Perpetrado por Oskarele
Haya sido o no real la Atlántida, lo cierto que es la leyenda ha tenido una repercusión importante, tanto en la historia como en la literatura. Así, cuando la cultura clásica volvió a difundirse en occidente, con la llegada del renacimiento y la recuperación de los antiguos autores latinos, el continente perdido volvió a estimular la imaginación de aquellos hombres, así como permitía explicar algunas movidas que no tenían explicación…
Por otro lado, paralelamente al progreso de los descubrimientos y de la navegación, se desarrolla la cartografía y comienzan a surgir mapas, que, tiempo después, alimentarían la imaginación de un tal Cristóbal Colón, el que descubrió América para los europeos.
El mapa de Toscanelli, que era, según algunos plantean, el que llevaba Colón en su viaje al Nuevo Mundo, muestra Antillia (aquella isla de la que hablaba Aristóteles y que algunos han identificado con la Atlántida, como el propio Charles Berlitz). Se dice que este tal Toscanelli envió una carta y un mapa a la corte de Lisboa (que supuestamente terminó llegando a Colón), en el que detallaba como navegar hasta las Islas de las Especias (Las Indias), en el que sugiere Antillia como un lugar donde podría hacer escala en su viaje hacia el occidente. En su mapa, la China y las Indias aparecían en la costa occidental del Atlántico, mientras Antillia y otras islas (Canarias, Azores, San Borondón) constituían las etapas intermedias.
El problema es que parece que ese mapa nunca existió y que, lo que se mueve por ahí son evidentes falsificaciones.
La carta dirigida a Colón sólo es conocida por la versión castellana que de la misma hizo fray Bartolomé de Las Casas.
Pero si hay algo intrigante: los cálculos de Toscanelli daban a la tierra una circunferencia de unos 29.000 km, en lugar de los 40.000 reales, y esto se produjo porque se basaba en los cálculos erróneos de Ptolomeo. Pues bien, esta confusión hizo que llegasen vivos a America, pues las Indias que buscaban estaba mucho mas allá de lo que creían, y en cambio, en la distancia calculada, estaba el Nuevo Mundo… o las Antillas, como se acabaron llamando aquellas islas a las que llegaron.
Con el descubrimiento de América por parte de Colon y los suyos, apoyados por las coronas de Castilla y Aragón, revivió el interés por la Atlántida. Y muchos de los cronistas de la época, que viajaron junto a los conquistadores, dejaron en sus análisis opiniones y estudiaron con interés tanto la geografía, como la historia y las leyendas de aquellos nativos que encontraron en lo que, en un principio, pensaban que eran las Indias Orientales.
Una de las principales inquietudes y cuestiones que tenían, una vez que se descubrió que aquello era realmente un continente y no la parte oriental de Asia, era como llegaron aquellos nativos americanos a poblar aquella tierra rodeada de agua por todos lados.
Gonzalo Fernández de Oviedo (1478-1557) afirmó en su “Sumario de la Natural de las Indias”, de 1525, que los monarcas españoles poseían los derechos sobré las nuevas tierras americanas, ya que, según él, Héspero, un rey prehistórico español, era hermano de Atlas, gobernante del territorio opuesto de Marruecos, y Héspero también reinaba sobre las Hespérides, "las islas de Occidente" que están a “cuarenta días de navegación, como todavía se encuentran, más o menos, en nuestra época... y como las halló Colón en su segundo viaje... deben por ello ser consideradas estas Indias tierras de España desde la época de Héspero... las cuales revirtieron a España (por medio de Colón)...”
Fray Bartolomé de Las Casas (1484-1566) sacerdote y escritor contemporáneo, tenía como propósito, muy honorable, proteger a los indios del Nuevo Mundo, cuyo trato por parte de los conquistadores españoles estaba desembocando en un genocidio. De las Casas criticaba que esa explotación se produjese y se justificase por ese temas de las Hespérides o la Atlántida. Aunque en su “Historia de las Indias”, de 1527, dijo que “Cristóbal Colón pudo naturalmente creer y esperar que aun cuando aquella gran isla (la Atlántida) estaba perdida y sumergida, quedarían otras, o por lo menos, quedaría tierra firme, que él podría encontrar, si la buscaba...”
Francisco López de Gómara (1511-1566), en su “Historia general de las Indias”, de 1553, sugiere que las nuevas tierras descubiertas y la Atlántida eran una sola y única cosa (basándose entre otras cosas en aspectos etimologicos, como la voz náhuatl “atl” (agua) un indicio de vínculo entre aztecas y atlantes), además, propone que Colón había "leído Timeo y Critias, de Platón, donde obtuvo información acerca de la gran isla y de un territorio sumergido que era mayor que Asia y África".
Curiosamente, esta “Historia general de las Indias” fue prohibida en España por Real Cédula en 1556, incluso se extendió la orden a recoger los libros impresos. Hasta 1727 no se recuperaría.
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