EL PUNTO OMEGA O LA FISICA DE DIOS PIERRE TEILHARD de CHARDIN y FRANK TIPLER

Bymoser

“En el Punto Omega; el fin de los tiempos; todos resucitaremos y viviremos eternamente”

O eso dice Tipler

Omega es la última letra del alfabeto griego.

El punto Omega es un concepto original de Pierre Teilhard de Chardin; paleontólogo y teólogo.  Una combinación inestable e incómoda, si no contradictoria; pues era evolucionista y aun no hemos rebasado la primera mitad del SXX; de la que surgirá un pensamiento brillante y original; mezcolanza de filosofía, teología  y ciencia.

Su piedra maestra será la teoría complejidad- conciencia q el mismo desarrolla; del estudio de la evolución, no solo de la vida, del universo como tal, se constata: q la materia ha seguido un camino ascendente en cuanto a la complejidad de sus estructuras y, una vez alcanzada la vida, de la misma forma, se ha establecido y progresado la consciencia.

De lo creído-probado; de lo q aparenta ser el pasado; infiere el futuro; el progreso ininterrumpido y ascendente de la complejidad y la consciencia hasta el infinito; hasta el punto Omega; punto crítico de maduración humana.

Una visión de la evolución ontogénica o finalista; por su creencia en el progreso como un principio inherente a la existencia; inevitable; de alguna forma preestablecido; la Primera Causa de Aristóteles; el Punto final Omega de de Chardin; la verdadera naturaleza de Dios; la singularidad cosmológica a la que indefectiblemente siempre llega la física moderna.

De paso, hará por sentar las bases de la ligadura religión y ciencia, iglesia y saber; identifica el Omega con la Parusía o segunda venida de Cristo y a la Iglesia, con un vehículo canalizador de la evolución cultural necesaria; pues el hombre necesitara de los demás para su desarrollo:

“ningún futuro evolutivo aguarda a la persona sino es en asociación con los demás…para llegar al Punto Omega; a la unidad supraconsciente; no podrán ser excluidas ninguna de las partes”.

Términos como la noosfera o atmosfera emocional común (termino a profundizar y original de Verdinski) le servirán de andamiaje intelectual para sus ideas  sobre la evolución futura del ser; “una colectividad armonizada de conciencias… reforzándose en el acto de una sola reflexión unánime”; pero q no anularía el Yo, al contrario: “… cuando el Universo sea Uno, las personas no serán suprimidas sino súper-personalizadas… el Punto Omega une la creación, y cuanto más unida… evoluciona hacia formas superiores de complejidad, consciencia y, finalmente con los humanos, personalidad, porque Dios, que acerca el Universo a Sí, es una persona”; siendo la superación de los desencuentros, el amor inconmensurable y desprendido, la autentica llave de la eternidad.

… y estos pastizales tan new-age no suelen ser muy del agrado de la ortodoxia católica q despreció la obra de de Chardin (publicada, la práctica totalidad, una vez fallecido) por ambigua y desviada de la doctrina (lo de equiparar la 2ªvenida de Cristo con la consecución del punto Omega no es cualquier cosa) ordenándose incluso  la retirada de sus libros de las congregaciones por “peligrosos”.  Si bien, en la medida en que ha crecido la repercusión de su obra así como su perfil humanista, el propio Benedicto XVI llegara a referirlo en términos bastante más benignos: “ tuvo una gran visión, que culmina en una verdadera liturgia cósmica, en la cual el cosmos se convertirá en una hostia viviente”.

Ahí es na.

Hace un par de décadas aparece un tal Tipler, reputado físico andalus de Andalusia, Alabama, y desarrolla las ideas filosófico-metafísicas de de Chardin, en números, en física de vanguardia; con unos resultados formalmente poco discutibles pero cuya interpretación, como era de esperar, no es compartida por la gran parte de la comunidad científica q la considera más, un elaboradísimo mas ensoñado, juego intelectual.

En “La Física de la Inmortalidad” predice un futuro donde la vida robótica superará necesariamente a la biológica ocupando la cima y dirección del progreso; su capacidad de computación se hará infinita y de esta manera podrá lograr la reproducción a nivel atómico de todas las combinaciones posibles del genoma humano; devolviéndonos a todos a la vida; unos 10 elevado a la 10ª elevada a la 6ª; mucha gente.

En ese punto ultimo de las cosas todos juntos viviríamos por toda la eternidad suspendidos de la singularidad temporal q produciría un supuesto BIGCRUNCH; una vez  el universo deje de expandirse; antes de iniciar el retroceso; el tiempo se “alargaría” de tal forma que el momento de comenzar a encogerse no parecería llegar jamás.

Y… ¿por que haría todo esto el fin último de la evolución, la computadora del fin del mundo, el Punto Omega?; porque el Punto Omega, como no podría ser de otra manera, nos quiere; el Amor es la naturaleza de la creación; la singularidad física; el fenómeno inexplicable pero indispensable para que todo encaje; la fe; el motor; creer y crear, curiosamente, en castellano  al menos, comparten 1ªpersona del presente; yo creo.  

Lo interesante de la obra de ambos (de Chardin y Tipler) es la combinación de un pensamiento  matemático-racionalista y sus consecuencias contrastables, con los aspectos del desarrollo psicoemocional humano y su naturaleza; para describir un bello, equilibrado y original umbral de convergencia poético-atómica.

Ahí es na.