IMPOSTOR DE PROFESIÓN



Perpetrado por Oskarele

"One man's life is a boring thing. I lived many lives. I'm never bored." (La vida de un hombre es una cosa aburrida. Yo he tenido muchas vidas. Nunca me aburrí)

En 1960, durante un atraco a un hotel de mala muerte de New York City, falleció un decrepito señor de 70 años, portero nocturno del negocio, llamado Stanley Clifford Weyman. Fue la última vez que su nombre apareció en los periódicos.

Dejaba atrás una vida fabulosa de engaños y mentiras que le había permitido ser cónsul, teniente de la marina, experto en prisiones, abogado, periodista y medico de la estrella cinematográfica Pola Negri… vamos a ver quien fue.

Stanley nació en 1890 en Brooklyn, New York, en el seno de una familia pobre que no pudo costear sus estudios, por lo que desde temprana edad tuvo que buscarse la vida. Así, en 1910, con veinte añicos, fue detenido por primera vez, acusado de fraude, ya que se había hecho pasar por el cónsul yanqui en Marruecos, para poder cenar en los mejores restaurantes de la ciudad.

Esta detención no impidió que poco después se hiciese pasar por un agregado militar de Serbia y un teniente de Marina de los EEUU, aunque de nuevo fue capturado.

Weyman fue puesto en libertad por segunda vez en 1915, pero siguió con sus mentiras: se convirtió en el Teniente-Comandante Ethan Allen Weinberg, cónsul general de Rumanía. Ostentando este falso cargo, inspeccionó personalmente el USS Wyoming, un barco de la marina yanqui. La movida llegó a tal punto que se aventuró a invitar  a los almirantes del buque y a otras celebridades a una cena de gala en el hotel Waldorf Astoria… pero la publicidad dada al acto hizo que el FBI se quedase con el cante, por lo que fue detenido en mitad de la fiesta por los federales.

Se le oyó quejarse de que se debería haber esperado hasta el postre.

Fue condenado a otro año de cárcel.

En 1917 se convirtió en Royal St. Cyr, un falso teniente de Ejército del aire americano. De nuevo fue detenido, aunque salió en libertad condicional en 1920.

Viendo que tenia la cosa chunga en los Estados Unidos, se marchó pal sur, exactamente para el Perú, donde fingió ser medico de una gran compañía constructora. Allí organizaba fiestas suntuosas y vivió como dios, hasta que el crédito se le agotó y fue arrestado.

En 1921 se ve que se enteró de que la princesa Fátima de Afganistán estaba de visita en los EE.UU. así que ni corto ni perezoso la visitó en calidad de representante del Departamento Estatal Naval, disculpándose por la supervisión y comprometiéndose a preparar una cita con el presidente. Se las apaño para sacarle 10.000 dólares como “regalos” para los funcionarios del Departamento de Estado. El dinero, curiosamente, lo usó para transportar en un ferrocarril privado a la princesa y su sequito y alojarlos en el lujoso Hotel Willard, en Washington D.C.



Una vez en la capital yanqui, se lo curró para reunirse con el secretario de estado, Charles Evans Hughes, a quien no pudo convencer de darle una audiencia a la Princesa afgana con el Presidente, en aquel entonces, Warren G. Harding. Pero se puso cabezón, y a fuerza de empujones, logró llamar la atención del presidente, con el que consiguió hablar.

Consiguió una audiencia privada para la Princesa.
Por la noche se fue a celebrarlo con los afganos a un restaurante de lujo.

Algunos errores en el protocolo despertaron la sospecha, que fue confirmada cuando la prensa mostró las fotos junto a la princesa. Fue detenido de nuevo y acusado de hacerse pasar por un oficial naval. Fue condenado a dos años de cárcel.

Tras salir de prisión, el diario “The evening”, le pidió que intentara conseguir una entrevista con la reina María de Rumanía, que iba a visitar el país. Fue admitido como el Secretario de Estado y logró la entrevista.



Pero su hazaña más popular estaba por llegar: En 1926 Weyman apareció en el funeral de Rodolfo Valentino (1895-1926), acompañando en el duelo a su amante (EN LA FOTO DE ARRIBA), la también actriz, Pola Negri (1897-1887), a la que aseguró que había sido su médico personal y amigo. Se atrevió, incluso, a recetarle a la bella Negri unos calmantes y a emitir comunicados de prensa sobre su estado. Pola Negri no lo condenó después de haber sido expuesto, aunque en esta ocasión no fue arrestado.

Después fue abogado, llegando a dar algunas conferencias en universidades, y durante la Segunda Guerra Mundial se dedicó a dar asesoramiento a los que querían evitar ir al frente, simulando diferentes problemas de salud.

Fue condenado a siete años de prisión por esto.

Más tarde se dedicaría al periodismo radiofónico, tanto que en 1948 consiguió credenciales para convertirse en un periodista de la ONU, y algo después el Embajador de Tailandia le ofreció un curro como jefe de prensa de su grupo en la ONU. Esto sucedía a principios de 1951. Preocupado por si aquel empleo podría poner en peligro su ciudadanía estadounidense, solicitó permiso a la secretaria de estado… con tan mala suerte que un funcionario reconoció su nombre y lo delató.

Finalmente, como decíamos al principio, en agosto de 1960, Weyman fue fatalmente asesinado cuando intentó detener el robo en el hotel donde trabajaba de portero de noche.

Mas info y fuentes aquí, aquí, aquí.

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