EXTRATERRESTRES. ESTAMOS SOLOS O MAL ACOMPAÑADOS



Traído por Douglas Clark

Para alcanzar esta conclusión los científicos se basan en el hecho de que la evolución es predecible, por lo que las biosferas alienígenas deberían producir criaturas inteligentes similares a nosotros, diestros tecnológicamente y con un hambre de recursos siempre creciente.

Una de las preguntas que todos nos hemos hecho alguna vez es esta: ¿estamos solos en el universo? La astrobiología y los distintos proyectos SETI intentan dar una respuesta científica basada en los últimos avances tecnológicos, pero hasta el momento nuestros hermanos celestes - si existen - permanecen ocultos. En un reciente estudio, un científico ha reducido las opciones de respuesta a esta vieja pregunta a sólo dos: o estamos solos, o los extraterrestres son codiciosos y buscan recursos para proseguir creciendo. Esta segunda posibilidad equivale a decir que son como nosotros, lo cual resulta temible y deberíamos de prepararnos para lo peor.

Y sin embargo ni los hemos visto, ni hemos detectado sus comunicaciones.
Para Simon Conway Morris, de la Universidad de Cambridge, la respuesta puede venir de la edad de los sistemas solares.

El sistema solar nuestro es joven: 4.500 millones de años contra una edad total de 13.400 millones que tiene el universo. Si después de toda esa ventaja temporal que nos llevan, no se han presentado, tal vez es que simplemente no están.

Las enormes distancias de nuestra galaxia no deberían haber sido un impedimento insuperable, sobre todo si el proceso de colonización se hace de forma gradual. Es una posibilidad desilusionante, pero al menos no supone un peligro para nosotros.

La segunda opción en cambio es más temible. Tal y como la vida ha surgido en todos los nichos posibles en la Tierra, incluyendo los extremos de temperatura, acidez, salinidad y hasta radiacion, no es dificil especular entonces que lo mismo ya debio haber sucedido en cualquier planeta con las condiciones adecuadas.

La evolución opera de una forma predecible, de modo que sus resultados son así mismo relativamente predecibles. Entonces debería de haber alienígenas de aspecto poco familiar en lo externo, pero bastante similares cognitivamente.
Y si estos aliens inteligentes existen deben tener apetitos similares a los nuestros, lo cual dado nuestro infame historial, debería darnos que pensar.

Recientemente, Stephen Hawking advirtió también de que los extraterrestres podrían estar más interesados en los recursos que nuestro planeta pueden ofrecerles, que en nosotros mismos.

¿Entonces deberíamos de recibir a los extraterrestres con los brazos abiertos?
A pesar de las advertencias de Conway Morris, hay quien cree que no deberíamos temerles.

En la misma edición de la revista en la que Morris publica su estudio (Philosophical Transactions of the Royal Society A), un psicólogo llamado Albert Harrison cree que el contacto, que debería de producirse pronto, produciría más placer que terror.

Esto es así en parte porque E.T. sería probablemente un microbio encontrado en Marte o en Europa, o tal vez una señal electromagnética detectada en algún radiotelescopio. En ambos casos, nada parecido a la temida "Guerra de los Mundos".

Según Harrison, la sociedad debería estar preparada para una noticia de este calado. Al fin y al cabo, llevamos cinco décadas aproximándonos a esa posibilidad. Durante ese tiempo hemos aprendido mucho sobre el cosmos, y los avances en tecnología espacial nos han ido preparando para la posibilidad de no estar solos.
Y con el tiempo, de forma gradual, más y más gentes llegarán a esa conclusión.

Esos mismos avances en la tecnología deberían de acercarnos, cada vez más, al momento del contacto. Harrison cree que si no los hemos encontrado todavía, es porque el universo es muy vasto y porque además no sabemos muy bien qué es lo que estamos buscando. Tal vez están demasiado lejos y nunca les alcancemos.
En todo caso, Harrison no se preocupa demasiado con la posibilidad de que sean malignos, tal y como opina Morris: "No es necesariamente inevitable que las civilizaciones alienígenas avancen a etapas de imperialismo interestelar, cruzando el cosmos en busca de recursos".

De hecho aquí mismo, en la Tierra, se aprecia una tendencia creciente hacia la coexistencia pacífica.

Este punto de vista, más optimista, es el que parece agradar más al gran público. Una encuesta reciente sostiene que el 86% de los estadounidenses cree que es más posible que los alienígenas sean amistosos que hostiles.

Tal vez sea así, o tal vez no. La respuesta quedará en el aire hasta que nos topemos con ellos.

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