LA TRADICIÓN OCCIDENTAL DE MISTERIOS. PARTE XV. CIENCIAS OCULTAS: EL HERMETISMO/ALQUIMIA/LOS TRES PRINCIPIOS ALQUÍMICOS
Por Bicho
Mercurio, Azufre y Sal: Los Tres Principios
El Yoga en el Oriente y la Tradición de los Misterios Occidentales tienen el mismo objetivo:
La unión de la consciencia personal con el Origen universal o superconciencia.
El principio llamado Mercurio está estrechamente relacionado con la guna Sattva. Muchos de los escritores alquímicos antiguos se refieren a la “materia prima” de la alquimia como “Mercurio”. Esta es una sustancia luminosa, oculta para los ojos de la mayoría, y se manifiesta como todas las formas de la luz.
El “Libro del Fuego Purificador” asocia el mercurio con Kether, la primera esfera, de blanco puro, del Árbol de la Vida. El "nombre de dios" asignado a Kether es Eheieh, que significa “Yo soy” sin predicado alguno. En Kether, se encuentra la percepción indiferenciada, pero no la “autopercepción”. El conocimiento de sí mismo requiere un punto de referencia fuera del yo. En Kether, no hay “afuera”. Kether ha sido definido como “un círculo cuyo centro está en todas partes y cuya circunferencia en ninguna”.
El Principio llamado Azufre se encuentra estrechamente relacionado con la guna Rajas. El Azufre viviente y “filosófico”, al que se refieren los alquimistas no es el elemento químico con el mismo nombre.
El azufre se refiere al principio de la percepción autoconsciente. El azufre nos capacita para reconocernos como seres separados, y para poder hacer contraste de nosotros mismos con relación a los demás. En la Qabalah, ésta es la función de la segunda esfera en el árbol de la vida, Chokmah. Éste es el primer punto de referencia “afuera”. En Chokmah, el Poder de la Vida puede, por así decirlo "volverse" y mirarse a sí mismo desde un punto de vista aparentemente afuera. Entonces, por primera vez, el uno en Kether sabe quién y lo que es. El nombre de Dios en Chokmah es IHVH, hvhi (a menudo pronunciado Jehová o Yahvé), que significa “aquello que fue, es y será” o “realidad auto-subsistente”. Conocerse a sí mismo, manifiesta sabiduría, el significado de la palabra, Chokmah. En el ser humano individual, es la capacidad de “apartarse” por así decirlo, y mirar hacia dentro, hacia uno mismo.
El azufre es el principio activo del deseo. Es aquello en nosotros que nos impulsa a cambiar condiciones no deseadas, buscar lo que si deseamos. Es lo que nos pone en acción para cambiar nuestra situación.
En el “hombre natural” el azufre “se alimenta de la sal”. Esto significa que nuestra naturaleza del deseo está centrada en el mundo físico, - en evitar el dolor, en disfrutar los placeres de los sentidos. Debido a que la humanidad se encuentra ahora en la “etapa del retorno” del viaje evolutivo, es el momento de desviar la atención ( en exclusiva) sobre la Sal hacia el Mercurio. Los alquimista enseñan que el "alimento verdadero" del Azufre es el Mercurio. Cuando el Azufre se alimenta del Mercurio, aumenta la percepción de la verdad detrás del mundo de las apariencias. El Ser Superior gradualmente va tomando más y más control de los vehículos más densos de la consciencia. Mediante el aumento de nuestra percepción del Poder de la Vida o “Único Ser” nuestra personalidad “crece”. Enfocar el Azufre en el Mercurio significa concentrarse en, y aumentar nuestra percepción de, la Vida Única indivisible, en el ser cuyo cuerpo es el universo físico entero.
¿Qué significa “alimentarse de Mercurio”? Esto significa desviar la conciencia del mundo exterior de la sensación hacia el mundo interior de la conciencia. Esto significa aprender a ser conscientemente receptivo y "transparente" para la percepción superconsciente de Mercurio. Esto requiere elegir aquietarse mentalmente, deliberadamente e invitar a la conciencia superior a que se transmita a través de nosotros.
Cuando el azufre está enfocado en la Sal, todo parece estar separado. Las cosas que usted desea o quiere evitar están "afuera", separadas de usted. Cuando su azufre está más tiempo enfocado en el Mercurio, se produce un cambio gradual en la conciencia. Inicia como una idea en la mente consciente: de que todos y todo en el universo entero pueden ser parte de un ser vivo. A medida que continuamos “consumiendo” Mercurio, el sentido de identidad cambia gradualmente de ser un ser separado a ser conscientes de que somos una expresión directa y parte de un gran ser vivo.
El principio llamado Sal está estrechamente relacionado con la guna Tamas. Ésta no es la clase de sal que se utiliza en los alimentos. Pero como la sal de mesa, el principio Sal conserva. Podríamos correctamente considerar la Sal como el fundamento necesario para fijar lo volátil. Por ejemplo, al hacer un perfume de flores, el fabricante debe utilizar un fijador para conservar el aceite esencial de la flor que es altamente volátil, para preservarlo y evitar que se evapore rápidamente. Igualmente, en el proceso alquímico de la Gran Obra, el aspirante realiza varias tareas (la lectura de libros, el aprendizaje de las correspondencias, la absorción consciente de mayores cantidades de energía de vida de los alimentos vivos ...) para desarrollar una mayor cantidad de “fundamento” para que cuando las experiencias espirituales lleguen, su energía sutil pueda ser “fijada” y por tanto recordada. Sin el principio fijador de la Sal, las percepciones sutiles multidimensionales que Mercurio produce desaparecen rápidamente de la conciencia.
La Sal limita, contrae, cohesiona, une. Sin el principio de la Sal, no existiría la forma ni el mundo físico en modo alguno. El planeta Saturno está relacionado estrechamente con el principio de la Sal y tiene una función similar. Al igual que Saturno, la Sal tiene mala reputación por limitar nuestra libertad, haciéndonos obedecer reglas... nos sujeta.
En el Árbol de la Vida, la esfera de Saturno es Binah, la tercera esfera, de color negro. Binah es la “raíz del agua”, el principio de la Madre Cósmica y de la forma. Es muy recomendable que cada uno dedique tiempo a identificar los tres "supernos" del Árbol de la Vida como aspectos de su propio ser. Conectar nuestra conciencia con los tres supernos nos traerá un gran influjo de la luz de la vida espiritual en nuestra esfera personal.
Debido a que el Azufre es el hijo de Mercurio y la Sal, en forma natural es atraído hacia y puede vincularse bien con cualquiera de los dos. Cuando el Azufre se alimenta demasiado con Sal retrasa el desarrollo, en cambio mientras más se alimenta con Mercurio mayor será su madurez.
Nuestro objetivo es equilibrar los tres principios en nuestra naturaleza. La humanidad se encuentra entre "Dios" y la naturaleza. Mediar es nuestro destino para traer la luz de la unidad al mundo de la naturaleza.
Un error que cometen muchos aspirantes es tratar de vivir (y hacer arte) de las realizaciones de otros. Vivir conforme a las normas de otras personas fue una etapa importante en la evolución de la humanidad. Hizo posible la convivencia en grupos y por tanto en civilizaciones. Ahora tenemos que aprender a vivir “conforme a nuestra propia luz”. Si tratamos de vivir conforme a la visión de alguien más, omitiremos lecciones necesarias; no cometeremos nuestros propios errores ni aprenderemos las lecciones que nos darían. Estudiar la vida espiritual de los santos puede estar bien, pero hay que vivir de acuerdo a las más elevadas verdades que personalmente hemos recibido.
Saludos en L.V.X.
bicho.
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