¿QUE ES LA DIARREA?


Perpetrado por Oskarele

La diarrea, aunque parezca mentira, y sin pretender ser escatológicos, es un mecanismo impresionante del cuerpo que tiene como objetivo limpiar de forma rápida y segura nuestros intestinos.

Pero la misma definición evoca el problema ¿Qué es lo que activa este mecanismo de defensa? ¿Qué es lo que hay que limpiar? El hecho en sí de sufrir diarrea implica un problema de salud, generalmente alguna invasión gastrointestinal, aunque se asocia a multitud de enfermedades más, así como a determinados hábitos alimenticios.

Así, por ejemplo, cuando una bacteria desagradable y peligrosa se instala en el intestino, la mucosa del mismo se irrita y su actividad secretora aumenta. Además se aceleran los movimientos peristálticos de la pared intestina, produciéndose, en resumen una gran producción de líquido que arrastra los gérmenes hacia el ano.

En realidad, y pa ser exactos, esta definición que hemos hecho no es exactamente la de “diarrea”, sino la de “heces liquidas”, pues la diarrea se refiere más bien a la presencia de heces acuosas, sueltas y frecuentes de manera crónica (prolongada), con numerosas deposiciones al día (por lo menos tres), acompañado de malestar abdominal.

Se considera diarrea aguda si la duración es menor a 2-4 semanas y diarrea crónica cuando el cuadro se extiende más de cuatro semanas (rara vez infecciosa).



La diarrea también ocurre cuando el colon no absorbe suficiente fluido: como parte del proceso de la digestión, los diversos órganos excretan grandes cantidades de agua (entre 8 y 10 litros, en un adulto de 80 kg), que se mezcla con el alimento y los líquidos ingeridos. Así, el alimento digerido es esencialmente líquido antes de alcanzar el colon. El colon absorbe el agua, dejando el material restante como una hez semisólida. Sin embargo, si se daña el colon o se inflama, se inhibe la absorción del agua, resultando en heces acuosas.

Como hemos dicho, es un mecanismo excelente para limpiar y eliminar insanas infecciones en el aparato gastrointestinal.

Pero esto es en un estado ideal de las cosas: es decir, con una correcta alimentación, agua en buen estado, una higiene aceptable… el problema surge cuando se sufre una enfermedad diarreica en un ambiente desfavorable (en aquellos donde estos tres elementos, agua, comida e higiene, no se dan en condiciones óptimas).

Así, lo que para nosotros no deja de ser un episodio ocasional esporádico, motivado por la acción de una infección gástrica o intestinal, que rápidamente curamos con algún medicamente, con dieta blanda y con abundante agua (para no deshidratarnos), en otros países, en los que la realidad socioeconómica es terrible, se convierte no solo en un problema grave, sino en una de las principales causas de mortalidad en los países del llamado Tercer Mundo, íntimamente asociada a la deshidratación.

Por esto, el agua y el saneamiento tienen un papel crucial en la transmisión de las enfermedades diarreicas.



Aparte de las infecciones bacterianas o virales, y de otras enfermedades, la diarrea también está relacionada con una mala alimentación y con el consumo de determinadas sustancias, como algunos medicamentos (especialmente los antibióticos) o el alcohol (etanol), que afecta a la capacidad del organismo para absorber el agua. A menudo este es un síntoma que acompaña a una resaca después de una borrachera. El alcohol se absorbe en el intestino, y a medida que pasa por las células intestinales, su toxicidad causa que estas células pierdan la capacidad de absorber agua. Esto genera un flujo de líquido desde las células del revestimiento intestinal, que se vierte a la luz intestinal y que a su vez se absorbe mal. La diarrea suele durar varias horas hasta que el alcohol es desintoxicado y retirado del sistema digestivo.

¿Qué hacer ante un episodio diarreico?

Pues pa empezar tomárselo con calma y tener un inodoro a mano… después consumir una gran cantidad de líquidos para evitar la deshidratación (lo suyo es agua con sales o leche, que, aunque puede prolongar las heces sueltas, brinda los líquidos y nutrición necesarios) y mantener una dieta astringente, es decir, una dieta en la que, tras un breve periodo de ayuno absoluto (entre 6 y 24 horas), se comen solo alimentos suaves y fácilmente digeribles, como arroz, sémola o sopas finas de cereales refinados, pollo o pescado hervidos, pan blando tostado y jamón york.

Antes de pasar a la alimentación normal se deben introducir el yogur, la carne o el pescado a la plancha, pequeñas cantidades de zanahoria o verduras hervidas. También son positivos los yogures con cultivos activos de bacterias beneficiosas (probióticos) que hacen que la diarrea sea menos intensa y acortan su duración.

También es muy bueno el reposo.

Y si puede ser, evitar los medicamentos antidiarreicos, pues generalmente solo ayudan a paliar el síntoma, pero no a curar el problema.

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