¿POR QUE NOS SENTIMOS INSIGNIFICANTES?

ByOskarele

Para sentir que “valemos”, que somos “importantes”, contamos con dos estrategias mentales: una es la competitividad, que nos permite aumentar nuestra autoestima imponiéndonos a los demás en cuestiones o retos puntuales, haciendo ver que, aunque sean cosas nimias, valemos para algo. Otra estrategia es la “incondicional”: hay humanos que se quieren a sí mismos porque han adquirido un valor determinado por el contexto, la familia, el trabajo o los logros personales.

Pues bien, cuando alguien se siente insignificante, seguramente carece de ambos tipos de autoestima. La primera estrategia, la competitiva, no siempre sale bien, pues para que sea efectiva tenemos que ganar en la “competición” que estemos realizando. Y en muchos casos nos enfrentamos a retos que nos superan, tanto físicos, como laborales, intelectuales o banales.

La sensación de mediocridad galopante también se puede deber a la falta de autoestima “incondicional”, es decir, cuando no tenemos nadie que nos valore o pertenecemos a un grupo en el que no se aprecian nuestros logros y virtudes.

Una persona con síntomas de una autoestima negativa (según Whiskypedia): Desprecia sus dones naturales; Otras personas influyen en ella con facilidad; Se frustra fácilmente; Se siente impotente; Actúa a la defensiva; Culpa a los demás por sus debilidades; Miente frecuentemente; Síntomas de autorrechazo; Distorsión de la imagen propia; Tiene sentimientos de inferioridad…

El concepto de autoestima tiene una enorme importancia, al considerarse ésta una de las causas del sufrimiento psicológico, así como participe en futuras depresiones y problemas psicológicos.

Fomentar una autoestima saludable es una práctica crucial en cualquier terapia psicológica y en cualquier programa de autoayuda.

Así, no nos queda otra que tomar conciencia de que poseemos los instrumentos para tirar pa’lante en esta vida de mierda, como hacen, han hecho y harán miles de seres humanos en condiciones, probablemente, peores que las nuestras.

¿La forma? Pues el respeto ayuda mucho: el respeto a los demás y el reconocimiento de sus meritos, y por extensión, el respeto a uno mismo y sus logros. También la confianza en la propia eficacia personal de cada uno.

De todos modos, to esto es mu bonico decirlo, pero los toros no se ven igual desde la barrera que desde el albero. A veces la vida se complica de tal manera que es difícil mantener la autoestima en alza.

Pero para eso propongo dos dichos, uno andaluz: “un día es un día, y una paliza dura un rato”. Y otro hebreo, el famoso dicho de la moneda de Salomón: “Esto también pasará” (podéis leer algo de esto en nuestro artículo anterior: http://www.facebook.com/photo.php?fbid=177466102270274&set=a.147109001972651.28175.109752169041668)

Mas info aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Autoestima, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Locus_de_control, y aquí un análisis del tema y algunas formas de superar la baja autoestima: http://www.psicologia-online.com/autoayuda/autoestima/autosuperacion.shtml. Y aquí un test: http://www.psicoactiva.com/tests/test4.htm.