Perpetrado por Oskarele
“La historia contiene una profunda alegoría velando una misteriosa y más profunda verdad; y cuanto más grande es el absurdo de la letra, más profunda es la sabiduría del Espírit…”...Así pues, los padres de aquel cristianismo incipiente, en el siglo IV de nuestra era, renegaron del Libro de Henoc, principalmente porque no venía de sus propios videntes y porque no encajaba con sus doctrinas, cada vez mas estandarizadas. Lo que no captaron aquellos señores es que esta obra en realidad era una obra iniciática, fruto de antiguas tradiciones simbólicas provenientes tanto de Egipto como de Mesopotamia.
Por eso, aunque el cristianismo lo repudió, el Libro de Henoc permaneció activo a través de las escuelas de misterio, que entendían que en todas aquellas obras “sagradas” se escondían sagrados misterios detrás de sus mitos religiosos.
Porfirio (232 – 304 d. C.), un filósofo neoplatónico griego discípulo de Plotino, en su “Vida de Plotino” dijo lo siguiente al respecto de estas obras simbólicas consideradas como dogmas de fe: “los sabios y filósofos de todas las religiones penetran el verdadero significado, mientras que el ignorante ve únicamente el símbolo externo, la corteza que lo cubre”.
Siglos después, el rabino cordobés Maimónides, (1135- 1204), que tuvo una enorme importancia como filósofo en el pensamiento medieval, escribió: “Cada vez que encuentres en nuestros libros un cuento cuya realidad te parezca imposible, una historia que es repugnante a la razón y al sentido común, entonces puedes estar seguro de que la historia contiene una profunda alegoría velando una misteriosa y más profunda verdad; y cuanto más grande es el absurdo de la letra, más profunda es la sabiduría del Espíritu”.
Efectivamente muchas de estas obras apócrifas, entre las que se encuentra el Libro de Henoc, y muchas de las obras canonícas, como el mismo Génesis o el Apocalipsis de San Juan, tienen un significado absolutamente distinto del sentido corriente o aparente que transmite la letra muerta.
Según estas tradiciones ocultistas fueron escritos por Iniciados para ser leídos por Iniciados. Quien los toma al pie de la letra pierde su tiempo irremediablemente. Es más, esto, precisamente, es lo maravilloso de estos textos, la forma en la que se oculta, se cubre con velos, el verdadero significado, que ha descubrir el iniciado.
La verdad hay que buscarla, en definitiva.
No aparece dada.
Y, efectivamente, el Libro de Henoc si parece haber tenido una continuidad en los círculos herméticos y ocultistas, basados en los textos e historias de las antiguas tradiciones judías, como la Cábala. Así, su obra cumbre, el “Sepher ha Zohar”, lo menciona. Además, entre las secta gnósticas, era considerado uno de los profetas de la humanidad, junto a Adán, Zoroastro, Buda y Jesús.
En siglo XV se vuelve a hablar de él en Europa, sobre todo entre los cabalistas cristianos. Pico de la Mirandola, Jean Reuchlin o Guillermo Postel, el traductor del “Zohar”, lo citan. Este último le da especial importancia. Y por supuesto, tuvo gran importancia para los alquimistas posteriores, algunos de los cuales lo consideraban como a Hermes.
En el prefacio a los “Siete tratados o Capítulos Dorados de Hermes Trimegistro” leemos que “tres fueron los grandes personajes llamados Hermes. El primero fue Henoch, antes del diluvio (…) el segundo fue Noé, que se salvo del diluvio en un arca, y el ultimo fue Hermes o Mercurio”. De alguna forma Henoc representa, de una forma arquetípica, al iluminado que ofrece su saber a la humanidad.
En realidad Henoc, aquel que “caminó con Dios y desapareció, porque Dios lo llevó con él”, representa el proceso de cambio interior que anhelan todas estas escuelas herméticas.
El ascenso, la apoteosis de Henoc (hay que recordar que apoteosis, en el mundo clásico, era la concesión de la dignidad de dioses a los héroes), su unión final con dios, era en realidad una experiencia espiritual que termina con la “disolución de lo manifestado”. Por ello es por lo que se dice que “aquellos que caminan con Dios, como Henoch ′no son′”... algo así como la integración con la totalidad del universo, algo así como el Nirvana hindú, la visión directa del Dios cara a cara y la identificación misma con la Divinidad.
Mas info y fuentes por aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Henoc, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Libro_de_Enoc; aquí tenéis el libro completo: http://www.gratisweb.com/apocrifos/Henoc.htm; aquí: http://usuarios.multimania.es/LafabiWords/mesian-1.htm, aquí: http://ec.aciprensa.com/wiki/Henoc.
BIBLIOGRAFIA EMPLEADA:
SITCHIN, ZECHARIA. El 12º planeta. 1976
VON DÄNIKEN, ERICH. El mensaje de los dioses. 1975.
VALE AMESTI, FERMÍN. El retorno de Henoch o la masonería primigenia. 1993.
VVAA. Apócrifos del Antiguo Testamento.1984.
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