “Aunque las islas británicas estaban aún unidas al continente europeo, el mar Báltico no existía, y el desierto de Sahara formaba parte del lecho del Océano.”
¿Cómo surgen los atlantes? Pues, como ya dijo la Blavatsky, de una de las subrazas de la tercera raza raíz que habitaba el Continente de Lemuria, se hizo una selección de los ejemplares destinados a producir la cuarta raza.
¿Cuáles son las subrazas atlantes? Serían los mismos que propuso Blavatsky: Rmoahal; Tlavatli; Tolteca; Turania primitiva; Semita originaria; Akadia y Mongola (emplea nombres planteados por científicos antropólogos). La primera, la raza Rmoahal nació hace de cuatro a cinco millones de años, período en el cual existían aún extensas porciones de Lemuria, mientras que la Atlántida no había adquirido las proporciones que alcanzó. “En un promontorio de esta tierra de Lemuria surgió la raza Rmoahal (…) una raza oscura de color de caoba. Su talla en los primitivos tiempos, era de 10 a 12 pies, talla de verdaderos gigantes; pero andando el tiempo, disminuyó gradualmente, como sucedió a todas las demás razas a su vez”
Finalmente, emigraron a las costas meridionales de la Atlántida, donde sostuvieron continuas guerras con las subrazas sexta y séptima de los lemures que habitaban aquel país. Parece ser que en algunos puntos se mezclaron entre ellos y, según plantea Elliot, los conquistadores toltecas sacaron sus esclavos de estas razas oscuras que se produjeron. La parte de la raza Rmoahal que se conservó pura, entró en las penínsulas al Nordeste, adquiriendo gradualmente un color más claro.
“Aunque el frío de las épocas glaciales influyó también como es natural”, provocando movimientos migratorios hacia el sur durante las glaciaciones y hacia el norte con los deshielos.
Los Tlavatlis, la segunda subraza, tuvieron origen en una isla situada a corta distancia de la costa occidental de la Atlántida, aunque pronto se fueron pa tierra firme, ocupando las regiones centrales, y gradualmente subieron al Norte.
“Eran una raza vigorosa y dura, de color rojo oscuro, pero no tan altos como los Rmoahales, a quienes empujaron más aún hacia el Norte”.
Pasemos ahora a la raza tolteca, o tercera subraza: representaron un gran desarrollo en el tipo humano. Imperó sobre todo el continente de la Atlántida por miles de años, con gran poderío y gloria. El color de esta raza era también rojo oscuro y “tenían también talla de gigantes, midiendo por término medio ocho pies de altura, en el período de su supremacía, pero menguaron como todas las razas hasta llegar a la estatura corriente. “
“Se designa a estas tres primeras subrazas con el nombre de «razas rojas», y entre ellas y las cuatro siguientes no hubo al principio mucha mezcla de sangre. Las últimas, aunque muy diferentes entre sí, han sido llamadas «amarillas», color que más propiamente caracteriza a las turania y mongola, pues la semita y acadia eran relativamente blancas.”
La subraza cuarta, o turania, tuvo su origen en la banda oriental del continente. Las grandes regiones centrales del continente, situadas al Oeste del país montañoso de los tlavatlis, fueron su morada propia, aunque no exclusiva, pues compartieron estas tierras con los toltecas. La quinta subraza, los semitas primitivos, apareció en los territorios montañosos que formaban la más meridional de las dos penínsulas situadas al Norte del continente (hoy serian Escocia e Irlanda, aprox.) “Debe tenerse en cuenta que en la época enque los semitas llegaron a ser poderosos, habían pasado cientos de miles de años desde su aparición, y se había entrado ya en el período del segundo mapa. Eran turbulentos y mal avenidos, siempre en guerra con sus vecinos y en particular con el poder, entonces creciente de los acadios.”
Estos últimos, los acadios, forman la sexta subraza, y nacieron después de la gran catástrofe de hace 800.000 años, en la tierra que estaba al Este de la Atlántida, hacia el punto medio de la gran península. Fueron bastante guerreros, y tuvieron enfrentamientos con los Semitas, a los que destruyeron hará cosa de 100.000 años, “y desde entonces una dinastía acadia, establecida en la antigua capital semita, gobernó el país sabiamente por muchos cientos de años. Era un pueblo comercial, colonizador y marinero, y así estableció muchos centros mercantiles en países lejanos.”
Los mongoles, o séptima subraza, parece que fueron los únicos que no tuvieron contacto alguno con el continente atlante, pues “fueron retoño directo de descendientes de la raza turania a quienes gradualmente reemplazaron en la mayor parte del Asia. Esta subraza se multiplicó con exceso, y, aun en el día, la mayor parte de los habitantes del globo pertenecen a ella etnográficamente, si bien muchas de sus divisiones se hallan matizadas por tan vario modo con sangre de otras razas anteriores que apenas si pueden distinguirse de ellas.”
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