ByOskarele
Dejábamos el articulo anterior con la enorme sorpresa que produjo entre los miembros de la Royal Society las cartas de un iletrado comerciante de paños de Holanda, llamado Antoni Van Leeuwenhoek, que decia conseguir ampliaciones de hasta 250 veces... Este señor, de nombre impronunciable, que vivio entre 1632 y 1723, fue un autentico genio de la ciencia, especialmente gracias a sus portentosos microscopios.
Pero aun hoy en día es un misterio como pudo lograr semejantes resultados con aparatos manuales tan simples, poco mas que una pequeña espiga de madera con una pequeña burbuja de cristal inscrustada en ella, algo mas parecido a una lupa que a lo que nosotros hoy en día entendemos como un microscopio. Además hacia un nuevo instrumento para cada experimento siendo, encima, enormemente reservado respecto a sus tecnicas.
Una curiosidad, antes de seguir: Leeuwenhoek era amigo de otro notable de Delft, el pintor Johannes Vermeer, autor del famoso cuadro "La joven de la perla", un pintor competente pero no sobresaliente, , hasta que, de pronto, pasó a dominar las tecnicas de la luz y de las perspectivas, por lo que seria alabado desde entonces. Aunque nunca se ha podido demostrar, hace tiempo que se sospecha que empleaba una camara oscura, proyectando imagenes sobre una superficie plana a traves de una lente. No se encontró nada de esto tras su muerte, pero da la casualidad de que el albacea de su testamento era el científico Holandés, el fabricante de lentes mas notable y reservado del momento... Blanco y en botella. (mas info de esta movida aqui: http://es.wikipedia.org/wiki/Johannes_Vermeer)
A lo largo de unos cuarenta años realizó casi doscientos informes para la Royal Society, todos escritos en bajo holandes, la lengua que él dominaba, sin exponer nunca ninguna interpretacion, solamente los datos de lo que habia encontrado acompañados de exquisitos dibujos. Envió informes de casi todo lo que resultaba util examinar: el moho del pan, un aguijon de abeja, las células sanguineas, los dientes, el cabello humano, su propia saliva, algo de excremento y semen (estos ultimos con preocupadas disculpas por su caracter ineludiblemente sucio y desagradable)... cosas, que hasta entonces, no habian sido analizadas microscopicamente.
Sus observaciones fueron lo suficientemente famosas como para recibir a numerosos visitantes de la altura de la reina María II de Inglaterra (1662-1694), Pedro el Grande (1672-1725) o Federico I de Prusia (1657-1713), además de filósofos y sabios, médicos y eclesiásticos. Van Leeuwenhoek realiza ante ellos numerosas demostraciones: le mostró a Pedro el Grande la circulación sanguínea en la cola de una anguila.
Fue probablemente la primera persona en observar bacterias y otros microorganismos. En una carta fechada el 7 de septiembre de 1674, evoca por primera vez las minúsculas formas de vida que observó en las aguas de un lago cerca de Delft. Después de haber mencionado de nuevo estas criaturas en dos cartas, una del 20 de diciembre de 1675 y otra del 22 de enero de 1676, en una extensa carta de diecisiete hojas, fechada del 9 de octubre de 1676, describe lo que actualmente denominamos protozoarios, especialmente los ciliados a los que se alimentan de las algas. Calculó que habia 8.280.000 de aquellos pequeños seres en una sola gota de agua.
En 1677 menciona por primera vez los espermatozoides en una carta enviada a la Royal Society, en la que habla de animálculos muy numerosos en el esperma.
Leeuwenhoek fue consciente de que sus observaciones, que mostraban que en la semilla contenida en los testículos estaba el principio de la reproducción de los mamíferos, iba a chocar con el paradigma de su época, porque sus observaciones estaban en contra de las tesis desarrolladas por grandes sabios de la época.
En 1683 descubrió las bacterias.
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