LA ATLÁNTIDA. PARTE 21. LOS TEOSOFISTAS: W. S. ELLIOT 3/3, ARTES, CIENCIAS, COSTUMBRES Y RELIGION.


Perpetrado por Oskarele

 “Debe reconocerse previamente que nuestra raza aria ha obtenido, por razón natural, adelantos mucho mayores en casi todos sentidos que los atlantes; pero aun en aquello en que dejaron de alcanzar nuestro nivel, son interesantes las noticias de lo que realizaron al llegar a la mayor altura de su civilización. Por otra parte, los progresos científicos en que nos sobrepujaron, son de una naturaleza tan deslumbradora, que produce confusión lo desigual que fue esta raza en su desarrollo.”

En la historia de los atlantes, así como en la de los arios, se alternan los períodos de progreso y de decadencia. La Arquitectura y la Escultura, la Pintura y la Música, fueron cultivadas entre los atlantes, destacando sobre todo en las construcciones arquitectónicas, y especialmente con  la subraza tolteca. El oro y la plata eran tenidos en gran estima, pero su empleo era puramente artístico, pues no se usaban como símbolos de cambio, “al paso que las grandes cantidades producidas por los químicos (o alquimistas, como hoy les llamaríamos) hacían que no tuvieran, como ahora, la consideración de metales preciosos.”

El lenguaje atlante principal era el Tolteca, que era universal, “no solo en todo el continente sino también en las islas occidentales”, aunque sobrevivían restos de los idiomas rmoahal y tlavatli en comarcas lejanas. “El idioma tolteca, a través de tantas edades, mantuvo su pureza, y el mismo lenguaje que se hablaba en la Atlántida en los días de su esplendor, fue usado, con ligeras alteraciones, miles de años más tarde en el Perú y en México.”

“Las escuelas y colegios de la Atlántida, en los días de la grandeza tolteca, así como en los subsiguientes periodos de cultura, estaban sostenidos por el Estado. Aunque la instrucción primaria era obligatoria, las enseñanzas que se daban después diferían en mucho. Las escuelas primarias servían para hacer una selección. Los que daban muestras de aptitudes reales para el estudio, pasaban a las escuelas superiores a la edad de doce años (…) La mayor parte de los niños pasaba, por tanto, a las escuelas técnicas que mejor se acomodaban a sus diversas altitudes.”

Tenían una tecnología enormemente desarrollada en lo que se refiere a la confección de barcos y naves voladoras, así como en el empleo de energías naturales, sobre todo electromagnéticas.

Por otro lado, en lo referentes a las instituciones sociales, prevalecía la poligamia en todas las subrazas, incluso “en los días de los toltecas, aunque la ley permitía dos esposas, gran número de hombres solo tenían una”. Las mujeres no eran menospreciadas ni consideradas como inferiores a los hombres, “sino que su posición era completamente igual a la del hombre, al paso que las aptitudes que muchas de ellas desplegaban en la adquisición del poder del vril las hacía en absoluto iguales, sino superiores al otro sexo (…) Tampoco estaba prohibido a las mujeres tomar parte en el Gobierno. Algunas veces tenían asiento en los Consejos, y en ocasiones eran elegidas por el Adepto emperador para representarle en las diversas provincias como soberanos locales.”

Una de las costumbres que se apartaban considerablemente de las nuestras, era la referente a la alimentación. Es un asunto nada agradable, pero que no debemos pasar por alto. Generalmente rechazaban la carne de los animales, pero devoraban aquellas partes que nosotros desechamos como alimento. También bebían la sangre, muchas veces caliente de los animales, y confeccionaban con ella diversos platos”. Pero también comían pescados y cereales, así como leche, frutas y legumbres.


“Tampoco fueron desconocidas en aquellos tiempos las bebidas alcohólicas. En una época estuvieron muy en boga los licores fermentados de una clase muy potente, pero como los que los bebían llegaban a un estado de excitación peligrosa, se promulgó una ley prohibiendo en absoluto su uso…”

“En lo referente a la propiedad territorial, entre rmoahales y los tlavatlis, que vivían principalmente de la caza y de la pesca, no tenía naturalmente razón de ser aquella propiedad, si bien en los días de los tlavatlis se empleaba cierto sistema de cultivo en las aldeas. Con el aumento de población, y con la civilización de los primeros tiempos toltecas, fue cuando la tierra empezó a tener valor”.

Posteriormente, “no sólo pertenecían al emperador todas las tierras y sus productos, sino también todos los ganados. El país estaba dividido en diferentes provincias o distritos, cada uno de los cuales tenía a su frente uno de los reyes Subalternos o virreyes, nombrados por el emperador. Cada uno de estos virreyes era responsable del gobierno y bienestar de todos los habitantes que estaban bajo su mando

Este sistema funcionó admirablemente durante un larguísimo período “pero a medida que pasó el tiempo, sobrevinieron el descuido y el lucro personal (…) Este fue el principio de los malos tiempos. Los individuos de la clase dominante que antes dedicaban todo su tiempo a los deberes del Estado, principiaron a ocuparse en llevar una vida más agradable, y el lujo comenzó a desenvolverse”

El único punto que nos queda por tratar, es la evolución de las ideas religiosas: “Los tlavatlis, al paso que heredaron la reverencia tradicional y el culto al Manú, fueron enseñados por Adeptos instructores en la existencia de un Ser Supremo cuyo símbolo reconocían en el Sol. De este modo desarrollaron una especie de culto solar que practicaban en las cumbres de las montañas. Allí construían grandes círculos con monolitos verticales, destinados a simbolizar el curso anual del Sol; pero a la vez se empleaban con fines astronómicos”.

Pero entre las filas del sacerdocio se conocían y guardaban otros símbolos de significación mucho más profunda y real. Uno de éstos era el concepto de una Trinidad en la Unidad. “Las Trinidades de la más sagrada significación no eran jamás divulgadas; pero la Trinidad que personificaba los poderes cósmicos del universo, como Creador, Conservador y Destructor, se hizo pública de un modo irregular en los tiempos turanios. Esta idea fue aún más materializada y degenerada por los Semitas, que la convirtieron en una Trinidad antropomórfica, formada de Padre, Madre e Hijo.

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