ByOskarele
En 1492, un tal Colón zarpó de España y se encontró con lo que posteriormente llamarían América. Ese mismo año los moros de Granada se rinden a los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, terminando la ocupación musulmana de nuestra querida península. Hemos de recordar, por un momento, que los reyes católicos tenían especial interés en encontrar en las Indias la Fuente de la Eterna Juventud.
Pues bien, no sería extraño que una de las historias que motivó aquella búsqueda fuese una historia que se narra en El Corán, libro sagrado de los musulmanes, entregado mediante revelación divina al profeta. No en vano, durante ocho siglos los musulmanes estuvieron en la península y la relación cultural llegó a ser en distintos momentos fructífera y rica.
La historia es bastante parecida a la del griego Glauco, que narramos en el artículo anterior, aunque aquí el protagonista es Moisés, el héroe bíblico del Éxodo de los judíos de Egipto, que, a diferencia de la biblia, aquí, posteriormente a la llegada de su pueblo a la Tierra Prometida, tuvo un sinfín de aventuras mas, ya que la divinidad le dijo que para completar su destino como mensajero de dios tenía que recibir el conocimiento que le faltaba de un maestro siervo de dios al que tenía que encontrar.
Y la única pista era un pescado seco que tenía que llevar con él y que, cuando llegasen al lugar donde estaba el siervo de dios, recobraría la vida y saltaría a un rio, justo donde se une con otro… (O donde los dos mares se juntan, dice el Corán):
Y el milagro aconteció… “Pero, cuando ellos llegaron a la unión, Se olvidaron del pez, Que buceó en el río, Como si entrara en un túnel. Después de mucho caminar, Moisés dijo al criado: "Coja nuestra comida matinal", pero el hombre respondió que el pez había desaparecido: Cuando llegamos a la piedra, ¿No viste lo que aconteció? De hecho me olvidé del pez. Satán me hizo olvidar de contaros. Él buceó en el río de una forma maravillosa.
Y Moisés dijo: Era eso lo que buscábamos.” (Corán, Sura XVIII)
Esto llevo a Moisés a localizar al siervo de Dios, al maestro, que debía encontrar. Y cuando le encontró le sometió a tres pruebas que debía pasar para acompañarle en el camino… pero ahora, el héroe del cuento no es Moisés (o por lo menos no se le llama así), sino que es Dhul Kamein (que significa poseedor de dos cuernos) y emprende un largo viaje en tres partes: en una va a hacia donde el Sol se pone, después a donde el Sol se levanta, y luego, finalmente a una tierra distante donde el mítico pueblo de Gog y Magog venia causando incontables daños a la Tierra. Dhul Kamein terminará con este desorden cerrando un paso entre dos montañas para que no pudiesen pasar.
¿Quien es Dhul Kamein? La traducción como hemos dicho es “dobles cuernos”, pero también puede ser “dobles rayos”. El personaje aparece justo después de los Misterios de Moisés, con lo cual, lo lógico es pensar que es él mismo el de los “dobles rayos” (hay que recordar, además, que a su regreso del Monte Sinaí, el Moisés bíblico también “irradiaba” después de ver a Dios)... pero, como veremos en el capitulo siguiente, hay otras posibilidades...
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