EL CINE ALEMAN. ERNST LUBITSCH. PARTE 2/2. LOS GRANDES CLASICOS




ByOskarele

Tras la llegada de los nazis al poder, en 1933 Lubitsch acaba nacionalizándose estadounidense. En 1935 se une a la actriz Vivian Gaye (con la que tendrá un bebé), tras divorciarse de Helene Kraus. Ese mismo año, le nombran supervisor de Paramount, cargo que aprovechó para dar trabajo a algunos compañeros que tuvieron que huir de Alemania. De aquella época destacan “Design for livin” (Una mujer para dos), su primera película con Gary Cooper y “The merry widow” (La viuda alegre), de 1934, con Chevalier y la MacDonald.Enseguida deja el cargo de supervisor de la Paramount y entra en su etapa de mayor plenitud creativa, con sus películas más redondas, siendo la primera de ella “Ángel”, de 1937, con una impresionante Marlene Dietrich, como una mujer que tiene una aventura extraconyugal en París, o “Bluebeard's Eighth Wife” (La octava mujer de Barba Azul), de 1938, redondísima comedia con Claudette Colbert y Gary Cooper, que tenía como coguionista a Billy Wilder, siendo esta su primera colaboración.("Lubitsch era el mejor guionista que haya habido nunca. Recuerdo que en “La octava mujer de Barbazul” había una escena en el guión en la que Gary Cooper entra en una tienda en Niza y ve unos carteles. Uno de ellos dice: 'Se habla español', en otro pone: 'Se habla inglés'. Lubitsch cogió un bolígrafo y escribió debajo: 'Se entiende el americano'. Un chistecito que lo decía todo", contaba Billy Wilder…)
Y de nuevo con un guión de Billy Wilder haría su siguiente película, mi favorita, y una de sus obras maestras, “Ninotchka”, de 1939, protagonizada por una impresionante Greta Garbo que encarna a una estricta agente comunista enviada a París para investigar el trabajo de tres delegados comerciales rusos (uno de ellos interpretado por Bela Lugosi) que han sido seducidos por las trampas del capitalismo. Allí conocerá a un frívolo caballero (interpretado por un genial Melvyn Douglas) que le enseñará a reír… y a entender y disfrutar el capitalismo. Y, por supuesto, comprenderá lo que es el amor.

La película es una genial sátira sobre el sistema ruso, pero, a la vez, y muy sutilmente, critica también el capitalismo, y, en general, el ser humano... percibiéndose enormemente la influencia de Billy Wilder y su cinismo metódico. Recibió cuatro nominaciones a los Oscar por mejor película, mejor actriz principal, mejor guión y mejor historia original (aunque no se llevó nada porque ese año, 1939, arrasó “Lo que el viento se llevó)
A esta le seguiría otra obra maestra, “The shop around the corner” (El bazar de las sorpresas), de 1940, una comedia cosmopolita y romántica, protagonizada por unos geniales James Stewart y Margaret Sullivan, basada en la obra “Illatszertár” (1937), del escritor húngaro Miklós László, y de la que se haría una versión en 1998 con el título “You've Got Mail” (Tienes un e-mail), dirigida por Nora Ephron y protagonizada por Tom Hanks y Meg Ryan (por cierto, nada que ver con la original…).

Y de 1941 otra comedia clásica, “That uncertain feeling” (Lo que piensan las mujeres), con unos geniales Merle Oberon y Burgess Meredith, a la que seguiría otra obra maestra, “To be or not to be” (Ser o no ser), de 1942, impresionante y atrevida critica al nazismo, interpretada por Carole Lombard y Jack Benny, en la que un grupo de comediantes representa una versión del “Hamlet” de Shakespeare en plena Alemania nazi. Es una de las mejores muestras de humor corrosivo y chispeante que ha dado la comedia americana (y por extensión, de la historia del cine), pero la crítica de la época no supo descubrir el significado del filme y la tacharon de banal e insensible, cuando la película es, en esencia, una comedia de humor negro y sarcasmo que ataca con indudable violencia y firmeza a todo lo que supuso la Alemania nazi.

En España, "Ser o no ser" estuvo prohibida durante 25 años (¡qué decir ya sobre el franquismo!). Su reposición en París constituyó un éxito multitudinario y se mantuvo durante dos años en cartel.


La carrera de Lubitsch tocó el cielo con “Ninotchka” y “Ser o no ser”, y desde entonces, aunque mantuvo un nivel de calidad altísimo, nunca llegaría a esta altura impresionante. Sus últimas películas serán: “Heaven can wait” (El diablo dijo no), de 1943; “A royal scandal” (La zarina), codirigida con Otto Preminger, de 1945; “Cluny Brown”, de 1946, con unos geniales Charles Boyer y Jennifer Jones, en la que es, posiblemente, la mejor película de esta época; y “That lady in Ermine” (La dama de Armiño), terminada por Otto Preminger, ya que Lubitsch falleció cuando el rodaje llevaba solo ocho días, a consecuencia de un paro cardiaco.



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