STONEHENGE, PARTE 3. ¿QUE ES STONEHENGE? ¿TEMPLO, SANTUARIO…?

ByOskarele

El arqueólogo Parker Pearson, que lleva años investigando la zona, propone una teoría que nos parece interesante y acertada. Plantea que el monumento era un lugar de culto y de enterramiento, pero que estaba íntimamente relacionado con el Henge de Durrington Falls, del que hablamos en el articulo anterior.

Stonehenge está alineado con el eje del orto en el solsticio de verano y con el ocaso en el solsticio de invierno, mientras que Woodhenge capta el momento del alba en el solsticio de invierno. En Stonehenge no hay restos de habitabilidad: ni casas, ni comidas, ni hogares…lo que indica que allí no se vivía. En cambio si se han encontrado muchas inhumaciones e incineraciones (se calculan hasta 240 enterramientos).

Por esto Pearson especula con esta teoría: Durrington representa el reino de los vivos, Stonehenge el de los muertos. Ambos círculos están unidos por una avenida que asiste a procesiones estacionales de un lugar a otro.

Pero esta teoría no esta tan clara, aunque es bonita: sobretodo hay una objeción: no hay pruebas que demuestren la existencia de una avenida que una ambos núcleos. Además, alrededor de Stonehenge si hay algunas muestras de pastoreo, agricultura y vivienda, lo que no hace que sea tan claro eso de un reino de los muertos.

De vital importancia para entender este misterio son las famosas Piedras Azules, traídas desde un lugar al sudoeste de Gales, los Montes Preseli, concretamente la zona de Carn Menyn. Esto es un autentico monumento natural, por las extrañas formaciones rocosas en forma de columnas y pilares. Esto nos da una pista: los constructores de Stonehenge no tuvieron que tallarlas, la naturaleza ya lo había hecho. Las cerca de 80 piedras azules originales, de entre un metro y medio y dos metros, y unas cuatro toneladas de pesa, están compuestas de dolerita, un mineral que al mojarse produce destellos azulados. De ahí el nombre…


Pero ¿Por qué transportar estas piedras 400 kilometrazos para construir Stonehenge?

Una pista podría ser el hecho de que en Carn Menyn se han encontrado pinturas y relieves rupestres del 3.800 a.c. Esto puede indicar que era un lugar sagrado o venerado desde la antigüedad, lo que puede explicar la manía por llevar estos pedruscos al sur, a Stonehenge. Pero esto también se puede explicar como una simple muestra de ostentación y de poder.

Igual la respuesta está en una antigua leyenda: En el siglo XII, Godofredo de Monmouth  (1.100-1.154 a.c.) escribió una historia repleta de divagaciones y fantasías de los reyes británicos. En ella relata como Stonehenge fue transportado, por orden del mago Merlín, desde Irlanda hasta la llanura de Salisbury, donde se convirtió en lugar de curación, por medio de unos extraños artefactos, para conmemorar un entierro masivo de bretones. El relato podría recoger alguna antigua memoria popular, preservada pero tergiversada por los largos siglos de tradición oral. A decir verdad las piedras azules fueron traídas de tierras lejanas por medios aparentemente mágicos.

Pero también es cierto que este Godofredo de Monmouth relataba en sus crónicas la creencia popular de que el conjunto era un círculo de gigantes petrificados, de allí que se le conociera como la "Danza de los Gigantes".

Para rematar, en la zona existe una antigua creencia que atribuye poderes curativos a los manantiales que brotan de los montes Preseli. Esto hace que pensemos en Stonehenge como una especie de Lourdes del mundo prehistórico. Es cierto que esta teoría del santuario ha sido acogida con escepticismo y cautela. Pero hay algo claro: los autóctonos de la zona debieron encontrar algo especial en los montes Preseli que les indujo a llevarlo durante 400 kilometros al sur de Inglaterra.


Diodoro de Sicilia, un historiador griego del siglo I a.c., menciona una crónica ya perdida, de unos trescientos años antes que él, que describía “un magnifico recinto consagrado a Apolo y un notable templo esférico” sobre una gran isla del lejano norte, enfrente de la actual Francia, y, dato intrigante donde los haya, Apolo es el dios de la curación.

Samuel Pepys, presidente de la Royal Society, nacido en 1633 y famoso por sus diarios codificados, visito el monumento en el verano de 1669. La magia del lugar aún resuena en uno de sus diarios: “Las piedras eran tan prodigiosas como las razones que de ellas me dieran, y su vista, merecedora del viaje. Solo Dios sabe para que servían

CONTINUARA...

No hay comentarios:

Publicar un comentario