bymoser
Lo primero q percibí fue un fuerte olor a vino. Tenía reparos de salir por la boca de Sol; no sabía cómo podía estar la cosa; pero finalmente mi lado vehemente siempre se sale con la suya; eran las 6, 6 y media; aun no había amanecido; la plaza estaba cubierta de sacos de dormir y dentro, ellos; dormían y eso solo ya m parecía meritorio; más q cualquier otra circunstancia del movimiento; hay q tener arrojos para dormir allí; no más d 2-3 horas; la noche no fue corta y el sol ya comenzaba a mostrarse poco antes de las 7; también había tiendas de campaña; seres más preparados o afortunados; ¿acaso no es lo mismo?; y silencio, si exceptuamos un ligero latido de tambores; el mismo q no cesa desde q comenzaron las protestas; el movimiento; y ese olor a vino; era la madrugada del sábado 21 de marzo y la gente, joven en su mayoría, había pasado una noche más atrincherados en la voluntad y quién sabe si en la esperanza; sí , olía a vino, como siempre ha olido España pero un poco mejor.
Un paisaje imposible cuaja en este país; inesperado; un paisaje q pocos podían imaginar; los q debían de llevar la bandera del inconformismo y la libertad, del cambio y la verdad, parecían demasiado untados de cinismo; barruntados de pesimismo aconfesional; de pereza y de vicio; sinceramente, ¿quién podía esperar q España se levantase teniendo mando a distancia?
Yo también soy un cínico, un escéptico social; un descreído practicante de formación informativa heterogénea y contracultural; yo también creo en conspiraciones, masones, new world order, rubalcabas y postizos; yo también he visto Matrix y creo saber cómo termina; yo también creo q toda revolución es un invento teledirigido, concebido y ventilado desde un think tank sectario y “liberal”; víctima quizás de la última maniobra de un sistema torticero y corrupto; “no lo piensen mas; nada pueden hacer; todo es producto de nuestra imaginación”; una más.
Puede q igual la vida nunca cambie en lo sustancial.
Pero necesitamos vivir; luchar; tener cierta fe, respeto, dignidad; llenar los pulmones y gritar; por higiene; la salud solo entiende de horizontes; porque solo da igual cuando ya no recordamos la felicidad.
La crisis; la precaria situación del sistema y la sociedad en general; no parecen explicar por entero el actual panorama de movilización; recuerdo sin recordar una frase atribuida a cierto dirigente de la 1ª o 2ª Republica en un momento de dificultad; cuestionado sobre si merecía la pena tanta lucha, respondió: démosle al pueblo un atisbo de dignidad (léase cultura, derechos, esperanza…) y no lo olvidara jamás; y después de todo, puede q sea verdad.
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ResponderEliminarSiempre recuerdo ese lugar con desagrado. Finalmente, después de muchas décadas, Sol vuelve a servir para algo que no sea pasar o albergar obras públicas sin final.
ResponderEliminarPero Madrid sigue siendo urbano, demasiado urbano. Porque hace mucho que la villa no es para quienes la habitan, aunque nadie parece percatarse y a nadie parece importarle. El elástico y gélido granito ha venido a librar de enojosos mantenimientos a los responsables, y de cualquier atisbo de felicidad a los ciudadanos.
Sobre la mezcla heterogénea, santificada por la historia, de cuarzo, feldespato y mica, la gente duerme un dolorido sueño. Sobre él nos quejamos de asuntos complejos que no conocemos bien, mientras la lija del pavimento destruye las suelas de nuestros zapatos, y los árboles van desapareciendo, poco a poco de las calles.
También nosotros sobramos en la ciudad, en el mercado laboral y en el planeta.